La Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y de Cesantía (Asofondos) se fue lanza en ristre este jueves -9 de febrero- contra la propuesta de reforma pensional que hicieron hace algunas semanas las centrales obreras, en el marco de las conversaciones para crear el proyecto de ley que será llevado al Congreso de la República en los próximos meses. Aseguraron que es inviable y que la plata no alcanza para poder llevar a la realidad esta iniciativa.
Asofondos se dio a la tarea de ponerle cifras a la última propuesta planteada en la mesa pensional por los sindicatos. Entre las propuestas, se habla de la eliminación del Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad (RAIS); acceder a pensión de vejez a las 800; dar una renta básica (subsidio) para adultos mayores de 65 años; incrementar las pensiones, así como aumenta el salario mínimo, entre otras.
Santiago Montenegro, presidente de Asofondos, indicó que dicha iniciativa, si bien apunta a un propósito loable que es aumentar el número de personas con ingreso para la vejez, conlleva una serie de implicaciones sumamente costosas y que generarían más problemas que soluciones.
“Para empezar, deja por fuera de la ecuación el fenómeno del envejecimiento, un factor clave dentro de cualquier análisis de reforma, más aún si se propone que el sistema sea de reparto que, como se sabe, se basa en que los jóvenes aporten a los más viejos. Actualmente, hay aproximadamente 4 trabajadores por cada adulto mayor, en 30 años serán menos de la mitad, y eso significa que serán insuficientes los recursos para pagar las mesadas de una población envejecida más amplia que la actual”, explicó el vocero de los fondos privados de pensiones.
La propuesta de los sindicatos plantea reducir semanas cotizadas que harían que la cobertura pensional subiera a un 35 % pero deja de lado otros dos factores esenciales: la equidad del sistema y, muy importante, su sostenibilidad fiscal. Según los estimativos del área de Estudios Económicos, el pasivo pensional casi que se triplicaría llegando a niveles del 275 % del PIB, esto es a valores de hoy, una suma cercana a $3.600 billones.
Con esto, según Santiago Montenegro, “se pone en entredicho la sostenibilidad financiera y crea una verdadera bomba pensional”.
“En un país donde 8 de diez trabajadores no se pensionan, donde un trabajador en promedio al llegar a edad de pensión solo logra 500 semanas cotizadas, resulta inaceptable que recursos públicos se dirijan a quienes tienen mayores privilegios”, y precisa el dirigente gremial que por ejemplo “hoy un subsidio pensional en el régimen público puede llegar hasta unos $1.800 millones, con eso se podría dar una renta vitalicia por más de $332 mil a 19 adultos mayores en estado de vulnerabilidad”, agregó este experto.
Para Asofondos la propuesta de las centrales obreras destruye el ahorro. Obvia la problemática del rápido envejecimiento que estamos viendo en el país y, según explica Montenegro, “para enfrentar el envejecimiento es esencial construir ahorro y esta propuesta de reforma plantea desahorro. Hoy el ahorro pensional en los fondos equivale al 30 % del PIB”. De prosperar, más temprano que tarde no habrá más remedio que hacer ajustes: subir la edad, subir las cotizaciones, reducir las pensiones y aumentar los años de cotización.
De acuerdo con la ministra de Trabajo, Gloría Inés Ramírez, -encargada de sacar adelante esta iniciativa del Gobierno nacional- “la idea es radicar el proyecto de ley el próximo año en el mes de marzo”, cuando comenzará sus discusiones en el Congreso de la República, para saber si finalmente esta iniciativa se convierte en realidad o se hunde como ha pasado en otras oportunidades.
Tan pronto se conocieron los pilares de esta iniciativa, que aún se encuentra en etapa de construcción del proyecto, diversos sectores salieron a advertir que, con lo que se conoce hasta ahora, se pueden generar serias afectaciones para la economía del país, ya que se golpearía seriamente el ahorro y habría repercusiones en los mercados de valores, por una reducción en el dinero que allí se mueve.
Si bien las intenciones de esta iniciativa son buenas, todavía hay muchos interrogantes que resolver y por diversos gremios, pensionales y empresariales, piden que no se pase por encima del derecho a elegir que tienen muchos trabajadores hoy en día y que el proyecto de reforma que finalmente se presente al Congreso sea construido entre todos los sectores que se puedan ver beneficiados o afectados por la iniciativa.