Actualmente, el mercado laboral en Colombia y el mundo se enfrentan una realidad que afecta a empresas y profesionales, por cuenta de la falta de mano de obra especializada para las labores que se necesitan, así como la dificultad para encontrar trabajo una vez se gradúan miles de jóvenes.

Por un lado, cada vez es más común que algunas organizaciones, especialmente las de mediano y pequeño tamaño, sufran porque no encuentran personal técnico que se adapte a las labores que demanda su producción, ya sea por sobrecualificación o falta de conocimientos. Ambas situaciones constituyen un dolor de cabeza para los empresarios.

Así mismo, muchos profesionales hoy en día se encuentran con una demanda laboral distinta a sus conocimientos, es decir, que estudiaron algo que no es muy solicitado. Para nadie es un secreto que mientras en algunas áreas del conocimiento hay una sobreoferta de mano de obra, en otras se hace difícil encontrar a alguien que, como se dice popularmente, se le mida a lo que se necesita.

Esta convocatoria está dirigida a startups de Latinoamérica, Estados Unidos, Europa y el mundo que desarrollan innovaciones o proyectos enfocados a crear soluciones a problemas sociales existentes en América Latina. | Foto: Getty Images

En entrevista con SEMANA, expertos como David Ortiz, CEO de Siigo, asegura que esta problemática tiene dos orígenes, la primera radica en el desconocimiento que hay por parte de los jóvenes sobre qué estudiar y lo que se necesita en el mercado. La segunda, es que la mayoría de las empresas se dedican a buscar entre lo que hay y no le apuestan a la formación de aptitudes.

“Muchas personas terminan el colegio y tienen que decidir lo que harán con su futuro y pues uno se pone a pensar que todo esto requiere una inversión, así sea para ir a una universidad pública, teniendo presente lo difícil que es pasar. Entonces póngase a pensar qué pasaría si aprovechamos esto para que de una vez pongan un pie en las empresas”, explicó Ortiz.

Para el CEO de Siigo, empresa que a través de su fundación le apuesta a unir a empresarios y empleados, estos problemas se pueden solucionar en gran medida si se apuesta por la inclusión laboral temprana, de tal manera que las compañías pueden formar a estos jóvenes con las capacidades que necesitan, mientras se les da un patrocinio que mejore su calidad de vida o les permita crecer.

“La idea es que desde que empiecen a estudiar sepan que ya tienen asegurado un trabajo, que es lo más importante, saber que la inversión que se va a hacer, así sea de tiempo, se va a convertir en una oportunidad para el futuro. Hoy en día muchas personas optan por la informalidad porque no tienen cómo estudiar y deben decidir entre lograr un sustento o salir adelante”, agregó este empresario.

La fundación Siigo es una entidad sin ánimo de lucro, con presencia en Bogotá y Medellín, que nace como brazo social de la empresa Siigo SAS. Desde su creación se ha dedicado a empoderar jóvenes en condiciones de vulnerabilidad, buscando su desarrollo personal y profesional, inspirándolos a cursar un programa técnico con el apoyo económico de una empresa patrocinadora para luego vincularlos al mercado laboral.

“Acá estamos hablando de dos problemáticas que son la falta de personal especializado para ciertas labores y la ausencia de oportunidades para salir adelante. Todo esto se puede solucionar con la inclusión laboral temprana, que no es otra cosa que darle un espacio a todos estos jóvenes que salen del colegio, formarlos y ayudarlos a crecer”, dijo David Ortiz.

Propietario de una pequeña empresa joven que trabaja en la oficina en casa. Entrega de envases de marketing online, emprendedor de pymes de inicio o concepto de mujer independiente. Propietario de una pequeña empresa | Foto: derechos de autor no

En esta entrevista con SEMANA, David explicó también que los beneficios de este tipo de herramientas para las empresas parten desde tener un personal que sabe hacer exactamente lo que necesita el puesto que ocupa, hasta la posibilidad de ganar un trabajador en el futuro que le aporte ideas de crecimiento e innovación al lugar que le ayudó a crecer.

“Para muchas empresas es fácil apostarle a la monetización de los practicantes, usar eso como una forma de bajar los costos. Esto es la manera equivocada porque es tomarlos por un tiempo y esperar a que en seis meses llegue otro. Si en lugar de eso se les capacita en habilidades blandas y técnicas, sobre lo que se necesita, ya hay un mayor rédito de beneficios para parte y parte”, indicó.

Si bien es una decisión arriesgada, este CEO dijo que “lo mismo pasa cuando se contrata a alguien nuevo”. No obstante, en la mayoría de los casos se logra la gratitud de alguien que pudo salir adelante, que en caso de quedarse “tendrá unas tasas de fidelidad muy altas” y si al final se va, al menos se dio un paso para reducir las brechas de inequidad y pobreza en el país.

Actualmente, en Colombia, según cifras de la fundación Siigo, más de 300.000 empresas necesitan personas técnicas en ramas como administración y contabilidad, las cuales se podrían aprovechar para fortalecer la práctica de la inclusión laboral temprana.

“Solo el año pasado logramos más de dos mil estudiantes y este año nos pusimos una meta de tres mil jóvenes, ya vamos en 1.800. Las personas que quieran apostarle a esto, pueden conocer más en nuestra página www.fundacionsiigo.org, donde estamos como canal para conectar a la oferta y la demanda”, concluyó David Ortiz.