Propuestas para cobrar impuestos es lo que hay en la mente de José Antonio Ocampo, el académico colombiano y exministro de Hacienda, que hace parte de la Comisión Independiente para la Reforma de la Tributación Corporativa Internacional, la cual está empeñada en “terminar la tarea” con el llamado impuesto global a las multinacionales, que viene en boga desde hace varios años.
De hecho, la comisión de la que hace parte Ocampo nació justamente de múltiples asociaciones que abogaron por una tributación mínima para las multinacionales, lo que fue argumentado como la esperanza en materia de ingresos para los países en desarrollo, que prestan el suelo para la extracción de recursos naturales.
Ocampo hizo una amplia disertación sobre el tema, en una columna de opinión publicada en Project Syndicate, una organización sin ánimo de lucro que es considerada como la principal tarima de artículos de opinión en el mundo.
En su análisis, el exministro colombiano reitera la necesidad de aumentar los impuestos a las personas más ricas. Pero además, dice que se requiere “garantizar que las multinacionales paguen impuestos justos en todos los países donde operan”.
El reputado economista recordó que en las recientes reuniones del FMI y el Banco Mundial, el tema estuvo en el tapete, pues encaja en la búsqueda de financiación para el desarrollo, tarea que también ocupa a las Naciones Unidas. En consecuencia, la cooperación fiscal internacional vuelve a estar en la agenda mundial y Brasil, según mencionó Ocampo, “ha declarado que utilizará su presidencia del G20 (en su reunión de noviembre) para avanzar en el tema, ya que el año pasado, dicha cumbre, a la que asisten 19 poderosos países y la Unión Europea, “no hizo ninguna mención al respecto”, destacó el exministro colombiano.
La OCDE, entre tanto, sí ha puesto el foco en el asunto, pues el argumento es que esa tributación global, sería clave para resolver desigualdades que agobian a países en desarrollo, sin que se vea de manera clara la manera de salir del rezago social.
“La OCDE ayudó a avanzar de dos maneras: estipuló que las corporaciones multinacionales muy grandes deberían pagar impuestos en todos los lugares donde operan, y sostuvo que debería haber una tasa impositiva global mínima del 15 % sobre la renta corporativa. Pero la implementación ha sido lenta”, sostuvo Ocampo en su columna.
Tirantez en las posiciones
El asunto de impuesto global corporativo no ha sido fácil. La tirantez ha rodeado las posiciones, pues “se espera que los beneficios del Marco Inclusivo recaigan principalmente en los países desarrollados”, recordó el exministro, razón por la cual, mientras Estados Unidos necesita una fuerza en el Senado para ratificar la medida, “la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la medida, aunque “con una marcada división Norte-Sur, con la mayoría de los países desarrollados votando en contra (Noruega e Islandia se abstuvieron) y casi todos los países en desarrollo votando a favor”, dijo Ocampo en la publicación.
Pero las negociaciones para la aplicación del impuesto global avanzaron en la ONU, por lo que el economista colombiano señala que ahora, “deberían centrarse en mejorar el Marco Inclusivo”, y en lo que se ventiló en las reuniones de primavera de este año del FMI, donde “también incluyeron debates sobre una propuesta para imponer un impuesto anual sobre el patrimonio del 2% a los superricos del mundo”, sostuvo.