Quiero comenzar por reconocer esa gran labor, pasión y propósito que tienen tres de nuestros embajadores deportistas colombianos: Mariana Pajón, Juan Sebastián Muñoz y Catherine Ibargüen, quienes cada vez nos muestran tres valores que son claves en la creación, estabilización y crecimiento de las empresa: la resiliencia, el trabajo en equipo y la disciplina.
Mariana Pajón en esta competencia nos ha demostrado una vez más que “nada está más garantizado que tu decisión de ganar”. Después de haber obtenido dos medallas de oro, una en Londres 2012 y otra en Río en 2016, gana el metal de plata en Tokio 2020.
En esta última, vuelve a demostrar su potencial en el BMX, en donde aún no estando en su mejor forma, logra de manera muy orgullosa la segunda posición. Más allá de la medalla de plata, el mérito al que quiero aplaudir aquí es a ese gran valor que tiene y es la resiliencia.
Ella tuvo que superar una lesión de ligamento cruzado en su rodilla izquierda que sufrió en 2018 en la semifinal de copa mundo en Holanda y con esta lesión casi que tuvo que aprender a mover su pierna de nuevo; es decir, es casi como empezar de menos y ella con su voluntad, con el apoyo de su familia, de su equipo de trabajo, se sobrepone a las dificultades y escribe de nuevo su nombre en la historia de Colombia. Esto sucede con muchas empresas y es ahí donde los empresarios debemos tener el cuero duro y agarrarnos de este valor para darle la vuelta a la situación y seguir adelante.
Juan Sebastián Muñoz es una persona sinónimo de la frase “si lo puedes soñar lo puedes lograr”. Si bien ante tanto esfuerzo no creyó que llegaría ahí, gracias a su dedicación, inteligencia emocional y a un valor que quiero rescatar trabajo en equipo, que es el que no vemos generalmente detrás de cada deportista al igual que detrás de cada empresa y es a él a quien le debemos los grandes resultados que vamos obteniendo.
Juan Sebastián se lleva un honorable diploma después de una gran disputa por la medalla de bronce. Quiero recalcar acá por supuesto el apoyo de los colombianos, gracias a este, al de su familia y al de su equipo de trabajo, él no se hubiera sentido tan cómodo y sobre todo al final con la presión de saber que se le estaban acabando los hoyos y debía hacer birdies.
Caterine Ibargüen, nuestra colombiana leyenda de salto triple que ha inspirado a muchas personas en el mundo, es sinónimo de la frase “la disciplina es el puente entre las metas y el logro” y es que un gran valor que nos ha mostrado Catherine es su disciplina y su constancia.
Menciono esto porque ella comenzó en la categoría de saltos de altura y al no lograr clasificar a Beijing 2008, pensó en retirarse y es ahí cuando aparece su entrenador cubano y la enfoca en la prueba de salto triple, logrando ser la mejor del mundo por varios años. Gana medalla de plata en Londres 2012, medalla de oro en Río 2016, en 2020 pasa a la final con gran esfuerzo; sin embargo, no alcanzó y fue eliminada en el primer corte tras tres saltos, en donde mostró su grandeza despidiéndose con alegría y tranquilidad.
Aquí quiero hacer mención a dos cosas: la primera, en la vida como en las empresas, a veces no encontramos el camino del modelo de negocio y llegan circunstancias o personas que nos hacen ver realmente nuestro talento y es ahí donde sacamos nuestro mayor potencial para definir nuestra oferta de valor; la segunda es que sin disciplina no logras metas y claramente, ella nos mostró como a través de este valor logra tantos méritos en su vida deportiva; al igual que las empresas si no hay disciplina, si no hay constancia difícilmente se lograrán los KPI´s propuestos.
A la conclusión a la que quiero llegar es a la frase que me dice siempre mi padre: “En el amor, en el deporte y en los negocios nunca se ha llegado”, por lo que siempre debemos trabajar no sólo en el propósito y oferta de valor; sino también en varios valores, de los cuales destaco hoy: la resiliencia, el trabajo en equipo y la disciplina. Sin ellos, una empresa o un deportista no logra llegar a cumplir lo que se haya propuesto.