La falta de educación menstrual y la escasez de recursos y servicios disponibles son algunas de las tareas pendientes que continúan afectando la salud menstrual en muchas comunidades. De acuerdo con la encuesta de Pulso Social de octubre de 2022 realizada por el Dane, 34.869 mujeres, incluyendo niñas y adolescentes, utilizaron objetos de alto riesgo para su periodo menstrual como trozos de tela, medias, papel higiénico y servilletas.

Para prevenir que las personas menstruantes desarrollen enfermedades ginecológicas a largo plazo y que coloquen en riesgo su integridad física e incluso la vida se deben realizar cambios. “Necesitamos fortalecer la atención primaria en salud y debemos ponernos de acuerdo con todos los actores del Sistema General de Seguridad Social en Salud” afirmó Gina Rojas directora Promoción y Prevención del Ministerio de Salud.

Precisamente, para avanzar en ese sentido, la máxima responsable de la salud de los colombianos, ha creado alianzas con el ICBF, SENA, MinTIC, entre otras, para desarrollar actividades que permitan el cuidado menstrual y el posicionamiento de esta en la agenda pública. Además, aseguró, han contado con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para publicar un documento de política pública para la promoción de la salud y el cuidado menstrual.

Por su parte, la directora del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario San Ignacio Diana Acosta destacó durante el foro ‘Hablemos de derechos y salud menstrual’ que “la educación es fundamental, pues es necesario identificar y reconocer en qué momento la menstruación deja de ser un proceso fisiológico normal y pasa a afectar la calidad de vida de las pacientes”.

Uno de los factores de riesgos más comunes es la Endometriosis, enfermedad que sin un cuidado apropiado puede derivar en la formación de pólipos, hiperplasia e incluso cáncer endometrial aseguró.

Esta enfermedad genera graves consecuencias en la salud. “Una de cada dos mujeres con endometriosis padecemos en algún momento problemas de infertilidad”, afirmó Luz Marina Araque, directora de la Asociación Colombiana de Endometriosis e Infertilidad.

Desde su experiencia, “la normalización del dolor menstrual es lo que ha llevado, en parte, a que muchas mujeres no acudan al especialista a tiempo y en consecuencia a diagnósticos avanzados”. Esto sumado al poco apoyo de las entidades de salud conlleva a que casi el 50 por ciento de las mujeres en Colombia que sufren de esta patología deben sacar de su bolsillo para pagar tratamientos, exámenes y medicamentos, explicó.

Para evitar que las personas menstruantes tengan que pasar por dolores y complicaciones de salud en el Congreso de la República fue aprobada la Ley de Endometriosis que define los lineamientos básicos de prevención, diagnóstico y tratamiento integral de esta enfermedad. Con esta Ley se crearán protocolos, registros de pacientes y pedagogía para reducir los casos y asegurar la salud menstrual en el país, concluyó Araque.