“Bruta, cállese, calladita se ve más bonita. Le recuerdo que el año pasado fueron asesinados 212 líderes sociales por defender su territorio, mejor quédese en Estados Unidos porque, si regresa, le vamos a matar a toda su familia, empezando por sus hijos”. Esa fue la advertencia que recibió Claudia Bahamón, luego de manifestar su dolor e inconformidad por la muerte de defensores ambientales en el evento ‘Un canto por la vida’, en 2020.

Y decidió no quedarse callada, seguir adelante en su compromiso con el medio ambiente, el cual define como uno de los propósitos de su vida.

Bahamón reconoce que el mundo del espectáculo y las redes sociales le ha dado un gran poder y capacidad de influenciar a millones de personas. Ahora utiliza las plataformas digitales para mostrar los efectos del cambio climático en el territorio nacional y transmitir un mensaje de concientización sobre la crisis medioambiental. Con casi 5 millones de seguidores de Instagram, recalcó en la responsabilidad que tiene su voz.

Su compromiso por el cuidado de la fauna y flora del país no se ha limitado a las pantallas. Desde 2008 es embajadora de WWF, donde ha apoyado y promueve iniciativas para proteger el medioambiente, y ha participado en un sinfín de eventos para resaltar la importancia del cuidado de la biodiversidad del país, pues cree que, “para transformar realidades, debemos conocerlas”.

Durante su intervención manifestó que, a lo largo de los años, ha peleado con la doble moral y la falta de acción de los seres humanos. Sus acciones la han llevado a eventos de talla mundial como la COP25, realizada en Madrid, donde pidió a los líderes de las naciones más importantes del planeta actuar para detener el deterioro de la Tierra.

La presentadora cree fervientemente que con pequeñas acciones todos podemos aportar al cuidado del medioambiente. “Podemos renunciar a muchas cosas que afectan al planeta y decirle no a la deforestación o la minería ilegal”. Esas acciones son las que permiten cambiar el chip y salvar la vida de la naturaleza, y por ende la nuestra, pues para Bahamón ayudar al medioambiente “se ha convertido en una cuestión de vida o muerte” .