Irse a vivir a otro país es un sueño que por años ha estado enquistado entre los sueños y aspiraciones de muchas personas, que ven en otros territorios la posibilidad de cumplir gran parte de los anhelos que tal vez no es posible cumplir en sus lugares de origen, ya sea por falta de oportunidades o condiciones de vida.

La búsqueda de nuevas opciones de trabajo, conseguir una mejor calidad educativa o la esperanza de alcanzar lo que para cada quien sea una mejor calidad de vida, son las razones más frecuentes que esgrimen las personas que cada año se van de sus países de origen hacia otros territorios, con miras a quedarse a vivir allí.

La falta de empleos y de empleos de calidad en Colombia es una problemática bien conocida y, pese a que el emprendimiento es una de las cartas más jugadas por muchos colombianos para salir adelante, otros se la juegan por emigrar hacia otro país, acudiendo incluso a prácticas ilegales que ponen en riesgo su vida.

De acuerdo con el informe Migración postpandemia: los desafíos de la cohesión social, realizado por OBS Bussiness School, alrededor de 3.024.273 ciudadanos salieron del territorio nacional en 2021 y se afirma que el 6 % de los colombianos emigran anualmente en búsqueda de mejores oportunidades.

Estudiantes Extranjeros | Foto: andresr

Expertos en estos temas aseguran que, si bien no está mal soñar con irse a vivir a otro país, esto es algo que se debe hacer correctamente, no solo para no correr el riesgo de ser deportado o exponer la integridad, sino para cumplir el sueño de conseguir un buen empleo o poder estudiar lo que se quiere.

Yuliana Martínez, fundadora y directora de Ocassio, compañía asesora en procesos estudiantiles en el exterior, aseguró que hoy en día existe una gran inquietud respecto a los factores que se deben tener en cuenta en los procesos de migración, pues es bien sabido que, aunque existen oportunidades en otros países, poco se habla de la necesidad de gestionarlas de manera acertada. Esta experta entregó siete recomendaciones clave:

Lo primero es ubicar lugares que sean asequibles y estén alineados con el propósito de viaje que se tenga como estudiante internacional, revisar el tipo de comunidad, las oportunidades laborales y el costo de vida. De esto depende que el proceso de transición entre un estilo de vida y otro no sea muy traumático para las personas.

Para el caso de los estudiantes, en segundo lugar, se deben revisar y ubicar los programas académicos y verificar que efectivamente tengan el enfoque que se quiere; pues, aunque un pregrado o posgrado puede tener el mismo nombre en Colombia y en Estados Unidos, el enfoque puede ser completamente diferente.

“La recomendación es aplicar por lo menos a dos universidades para tener mayores opciones de aceptación. Cuando aplicamos a diferentes instituciones no estamos sujetos a una sola aceptación ni a los tiempos que ellos se tomen en procesar los documentos, con eso se aumentan las oportunidades de avanzar en el proceso de visado de manera ágil”, agregó Martínez.

Luego de hacer seguimiento a las universidades, escoger una y ser admitido en aquella que llene las expectativas, se debe tramitar el formulario I-20, certificado de elegibilidad para obtener el estatus de estudiante no inmigrante.

Retrato de estudiante universitario sonriente escribiendo en papel sobre la mesa. La mujer se está concentrando en el aula. Ella está en ropa informal. | Foto: Getty Images

“Todo estudiante extranjero que quiera estudiar en Estados Unidos debe tener su registro o ID en el Sistema de Información del Visitante de Intercambio (SEVIS, por su sigla en inglés). El costo de este varía dependiendo de la escuela, el programa o lugar donde el estudiante vaya a realizar sus estudios”, dijo esta experta.

Con toda la documentación recopilada (para el caso de Estados Unidos), el sexto paso es diligenciar, online, el formulario DS-160, seleccionar allí el tipo de visa como estudiante, ingresar el código SEVIS-ID y el nombre de la universidad a la que ha sido aceptado; también se debe anexar el soporte el pago del SEVIS-ID, el formulario de aceptación I-20 y las pruebas de soporte financiero.

“Es importante buscar acompañamiento para dar este salto al sueño americano, pareciera que es una inversión que no es muy importante, pero que a la larga nos va a allanar el camino, nos va a evitar dar pasos en falso y nos va a evitar reprocesos y por consiguiente ahorrar mucho dinero”, indicó Yuliana Martínez.

Por último, una vez se tenga todo listo, es importante programar el viaje máximo 30 días antes del inicio de clases, esto debido a que el primer viaje con la visa de estudiante no permite, por ley, el ingreso al país antes de este periodo de tiempo.