Buscar empleo es de las solicitudes más demandantes en Colombia, pues el desempleo es uno de los factores que más permea en las diferentes ciudades de la nación.

Teniendo en cuenta cifras compartidas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), para el mes de junio de 2023 la tasa de desempleo del total nacional fue 9,3 %. Aunque hubo una disminución de 1,9 puntos porcentuales, en comparación con el año pasado, lo cierto es que la brecha por la falta de trabajo aún es permanente en el país.

Gracias al avance de las nuevas tecnologías, buscar empleo se convirtió en una tarea que va más allá de ir a una empresa y hacer la entrega de una hoja de vida de manera presencial, si no que hoy en día existen plataformas que facilitan este proceso.

En ese sentido, en la web abundan vacantes, para diferentes perfiles con o sin experiencia, pero no hay que fijarse o dejarse llevar por la necesidad.

Es decir, así como hay quienes actúan honestamente a la hora de ofertar un empleo, también hay individuos que se aprovechan de la vulnerabilidad y la situación que representa el hecho de encontrarse sin trabajo; mucho más cuando hay responsabilidades de por medio como el pago de recibos públicos, transporte, mantenimiento de los hijos, entre otros.

La entrevista laboral es una herramienta que permite conocer las proyecciones del aspirante. | Foto: Getty Images

Asimismo, mediante correo electrónico, WhatsApp, mensajes de texto, llamadas u otras alternativas es posible denotar que hay ofertas de empleo, aunque no hay que caer en las catalogadas ‘red flags’.

Una ‘red flag’ (bandera roja, en español) es un término que se popularizó en redes sociales y significa el aspecto negativo de alguna situación o persona, en este caso de lo que implica el hecho de buscar trabajo y que las ofertas como tal resulten siendo falsas.

Por lo tanto, es importante aprender a identificar o diferenciar los cientos de vacantes que abundan en la red, antes de que sea demasiado tarde y una persona resulte siendo víctima de estafa.

Las estafas de ofertas laborales pueden llegar a ser comunes. | Foto: Getty Images

En ese orden de ideas, Valora Analitik comparte las ‘red flags’ para identificar una oferta laboral falsa:

No hay ubicación y tampoco conocimiento de la empresa

Antes de tomar la decisión de asistir a una entrevista de trabajo, es importante verificar la dirección a la que se hizo la citación. Por lo general, en la web aparecen imágenes de los sitios y mapas satelitales que dan muestra del punto de encuentro laboral.

Conjuntamente, los analistas de empleo comentan que otro motivo para desconfiar de una oferta de empleo es “si el reclutador le solicita hacer una visita domiciliaria de inmediato”.

Correos electrónicos personales

Cuando se hace el contacto con un aspirante a una vacante laboral, la dirección de correo electrónico es una variable que debe ser tenida en cuenta. La razón de ello es porque el encargado de recursos humanos, en la mayoría de casos, debe contar con un email con dominio corporativo al final.

En otras palabras, por ejemplo, si la empresa es SEMANA, en vez de terminar el correo con Gmail, Hotmail, etc., la dirección debe finalizar con el dominio de la empresa que sería semana.com.

Buscar empleo puede convertirse en algo tedioso y demorado. | Foto: Getty Images

Altas expectativas

Si bien es cierto que muchos buscan un trabajo estable, con altos sueldos y otros beneficios, cuando las expectativas y la oferta como tal es muy elevada hay que tomar cartas sobre el asunto.

En efecto, los estafadores atrapan a las víctimas ofreciéndoles grandes contratos, luego proceden a pedir rápidamente una serie de documentos, les dicen que les asignaran una entrevista e incluso exigen certificaciones adicionales que son cobradas, cuando eso no debería pasar por ningún motivo o circunstancia.

Antes de finalizar, nunca está de más recordar que tampoco se debe otorgar datos personales y documentos de identidad de inmediato, por más difícil que sea la búsqueda de trabajo. Además, usualmente el proceso es hablar con el aspirante, más no pedir datos personales desde un principio.