Existe la creencia errónea de que algunos alimentos deben ser excluidos. Por ejemplo, las grasas o los carbohidratos. Sin embargo, estos grupos alimentarios contribuyen a que las proteínas, que realizan la mayoría del trabajo de las células y son necesarias para que funcionen los órganos y tejidos del cuerpo, actúen correctamente. Una nutrición balanceada incluye todos los nutrientes.
“Pensar que existen alimentos buenos o malos es una creencia errónea de la nutrición. El verdadero asunto es tener una estructura de dieta que considere la distribución de calorías y la escogencia de alimentos de buena calidad según las necesidades de cada persona”, explicó Carlos Olimpo Mendivil, presidente de la Federación Diabetológica Colombiana.
Por su parte, Claudia Briceño, jefe del Departamento de Nutrición de la Fundación Santa Fe de Bogotá, precisó que “la alimentación es individualizada. Una alimentación saludable está basada en alimentos que optimicen el estado nutricional de cada persona. Los alimentos no deben ser excluidos, sino consumidos dependiendo de las necesidades individuales”.
No obstante, existen alimentos primordiales como las grasas monoinsaturadas o los alimentos proteicos, que contribuyen a los procesos celulares del organismo. Por eso, el llamado de los expertos es a buscar el equilibrio en el consumo nutricional. “Los extremos en nutrición no son adecuados. Las porciones dependen del individuo y su estado nutricional. Son importantes también las patologías, los antecedentes, la actividad física. Una cantidad de variables que identifican los valores nutricionales para cada persona”, agregó Briceño.
Para que un plato de comida sea saludable debe incluir todos los grupos alimenticios. En el caso de alimentos ultraprocesados o de carbohidratos simples como azúcar refinada, el consumo debe ser moderado. Sin embargo, la recomendación es verificar la dieta con un nutricionista. “Los alimentos proteicos forman tejidos y regeran células. Al consumir proteínas con un alto valor biológico, como el huevo, la carne o el pescado, el organismo obtiene sustrato para la regeneración de tejidos y órganos. Un perfil de aminoácidos para el proceso celular”, indicó Briceño.
Además, la nutricionista resaltó la importancia del consumo de alimentos lácteos, pues son una gran fuente de calcio y fósforo, minerales primordiales en la ingesta alimentaria. “La leche es un superalimento. En ella confluyen nutrientes esenciales para la alimentación. Un ejemplo es el yogur griego, que al ser fuente de proteína, se convierte en un alimento fundamental para todas las edades. En los niños es como un ladrillo que garantiza el crecimiento”, comentó Paola Yanquen, gerente de Asuntos Regulatorios Alimentarios y Nutrición de Alpina.
Según los expertos, la educación es el punto crucial para derribar los mitos sobre los alimentos e impulsar la conciencia nutricional. “Lo ideal es prevenir, no curar. Es algo que se logra creando consciencia alimentaria desde el núcleo familiar. Establecer hábitos saludables a la hora de hacer el mercado familiar y orientar a las personas sobre la interrelación de los nutrientes. Los alimentos no son para satanizar, sino para individualizar”, concluyó Briceño.
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