En esta columna del nuevo poder, hacemos un ejercicio metodológico para experimentar la nueva visión del poder desde el ser, como bien sabe ya usted señor y señora lectora, hemos viajado por las definiciones, así como contrastado la realidad colombiana y de la región con miras a comprenderla y así mismo visualizar oportunidades en ella, esta semana vamos pensar juntos en ¿que nos pasa?, en el ¿por qué no reaccionamos?, ¿qué nos mantiene impávidos, estáticos y lo peor de todo en un mayoritario silencio casi cómplice?
Primero quisiera que analicemos la imagen de la realidad que nos atañe en este momento, esa imagen está construida inevitablemente por lo que los medios de comunicación retratan, por lo que las redes sociales manifiestan (que ya no es, tristemente, la realidad pura, dado que hoy en día hay grandes capitales extranjeros financiando millonarias campañas de desprestigio en redes sociales), más lo que pasa en las calles de nuestros países y particularmente en Colombia, y finalmente lo que se forma en los ciudadanos, consumidores de la información, como imagen de la realidad.
Tanto EE. UU. como España y buena parte de Latinoamérica han sufrido embates abrumadores de violencia en las calles, contra la fuerza pública, en contra de las instituciones, contra la cultura y la historia de todos nuestros pueblos, buscando legitimar una serie de nuevos mensajes que invierten los valores democráticos en virtud de una supuesta lucha ideológica. Y, al mismo tiempo, buscando validar la violencia como una manifestación del descontento, lo cual es más que falso, pero la foto final queda en la conciencia del público el argumento más básico posible: “El descontento social ha generado un estallido con hechos aislados de violencia o infiltración”. Nada más lejos de la realidad.
Este “estallido social”, que viven nuestros países, no solo pretende validar la violencia como forma de manifestación o movilización, sino que también pretende doblegar la moral de los ciudadanos, diezmar la moral de las fuerzas armadas, y directamente doblegar a los gobiernos mediante el cuestionamiento de su legitimidad constitucional dirigido todo a generar “cambios estructurales” mediante asambleas constituyentes que en manos de la extrema izquierda, lo único que buscan es controlar el uso del dinero, estatizar creciendo el tamaño del estado, ofreciendo argumentos e ideales perfeccionistas de una sociedad utópica, valiéndose de subsidios mensuales o “rentas básicas” para los mas pobres, ampliar la inflación descomunalmente emitiendo más dinero (supuestamente para darle más dinero al pueblo, como el genio obtuso de Petro) y en suma hacer que nuestras repúblicas entren en el socialismo y, por ende, en la repartición igualitaria de la pobreza para todos.
“Estallidos”, ¿todos presentes de manera simultánea en las Américas y parte de Europa? ¿Realmente cree usted que esto es producto del descontento social en cada país? Para responderlo pregúntese primero porque en todos los países donde ha pasado, siempre tumban estatuas de próceres, siempre buscan saquear y acabar iglesias, siempre atacan despiadadamente a los policías, al punto de deslegitimarlos, y no solo eso, desmoralizarlos a tal punto que por ejemplo, la policía de New York en los últimos meses hayan renunciado mas de 8.000 agentes activos, en nuestro país Colombia, un policía interpone una denuncia ante un juez y resulta con una compulsa de copias, o sea investigado, juzgado y castigado por algo que no hizo realmente.
Y esto no solo pasa en Colombia, pasa en Chile, en EE. UU., España y buena parte de Latinoamérica.¿Usted todavía cree que esto es un estallido social?, ¿no será más bien una gran estrategia coordinada internacionalmente para acabar con los valores humanos, para minar la voluntad de los ciudadanos, de las policías de la región que tienen la misión de mantener el orden en las ciudades, y en suma para amedrentar y controlar a un más a la sociedad en nuestros países?
Seguir pensando que esto es un “noble estallido social” es más bien ingenio, teniendo en cuenta que en todos estos países vemos en grafitis la famosa sigla ACAB, la cual ya todos conocemos, repudiamos y rechazamos, lo que hay detrás de esta asonada mundial contra el orden establecido, no es más que una manifestación de poder desde la ilegalidad que busca el control de las naciones, los minerales y otros tantos temas que hoy no trataremos en profundidad, pero que valen como contexto para entender que lo que pasa hoy en nuestras naciones no es producto de la evolución o involución normal de nuestras países. Hoy en nuestra región hay tensiones mayores a las que comprendemos y tal vez creemos.
Sin embargo, en medio de estas tensiones mundiales geopolíticas, que quiera usted o no estamos inmersos en ella, los ciudadanos de cada una de nuestras naciones libres e independientes tenemos una responsabilidad, y una oportunidad, lastimosamente estas se ven empañadas por una suerte de inacción que tenemos la mayoría de los que estamos en la legalidad, en el respeto del orden, en el respeto de las instituciones. La pregunta ahora es: ¿por qué no reaccionamos a tan desastrosos hechos que atacan directamente nuestra libertad, nuestras posibilidades de desarrollo?
La razón está oculta entre la desazón generada cuando votemos y nuestros elegidos hacen su santa voluntad, o cuando votamos y nos engañan y roban el resultado como bien lo supo hacer en Colombia Juan Manuel Santos en el plebiscito que perdió mayoritariamente, y aun así nos obligó a él. También están las personas que creen que su voz no cuenta o que sus acciones no harán que las cosas cambien, como bien lo retrata el adagio popular “una golondrina no hace verano”.
También están las personas que creen que nada de esto es cierto, que con seguridad si se “le da la oportunidad” de gobernar a un populista de izquierda, se acalla el ruido y nuestros países seguirán sólidos adelante, pues no, así lo único que se logra es darle poder a un grupo extremista que llega como el nuevo presidente de Perú a borrarlo todo con una nueva constituyente, tal como están logrando en Chile y quieren hacer en Colombia, e hizo Venezuela calcando el modelo totalitario de los mas antiguos comunistas de China y Vietnam, entre otros.
A estas preguntas de ¿qué nos pasa?, ¿por qué no reaccionamos? Todas las respuestas son correctas, todas tienen algo de verdad en ese inventario para identificar y entender la realidad, ¿pero qué hacemos con ese inventario?, ¿hacia dónde nos va a llevar si no somos capaces de tomar acción? Si no somos capaces de llevar esas preocupaciones a acciones ciudadanas para despertar la conciencia de los que están dormidos entre su día a día, acciones para que los incrédulos crean, acciones para que los que perdieron la fe en el poder del pueblo asuman su responsabilidad individual en el universo de todos los ciudadanos y pasen de ser espectadores pasivos a actores relevantes en su región.
Aquello que distingue a un seguidor de un líder siempre será la disciplina, la visión y ante todo la acción, organizada y masiva, la convicción poderosa de que sus acciones son de carácter colectivo y llevaran la aceptación de la realidad actual a la transformación basada en la conciencia de trabajar juntos no solo para evitar la debacle en nuestros pueblos hispanoamericanos, sino también para llevar a nuestros países a nuevos niveles de desarrollo.
Pero no va a pasar nada, discúlpeme señor o señora lectora, nunca va a pasar si usted, no lo cree, si usted no acepta todo lo pasado, y sale con su bandera a defender a su país, su cultura, su historia, sus símbolos patrios, sus instituciones, nunca va a pasar si usted no asume su responsabilidad individual, si usted no levanta la voz para que se sume a todas las otras voces individuales que como usted ahora son conscientes de la posibilidad de la unidad, de la gran fuerza que tienen los ciudadanos que vamos a defender nuestros pueblos.
Esto que parece mera retórica que busca llevarlo a la acción o empoderarlo es el paso esencial para que usted además de tomar acción se una otros, a sus ideas y proyectos, y juntos libremos esta batalla que se nos ha planteado en el día a día en nuestros países, donde la envidia, el ego y la pugna de poder debe dejarse a un lado para colaborar y construir visiones conjuntas que nos lleven a realizar acciones contundentes, reales, medibles que generen las transformaciones que tanto anhelamos, mientras estamos en casa “arreglando el país” en una charla familiar, o en las calles cuando salimos a marchar (realmente de manera pacífica), o cuando salimos a votar, pero no hacemos más…
¿Por qué no hemos hecho una declaración contundente como sociedad?, ¿por qué seguimos eligiendo lideres para soltarlos indefinidamente en sus cargos?, ¿por qué no nos hemos ocupado más qué preocupado, de transformar nuestros estados para reducir su tamaño?, ¿por qué no hemos puesto en alto una voz sobre lo que no toleramos y lo que si queremos cómo naciones libres?, ¿por qué siempre los que respetamos el orden creemos ser menos?, ¿por qué siente usted impotencia en lugar de visualizar toda su fuerza en potencia?
La respuesta siempre estará en el espejo de su casa, siempre está en cada uno de nosotros que caminamos hacia donde caminan todos, está en nosotros que decidimos comprar supuestos alrededor de la realidad en medios y en redes, está en nosotros cuando decidimos mirar a otro lado cuando realmente el único poder está en nosotros mismos.
Entonces, ¿qué hacer?, busque organizaciones que hablen de crear condiciones de libertad, únase, multiplique su mensaje, cree usted una organización para defender la democracia de su país, investigue qué es el estado, como funciona, pregunte, únase a las redes que en todo Hispanoamérica se están formado con miras a liberar a nuestra región del yugo del totalitarismo, busque hacer una veeduría real al congresista o asambleísta por el que votó, deje las excusas, todas son excusas (no tengo tiempo, no sé de eso, para eso los elijo, etc.). Siempre podrá aprender algo nuevo, recuérdelo.
Recuerde que quedarse quieto y no reaccionar, en su comodidad, solamente lo llevará a ser espectador de quienes sí actúan y mediante la violencia se toman su país, y su libertad para hacer su voluntad, entonces el único camino posible es que participe, se una a los hispanoamericanos que estamos liderando estos movimientos para liberar a nuestros países de los totalitaristas, que usted decida hoy de manera firme y constante liderar y ser liderado para que seamos cada vez más los que defendemos nuestras repúblicas, y conformemos un sólido muro que haga prevalecer la libertad, el orden y la real justicia que todos anhelamos.
Entonces, ¿por qué no reaccionamos? Porque no nos habíamos escuchado, porque no nos habíamos puesto de acuerdo, pero ahora, todo es a otro precio, es el momento, es lugar y usted y yo somos los indicados.
Espere pronto la columna sobre el nuevo poder.
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