Actualmente, más de 40 millones de personas en el mundo viven con VIH, una condición que además de afectar la salud física, también puede provocar problemas emocionales y psicológicos. Los mitos, el estigma y la discriminación asociados a esta enfermedad son un desafío por superar por la sociedad para asegurar el bienestar de esta población.
De acuerdo con el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), este tipo de barreras dificultan el acceso de estas personas a los servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento, lo cual puede empeorar el pronóstico de la enfermedad. Incluso, un estudio de la organización reveló que las personas viviendo con VIH (PVVIH) tienen 2,4 veces más probabilidades de retrasar la solicitud de asistencia hasta estar muy enfermos, para evitar ser discriminados.
Para profundizar en este tema, asista al Foro Vivir con VIH: sin miedo a una vida plena, que se realizará el próximo 5 de diciembre. Para participar inscríbase aquí.
Además, la investigación destacó que hasta el 21 por ciento de las personas que viven con VIH declararon que se les habían negado servicios sanitarios en los últimos 12 meses. Asimismo, frente a otras formas de discriminación, el documento indicó que en 47 países aún se imponen restricciones de viaje a las personas que viven con el virus; del mismo modo, se encontró que en 25 de los 36 países con datos recientes, más del 50 por ciento de las personas entre 15 y 49 años muestran actitudes discriminatorias contra esta población.
Esto influye de igual manera en la atención oportuna de la enfermedad, pues en el caso de los adolescentes que viven con VIH la discriminación por parte de otros estudiantes o profesores influye negativamente en su capacidad para tomar la medicación.
“La discriminación en relación con el VIH es una cuestión de derechos humanos. Las personas tienen derecho a estar protegidas contra la discriminación y a una vida digna sin actitudes estigmatizadoras que obstaculicen el ejercicio del resto de sus derechos, incluidos el derecho a la educación, la asistencia sanitaria, el empleo, el acceso a la justicia, la intimidad, la familia y la autonomía corporal, entre otros”, indican desde ONUSIDA.
Para reducir el estigma, la organización hace un llamado a que los gobiernos deroguen leyes que perpetúen estas situaciones. Por ejemplo, la penalización de la exposición al VIH, las restricciones de viaje, la penalización del comportamiento sexual entre personas del mismo sexo, la identidad y expresión de género, el trabajo sexual y el consumo o la posesión de drogas para consumo personal y, por el contrario, promulgar normas de protección frente a la discriminación.
Impacto en la vida laboral
El análisis del índice de estigma de ONUSIDA reveló que la discriminación en relación con el VIH causaba o contribuía a la pérdida del empleo en más del 50 por ciento de los casos, en 7 de 11 países estudiados. Esto evidencia el reto que existe en el entorno laboral, pues además de la carga psicológica de la enfermedad, no tener empleo puede agravar aún más las cargas mentales.
Un estudio de la Organización Internacional del Trabajo destacó que casi cuatro de cada diez encuestados dijeron que no se debería permitir a las personas que viven con VIH trabajar directamente con quienes no lo tienen; y hasta seis de cada diez apoyaron la obligatoriedad de las pruebas del VIH antes de poder trabajar.
Uno de los grandes problemas que se identificaron en estos entornos es que muchas personas perpetúan actitudes estigmatizadoras y discriminatorias por desconocimiento. Por ejemplo, sólo una de cada dos personas sabía que el VIH no se transmite al compartir el baño y sólo una de cada cuatro personas respondió correctamente a las preguntas sobre cómo se transmite el VIH.
“El mundo del trabajo tiene un papel clave que desempeñar. El estigma y la discriminación en el lugar de trabajo marginan a las personas, empujan a las personas que viven con el VIH a la pobreza y socavan el objetivo del trabajo decente”, manifestó en su momento, Chidi King, jefe del Servicio de Género, Igualdad, Diversidad e Inclusión de la OIT.
Para combatir estas y otras formas de discriminación, los expertos recomiendan ofrecer servicios jurídicos con relación al VIH; supervisar y reformar leyes, reglamentos y políticas sobre el virus; generar espacios de conocimientos básicos de derecho, para conocer los propios derechos; formar al personal sanitario en derechos humanos y ética médica, entre otros.
Conozca otras propuestas para luchar contra la discriminación asociada a esta enfermedad en Colombia en el Foro Vivir con VIH: sin miedo a una vida plena, que se realizará el próximo 5 de diciembre. Para participar inscríbase aquí.