En Colombia, solo tres de cada 10 personas que se gradúan actualmente de carreras STEM son mujeres, confirmando que la brecha de género en conocimientos y habilidades en ciencias, ingeniería, tecnología y matemáticas es preocupante. De acuerdo con el Laboratorio de Economía de la Universidad Javeriana, la proporción de mujeres que estudian estos temas es apenas del 37,9 %; mientras que el Ministerio de Educación Nacional (MEN) maneja un indicador oficial del 31,5 %.
Esta realidad también se refleja en las universidades del país en las que, según el MEN y datos recientes de la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI), del total de estudiantes que hoy están matriculados en las Facultades de Ingeniería, apenas el 14 % son mujeres. Si bien se ha reducido la brecha en los últimos 20 años en aproximadamente 5 puntos porcentuales (pp), aun la distancia con los hombres sigue siendo amplia y alarmante.
¿Qué hay detrás de estos fríos números y a qué se debe que las mujeres tengan tanta resistencia a este tipo de temas? Para conocer el problema de fondo, la EdTech Henry, una de las academias TECH más grandes de Latinoamérica, realizó una encuesta a 400 mujeres colombianas, con un promedio de 30 años de edad, con el propósito de identificar cuáles son las razones por las cuales no quieren capacitarse en tecnología, la competencia STEM más atractiva para el mercado, que más están demandando las empresas y que mejor está pagando las industrias.
En este sentido, por ejemplo, llamó la atención que, de acuerdo con datos del Servicio Público de Empleo (SPE), mientras las mujeres que estudian alguna ingeniería tienen hasta un 95 % más posibilidades de conseguir trabajo a los seis meses de recibir su título profesional, con salarios desde $ 3′000.000 hasta $ 4.000.000; las que se preparan para ser licenciadas, comunicadoras o psicólogas, solo tienen entre un 40 y 43 % de opciones de emplearse en el mismo periodo de tiempo con sueldos que, en el mejor de los casos, oscilan entre $ 2′000.000 y $ 2′500.000.
“Esta combinación de preferencias educativas y laborales tiene un impacto importante sobre la empleabilidad y el nivel salarial del primer trabajo de las mujeres, ya que en muchos casos los sectores menos preferidos por estas son los que en realidad les ofrecen mejores salarios y oportunidades de empleo”, señaló Luz Borchardt, cofundadora de Henry y autora del informe.
Cinco razones por las cuales ellas no estudian TECH
De acuerdo con el reporte, la falta de tiempo, dinero y apoyo, con el 68 %; seguido de la falta de confianza, con 46 %, son los principales dos motivos por los cuales las mujeres no se forman en temas relacionados con tecnología. En tercer lugar, está la desconfianza en sus propias capacidades, 26 %; cuarto, el miedo a no conseguir empleo y a que las empresas prefieran contratar a los hombres para ocupar este tipo de cargos, 24 %; y quinto, por simple miedo, 14 %.
“Es claro que actualmente las mujeres encuentran varias barreras que les impiden capacitarse en carreras STEM, entre ellas los prejuicios y los estereotipos de género que tienen gran influencia al momento de elegir qué estudiar. No obstante, la clave es identificar a tiempo estas dificultades y encontrar la manera de resolverlas. De hecho, hoy en el mercado existen muchas oportunidades para que las colombianas estudien tecnología sin importar sus recursos, conocimientos previos y el lugar en el que se encuentren”, afirmó Borchardt.
El reporte igualmente les consultó a las mujeres encuestadas por los temas TECH en los que más les gustaría prepararse en caso de que tuvieran la oportunidad de hacerlo. Sus principales preferencias fueron: desarrollo y programación web (65 %), ciencia de datos (81 %), inteligencia artificial (43 %) y ciberseguridad (32 %).
Asimismo, el informe indagó por los beneficios que, según piensan ellas, genera este tipo de estudios, lo que curiosamente resulta contradictorio si se tiene en cuenta la resistencia que persiste en formarse en tecnología, pues pese a las ventajas que tienen, aún parece que prefieren otras carreras. “En primer lugar, valoran el trabajo remoto (90 %), seguido de mejores salarios (81 %), luego crecimiento profesional (70 %), posterior balance entre vida profesional y personal (67 %) y finalmente mejor ambiente laboral (47 %)”, agregó.