En el marco de las celebraciones que se aproximan en fin de año, la Superintendencia Financiera le sugirió a los colombianos que se moderen en las compras con las tarjetas de crédito debido a que la tasa de usura para septiembre será del 35,25 %, la más alta durante los últimos 20 años.

En ese sentido, el ente regulador hizo dicha recomendación, entre otras cosas, porque los cupos en tarjetas eran de 62 millones de pesos antes de la pandemia y, ahora, la cifra se acerca a los 100 millones de pesos.

El crecimiento en la cartera para este producto detalla que cada vez más los colombianos tienen, entre sus compromisos financieros, créditos derivados del uso de una tarjeta. Así las cosas, una buena administración y manejo permite prevenir un exceso de endeudamiento innecesario.

Con el fin de administrar correctamente una tarjeta de crédito, Camilo Garay, vicepresidente de consultoría de DataCrédito Experian, hizo una serie de recomendaciones.

La primera -y quizás la más importante- es organizar los gastos. “Antes de usar una tarjeta de crédito realice un presupuesto que le permita tener un control sobre los ingresos y los gastos, para determinar si es viable o no obtener el producto. Así como también definir el cupo acorde con el plan presupuestal realizado”, dijo Garay.

Realizar las compras con la menor cantidad de cuotas es fundamental porque permite trabajar con un pago mínimo y evitar el cargo de intereses. Esto también se traduce en una baja posibilidad de endeudamiento para pagar más rápido el producto o servicio.

Igualmente, apuntó el experto, es importante hacerle seguimiento al número de cuotas que se fijen por cada compra. Así, el pago mensual no superará lo que podría destinarse para la tarjeta.

Realizar avances solo cuando sea necesario. Llevar a cabo avances y utilizar la tarjeta para disponer de efectivo generará intereses, así como también aumenta el cobro que mes a mes se hace del producto, por lo anterior, se recomienda retirar dinero solamente en casos excepcionales.

“El error más frecuente es usar todo el cupo que se ha dispuesto en la tarjeta de crédito, convirtiendo rápidamente el producto en una deuda y negando la oportunidad que permita utilizarla en algún momento inesperado”, manifestó Garay.

Saber cuántas tarjetas se pueden tener es definitivo para la organización de gastos y presupuesto. Hay que contemplar los créditos que ya están en curso para evitar nuevos compromisos financieros y eso incluye la adquisición de tarjetas.

Aunque parezca obvio, pagar oportunamente es uno de los factores determinantes en relación al bienestar financiero. Con esta práctica se mantiene un control de las finanzas y se evitan reportes negativos en centrales de riesgo. Para ello es bueno programar el pago automático y evitar sobrecostos por pagos que no se hacen a tiempo.

Finalmente, se tienen que analizar los estados de cuenta. “Verificar que la información del estado de cuenta corresponda efectivamente a las compras realizadas; en caso de alguna inconsistencia, se debe hacer el reporte a la entidad correspondiente”, concluyó el experto.