Los colombianos que viven con VIH están expuestos a diferentes prejuicios que afectan su bienestar y calidad de vida. De acuerdo con el estudio ‘Romper el círculo. Índice de Estigma y Discriminación en Personas que Viven con VIH en Colombia. Resultados y Recomendaciones-2022′, realizado por Processum, Red Somos y el Ministerio de Salud, el 43 por ciento de las personas encuestadas consideran que los demás murmuran sobre ellos por su diagnóstico de VIH.

Este estigma no solo impacta el relacionamiento con los demás, sino aspectos como la autoestima y las emociones del paciente. De hecho, el 52 por ciento de las personas que viven con el virus tiene sentimientos de soledad y el 42 por ciento evitó tener relaciones afectivas con otras personas, según el estudio. Para Andrés Cardona, director ejecutivo de la Fundación Ancla, esto se debe a que el diagnóstico activa miedos asociados a la muerte, así como al rechazo, “pues piensan que nadie querrá entablar una relación amorosa con ellos”.

Las condiciones sociales, económicas y geográficas también influyen en la experiencia de vida de las personas que viven con el virus. Según Cardona, “vivir con VIH en Colombia es tan diverso como el mismo país”, puesto que las realidades de los territorios y de poblaciones rurales, afrocolombianas e indígenas están atravesadas por barreras de acceso, atención, información y prevención sobre la enfermedad.

Ángela Pérez, doctora, epidemióloga e investigadora, indicó que las poblaciones que tienden a sufrir más discriminación por vivir con VIH, “son las víctimas de violencia, personas con niveles de educación bajo, personas que no han logrado la indetectabilidad, población transgénero y homosexuales”. Esto, según ella, se relaciona con las dinámicas de algunas zonas del país caracterizadas por violencia, pobreza y distancia territorial.

Además del cierre de brechas de atención en salud, Pérez señaló que los retos incluyen la articulación y operación de los servicios en un contexto de discusión de la reforma a la salud, así como la generación de acciones intersectoriales. La experta puntualizó que el sistema de salud tiene otros desafíos como “mejorar la atención orientada al fortalecimiento de la salud mental para las personas que viven con el virus; y desde los demás sectores sociales, promover la educación para mitigar los efectos del desconocimiento acerca de la enfermedad que se ven reflejados en discriminación y estigma”.

Para Leonardo Arévalo, doctor y jefe médico de programas especiales en Virrey Solis IPS, la educación en la prevención del VIH es clave, pues “significa ofrecer a todos oportunidades de aprendizaje para que adquieran y desarrollen el conocimiento, las competencias, los valores y las actitudes que limitan la transmisión y el impacto de la infección, incluidos el acceso a la atención y el asesoramiento psicológico, así como a la educación para el tratamiento”.

A lo largo de los años, se han llevado a cabo diversas iniciativas para promover la educación y prevención del virus. “La UNESCO, por ejemplo, lideró la Iniciativa Mundial de Educación Preventiva contra el VIH/SIDA (EDUCAIDS), que brinda asistencia a los países para encontrar las mejores formas de controlar la propagación del VIH a través de la educación y proteger las funciones vitales de los sistemas de educación”, aseguró Arévalo.

Para profundizar en el panorama del VIH en Colombia, Cardona, Pérez y Arévalo, junto a otros expertos, participarán en el foro ‘VIH Visible’ el próximo 29 de noviembre, desde las 7:30 a.m., en el edificio de SEMANA. No se pierda este evento organizado por Foros Semana, con el apoyo de Processum, VIHsible, GSK x ViiV Healthcare.

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