Para que una persona esté tranquila, no hay nada mejor que estar libre de deudas. Por tal motivo es fundamental preguntarse a qué se deben todas las deudas, pues a veces se debe realizar una inversión educativa extra o simplemente se dificultó el control de las finanzas.

Por tal motivo, de acuerdo con un informe de Scotiabank Colpatria, una estrategia es mirar objetivamente cada deuda y analizar cuál se puede evitar. Por ejemplo, es clave evitar gastos innecesarios, lo que ayudará a concentrarse para terminar de pagar las deudas actuales.

También se debe pensar en si se suele gastar más los sábados o a comienzos de cada quincena.

La segunda estrategia es hacer un balance de cuánto dinero se debe y cuánto dinero se tiene, así se cuenta con la claridad de los números en rojo y se podrá empezar pagando la deuda que tiene mayores intereses.

A pagar

Otra estrategia es la conocida como el método bola de nieve, en la que siguiendo algunos pasos se puede terminar con las deudas de una vez por todas.

Por una parte, asignar un monto mínimo de dinero al mes para pagar cada deuda y abonar un poco más de capital a aquella deuda que tenga más intereses, de modo que los números en rojo puedan bajar.

Una estrategia es mirar objetivamente cada deuda y analizar cuál se puede evitar. | Foto: derechos de autor no

Así mismo, si existen ingresos adicionales, se deben usar para seguir pagando las deudas; una vez se haya pagado la primera deuda, se debe seguir pagando la cantidad de dinero de esta deuda a la siguiente y así sucesivamente hasta pagar todo lo que se debe.

Otro consejo, no menos importante, se refiere a no cubrir una deuda con otra. Por más complejo que parezca, se puede salir de todas las deudas si las personas se mantienen enfocadas, intentando buscar otra fuente de ingresos o llegando a acuerdos con prestamistas.

El presupuesto

A propósito del tema, de acuerdo con un informe de Nequi, todas las personas tienen diferentes tipos de gastos a lo largo del mes, por ejemplo los fijos, cosas que hay que pagar obligatoriamente cada mes, como la comida, los servicios públicos o la renta.

Los gastos variables, en los que se puede decidir, como la mesada o salir con sus amigos los fines de semana; otro es el ahorro, que es obligatorio si se desea proyectar la vida hacia algo más que vivir el día a día.

Hay que dividir los gastos en estos tres tipos y compararlos con los ingresos para ver cuánto queda libre y así saber cómo optimizarlos. Saber cuánto se gasta es el primer paso para cuidar la plata en tiempos de inflación.

Por más complejo que parezca, se puede salir de todas las deudas si las personas se mantienen enfocadas.

Una vez hecho el presupuesto, es hora de prestar atención a los gastos variables y a la plata que gasta en el día a día. Llevar una lista diaria de gastos en un Excel, en el celular o en la agenda es clave.

Una vez se tenga esa lista, se podrán identificar comportamientos que llevan a malgastar el sueldo. Por ejemplo, los pequeños gastos, aquellos que se piensa que insignificantes, pero en realidad en los que se va la plata de a poco, como cafés, golosinas y demás.

También se debe pensar en si se suele gastar más los sábados o a comienzos de cada quincena. O los gastos emocionales, cosas que se compran cuando se está triste o ansioso y que descuadran en el presupuesto.

Ya con esta lista se podrán tomar mejores decisiones en las finanzas. Por ejemplo, cambiar el café de afuera por un mug con café casero. Comprar las onces o golosinas cuando se haga mercado para que resulte más económico y no se gaste plata a diario en ello.

Es importante buscar blindarse emocionalmente de los momentos en los que se sale a gastar todo el dinero y comprar cosas sin pensar en los demás gastos que vienen.