De acuerdo con el ministerio de Ambiente, en Colombia, durante las últimas dos décadas se deforestaron alrededor de 3.182.876 hectáreas, de las que solo se restauraron 500.000. Estos datos también reflejan que el Amazonas es el territorio más afectado del país, con la pérdida de 1.858.285 hectáreas.
Para el director de Amazonía Emprende-Escuela Bosque, Julio Andrés Rozo, “estamos llegando a un punto de no retorno”. Advirtió que alrededor del 82 por ciento de los suelos amazónicos está en alto nivel de degradación y que se ha perdido cerca del 25 por ciento del bioma amazónico.
Ante esta situación, surge la necesidad de una restauración real y sostenida. “El llamado es que la restauración hay que verla más allá de la siembra de árboles. Tiene que ser una restauración activa, que se articule con distintos sectores en los territorios. Debe existir una economía basada en el uso adecuado de la biodiversidad”, afirmó Sandra Valenzuela, directora ejecutiva de WWF Colombia durante el foro.
En ese sentido, uno de los grandes retos para avanzar hacia la restauración es implementar la ganadería sostenible en el territorio nacional con el objetivo de reducir sus efectos nocivos para los suelos y ecosistemas. Al respecto, José Félix Lafaurie, presidente ejecutivo de Fedegán, señaló que ha venido trabajando junto con la ministra de Minas, Irene Vélez, para construir instrumentos que, desde lo público, permitan el desarrollo de más hectáreas sostenibles.
“Vamos a ver si soy capaz de trabajar con la ministra de Minas y la de Ambiente en un Gobierno de izquierda para hacer lo que ni el gobierno de Santos ni el de Duque fueron capaces de hacer”, afirmó Lafaurie frente a la importancia de acelerar el camino hacia la ganadería sostenible, pues sostuvo que en Colombia hay mucho activismo ambiental, pero pocas herramientas e instrumentos públicos que brinden garantías.
Por su parte, la representante a la Cámara y exdirectora de Parques Nacionales Naturales, Julia Miranda Londoño, explicó que para acelerar el ritmo hacia prácticas más sostenibles en los suelos, el problema debe ser abordado desde una perspectiva interministerial: “No solamente es responsabilidad del ministerio de Ambiente que el sector agrícola se comporte bien desde el punto de vista ambiental; es un tema transversal donde los ministerios y cada uno de los sectores debe cumplir con esos estándares mínimos”.
En concordancia, Valenzuela también señaló la importancia de construir una política pública integral con una agenda que atraviese a todos los ministerios y que haga frente a la deforestación y a la ganadería. Para ella, las carteras se deben integrar a través de una política nacional que responda a las particularidades de cada territorio. “Se deben establecer los lineamientos para las cadenas libres de deforestación y bajarlos al territorio. Hay que regionalizar la política nacional y ver cómo se aplica a las diferentes zonas del país. Se trata de una integración en mesas desde lo privado, lo público y lo comunitario con las especificidades de cada región”.
Una de las iniciativas que toma fuerza en la prevención de la deforestación es la economía forestal. Sobre esto, Nicolás Pombo, gerente de la División Forestal de Smurfit Kappa, advirtió que “se requiere una política de Estado que apoye la reforestación comercial y que tenga coordinación interinstitucional”.
Para él, Colombia podría ser uno de los mayores proveedores de madera sostenible, de bonos de carbono y de bienes y servicios ambientales en el mundo, pues tiene potencial de usar más de 7,1 millones de hectáreas para este fin, que según la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra) no tienen ninguna restricción social, económica o ambiental en el país, por lo que son aprovechables para plantaciones forestales técnicamente manejadas.
Sin embargo, para alcanzar dichos objetivos, el país debe prepararse para desafíos ambientales como el fenómeno del Niño. De acuerdo con Sandra Valenzuela, “para enfrentarlo no nos podemos quedar solo con la información, sino que hay que pensar e implementar soluciones basadas en la naturaleza, que generen procesos de recuperación del suelo y la biodiversidad”.
Frente a esto, Miranda destacó la educación como el eje central para prepararse ante este tipo de fenómenos, ya que “implica que la gente sepa las consecuencias de lo que va a ocurrir y se implementen estrategias de restauración de ecosistemas. La clave es la restauración”.
Finalmente, Lafaurie enfatizó en que el país sí ha tenido avances significativos en materia de conciencia ambiental. Asimismo, ratificó el compromiso del sector ganadero en el camino hacia la sostenibilidad ambiental: “Desde hace mucho tiempo estamos dispuestos a hacer la reconversión, pero se necesitan instrumentos de política y coordinación que pongan en el centro de la discusión la agricultura”.