En Colombia, se pondrá en marcha la iniciativa Centros de Reindustrialización Zasca, como parte de la estrategia para el desarrollo de la economía popular con enfoque territorial.

Dichos centros, una iniciativa del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo e iNNpulsa, brindarán servicios especializados, buscarán facilitar el acceso a nuevas tecnologías, uso de maquinaria, fortalecimiento en capacitaciones técnicas y empresariales.

También se busca contribuir con el incremento de la productividad y la innovación en unidades productivas y pequeñas empresas populares que se encuentren aglomeradas en distintos territorios del país.

El ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña, aseveró que los Centros de Reindustrialización “permitirán ayudar la economía popular y comunitaria no solo en Bogotá, sino en todo el país. Es una apuesta por impulsar a aquellas unidades productivas que siempre han estado relegadas en nuestra economía, pero que son el soporte económico de muchos colombianos que necesitan apoyo para salir adelante”.

Convenio

De igual forma, se firmó un convenio con la fundación Juan Bosco Obrero, que permitirá la entrada en funcionamiento del primer centro, que se enfocará en el sector moda y confecciones.

Las instalaciones están ubicadas en el centro de capacitación y promoción popular Juan Bosco Obrero del barrio La Estrella, en la localidad de Ciudad Bolívar, en Bogotá, y estarán operando en alianza con la Sociedad Salesiana.

Por su parte, Hernán Ceballos, gerente general de iNNpulsa Colombia, dio a conocer que “estas personas, en su mayoría mujeres, que viven del sector moda y confecciones en Ciudad Bolívar requieren un enfoque integral, que entienda sus necesidades e impulsen esa justicia económica tan fundamental directamente en su territorio y eso es lo que haremos con estos Centros de Reindustrialización”.

“Desde el Gobierno del presidente Gustavo Petro nos comprometimos a desarrollar la productividad de la economía popular y este esfuerzo hace parte de ese mandato”, agregó.

Así mismo, con una inversión de $860 millones, se buscará atender al menos a 60 unidades productivas de la localidad, compuestas mayoritariamente por mujeres.

Los beneficiarios de esta metodología tendrán acceso a formación y tecnologías, uso de máquinas, asistencia técnica, diseño e innovación, capacidades para el desarrollo empresarial y un acompañamiento para el desarrollo humano, territorial y ambiental.

En ese orden de ideas, el primer centro responde a la importancia del sector confecciones en Bogotá, que genera alrededor de 107.000 empleos (que equivale al 4,8% de los trabajos de la ciudad), con 9.000 empresas y una producción de más de 2.000 millones de dólares.

Sin embargo, en los últimos años se ha visto drásticamente afectado por las importaciones y el contrabando, lo cual ha llevado a la contracción del sector, con la desaparición de micro y pequeñas empresas que se dedican al sector de la moda y con las cuales muchas familias generan sus ingresos.

También se busca contribuir en la eliminación de barreras sociales, económicas, tecnológicas, educativas, así como enfrentar la falta de acceso a la oferta pública y privada, aspectos que impactan el desarrollo de estas actividades económicas y se constituyen en factores relevantes para el mejoramiento de las condiciones socioeconómicas de las personas y familias con vocación productiva en los territorios.

También se están realizando acercamientos con centros penitenciarios del país, a través del Inpec. Un ejemplo es el complejo carcelario La Picaleña, ubicado en Ibagué, Tolima, donde se estudia la factibilidad de brindar estos servicios y espacios de formación para la productividad en beneficio de la población reclusa.