El historial crediticio, una suerte de huella financiera, es una representación detallada de la actividad crediticia y de pago de una persona a lo largo del tiempo. Este puntaje refleja cómo una persona ha manejado sus deudas y obligaciones financieras, incluyendo préstamos, tarjetas de crédito y otros tipos de financiamiento.
De acuerdo con los expertos, este no solo captura los pagos puntuales, sino también los atrasos, incumplimientos y otros aspectos relevantes del comportamiento financiero de las personas, logrando con esto convertirse en un factor crucial del mundo financiero a la hora tomar decisiones sobre otorgamiento de crédito, préstamos y otros aspectos relacionados con la solvencia financiera de una persona.
El historial crediticio es un activo intangible que desempeña un papel fundamental en la vida financiera moderna, ya que es utilizado por las instituciones financieras, como bancos y cooperativas de crédito, para evaluar el riesgo crediticio de un individuo al considerar otorgar un préstamo. Además, puede influir en la tasa de interés que se ofrecen, los límites de crédito y otras condiciones asociadas a los productos financieros.
De acuerdo con la AMB (Asociación de Bancos de México), mantener un historial crediticio sólido es crucial para asegurar un acceso favorable a préstamos y créditos. Así mismo, estos expertos presentan tres recomendaciones claves para lograr esta meta, teniendo claridad que lo más importante es partir de unas finanzas saludables y manejadas de manera responsable.
1. El cumplimiento puntual de los pagos es fundamental: Cumplir con los pagos de deudas y compromisos financieros en las fechas acordadas es esencial para mantener un historial crediticio positivo. Los retrasos en los pagos pueden afectar negativamente el puntaje crediticio y cómo los prestamistas evalúan la capacidad de pago. Establecer recordatorios de pago o configurar pagos automáticos ayuda a garantizar el cumplimiento de las obligaciones.
“Utiliza la programación automática de pagos. Esto te permitirá ser puntual y evitarás gastar el dinero que está destinado a pagar el crédito. Recuerda que este recurso implica que retiren automáticamente dinero de tu cuenta bancaria. Por lo tanto, cada vez que programes un pago, ajusta tu presupuesto y tus gastos, para no saturar tu cuenta. Si pagas puntualmente tus créditos, serás identificado como un usuario responsable y confiable”, indicó la AMB.
2. Manejar el crédito de manera responsable: Aunque acceder a crédito puede ser ventajoso, es importante no exceder las capacidades financieras. Evitar utilizar más crédito del que se pueda pagar cómodamente. Mantener un equilibrio entre ingresos y gastos, y no utilizar todas las líneas de crédito al mismo tiempo. Mantener un bajo porcentaje de utilización de crédito (relación entre saldo utilizado y límite total de crédito) puede ser beneficioso para el historial.
“Usa menos de 50 % de tu línea de crédito. Esto te ayuda a mantener controladas tus deudas. Recuerda que, para evitar adeudos que no puedes pagar, es recomendable utilizar créditos que no superen el 40% de tus ingresos disponibles después de cubrir tus gastos fijos”, agregaron en sus recomendaciones.
3. Diversificar los tipos de crédito: Contar con una variedad de tipos de crédito, como tarjetas de crédito, préstamos personales o hipotecas, puede ser beneficioso para el historial crediticio. Esto demuestra la capacidad de manejar diferentes tipos de deudas de manera responsable. Sin embargo, adquirir créditos innecesarios solo para diversificar el historial debe evitarse. Optar por aquellos créditos necesarios y manejables es clave.
“Cuando tengas problemas para pagar un crédito, infórmaselo al banco. Así, en conjunto podrán establecer un plan que te permita cumplir los pagos. De esta manera mostrarás tu compromiso y conservarás la confianza de la institución. Esto es muy importante para mantener sano tu historial crediticio”, explicaron desde esta asociación.
Este grupo de expertos bancarios cerró resaltando que mantener un historial crediticio sólido requiere disciplina financiera y una atención consciente a los hábitos crediticios, resaltando que mantener la regularidad en los pagos, usar el crédito con responsabilidad y tener una variedad adecuada de tipos de deudas son pasos esenciales para construir y conservar un historial crediticio positivo.
Aquellos que carecen de un historial crediticio sólido pueden enfrentar dificultades al intentar acceder a préstamos, créditos y otros servicios financieros. Las instituciones financieras tienden a basar sus decisiones en información tangible y verificable, y la ausencia de un historial puede generar desconfianza en cuanto a la capacidad de un individuo para cumplir con sus obligaciones.
En consecuencia, las personas con un historial crediticio limitado o negativo podrían tener que enfrentar tasas de interés más altas, límites de crédito reducidos o incluso negativas en sus solicitudes. Además, un historial financiero desfavorable puede limitar las opciones de vivienda, empleo y otras áreas de la vida cotidiana.