En caso de que una persona que no tenga los recursos suficientes para pagar la cuota inicial de un crédito hipotecario, y por los ingresos que devengue no califique para ser beneficiario de uno de los programas de subsidio de vivienda del Estado, existe el leasing habitacional. Aquí le contamos en qué consiste.

Esta alternativa es un tipo de contrato que adquieren los usuarios con algunos bancos que figurarían como dueños de la vivienda, lo cual indica que los interesados deben pagarles a estas entidades el abono al capital de la vivienda y los intereses por habitarla.

La duración del acuerdo dependerá netamente de la capacidad de pago del usuario y las condiciones que imponga la entidad bancaria, aunque por lo general duran entre 15 y 20 años, por lo que una vez este tiempo termina, probablemente se deba cancelar una cuota final que cubrirá el saldo que esté pendiente del costo de la vivienda y así pueda ser escriturada a nombre de quien la adquiera.

Por lo general, de acuerdo con el portal El Universal, los bancos que brindan estos servicios financian hasta el 90 % del precio de la vivienda que se va a adquirir, a diferencia del crédito hipotecario, que por lo general financia entre el 70 % y el 80 %.

Cuando se da inicio al proceso, lo primero que sucederá es que un perito realizará la evaluación del precio del lugar que se va a comprar para definir cuál es el valor comercial, lo que se tomará como base para definir las cuotas que se pagarán.

Adicionalmente, este producto no solo aplica para vivienda nueva, pues con este también se puede comprar usada, lo opuesto a programas como los de vivienda de interés social, que sí exigen que sean únicamente propiedades nuevas.

El valor del inmueble varía según lo que estipule el banco, aunque generalmente oscila entre 135 salarios mínimos mensuales o más, lo que equivale a poco más de $ 122 millones. Esto significa que no aplica para viviendas de interés prioritario o las de valor menor al mencionado.

De igual manera, las personas pueden acceder al subsidio No VIS, lanzado el año pasado por el Gobierno nacional, que cubre créditos hipotecarios y leasing habitacional de viviendas de hasta 400 salarios mínimos.

Con esto, la cuota mensual se reduciría en cerca de $ 454.000 mensuales por siete años; eso sí, el usuario deberá asegurarse de contar con la aprobación del leasing antes de solicitar el beneficio.

Además de lo mencionado, las personas interesadas deben asumir el costo de los seguros contraincendios y terremotos, si la entidad financiera así lo requiere, así como deben comprar un seguro de vida.

Con respecto a los créditos de vivienda, recientemente se conoció que Asobancaria estima que la cartera de vivienda propia de las entidades agremiadas pueda crecer un 5,7 % real al cierre de 2021 frente a la cifra registrada en diciembre de 2020, un comportamiento que estaría impulsado, en parte, por la colocación de cerca de 160.000 operaciones de financiación de vivienda (OFV) por $ 19 billones.

Según información de la Superintendencia Financiera de Colombia y la Titularizadora Colombiana, el saldo total de la cartera bruta de todo el sistema financiero fue de $ 528,3 billones a 2020, de los cuales cerca de $ 85,9 billones (16 % del total) corresponden a la cartera de vivienda, la cual creció en un 3,6 % real anual el año pasado.

Cabe mencionar que el 88 % de esta cartera lo representan entidades afiliadas a Asobancaria. El crédito hipotecario sigue teniendo la mayor participación en el total del sistema, con un 74 % de la cartera de vivienda. El leasing habitacional, por su parte, ya llega al 21 % y es el segmento más dinámico, con un crecimiento real anual a cierre del año 2020 del 7,1 %.