Javier Birchenall, profesor de economía en la Universidad de California en Estados Unidos, es un destacado economista colombiano enfocado en investigaciones sobre crecimiento económico, desarrollo, demografía y mercado laboral. El académico, además de contar con experiencia en instituciones colombianas de renombre, ha sido profesor visitante de diferentes universidades internacionales.
Durante el ‘Gran Foro Colombia 2024: ¿para dónde va el país?’, organizado por Semana y Dinero, el experto profundizará en el cierre de brechas de desigualdad y las oportunidades de crecimiento económico para los países latinoamericanos en el 2024.
Según la Cepal, el crecimiento económico de América Latina y el Caribe se sigue desacelerando, ¿por qué?
Javier Birchenall: Sí, es cierto. La actividad económica en América Latina se ha desacelerado, aunque no se ha estancado. El crecimiento económico ha sido moderado en los años posteriores a la pandemia. Es importante ver la desaceleración de la región en un contexto global de ajustes macroeconómicos. El factor más determinante ha sido la subida global en las tasas de interés con el objetivo de controlar la inflación. Lo sorprendente es que este incremento en las tasas de interés no ha estado acompañado de una recesión o desacelerones más severos.
¿Cuál es el panorama de la desigualdad en Latinoamérica?
J.B.: Veamos un poco el contexto mundial. En Estados Unidos y, en menor grado en Europa, las últimas décadas han estado acompañadas de una mayor desigualdad económica y social. Mientras tanto, en América Latina la desigualdad no sólo no ha crecido al ritmo mundial, sino que también se redujo durante las últimas dos décadas en todos los países, incluyendo Colombia. Esto no tiene precedentes. Parte de la reducción de la pobreza y la desigualdad en la región ha estado ligada a la expansión de servicios públicos básicos, como educación, salud y asistencia social. Asimismo, hubo un crecimiento importante en los flujos de exportación de materias primas como carbón, petróleo, oro y gas natural. Este “commodity boom”, estuvo bien manejado en términos de mejoras en el empleo.
¿Cómo está Colombia frente a otros países de la región?
J.B.: Colombia en muchos aspectos se acerca al promedio de América Latina, en términos de ingresos, estructura productiva, desigualdad, y otros. El país ha tenido avances en educación y desigualdad, pero aún necesita trabajar en temas de productividad, tecnología, integración de mercados, y acumulación de capital e infraestructura. Es decir, no es solo cuestión de educar y mejorar la fuerza laboral sino también generar cambios en la demanda de trabajo para asegurar alta calidad en el empleo, innovación y crecimiento empresarial.
La pobreza, el desempleo y la informalidad son problemas que aún persisten, ¿cómo pueden los gobiernos y empresas responder a estas dificultades?
J.B.: Latinoamérica es una región de contrastes. Aun en ciudades grandes, existen altas tasas de informalidad. Esta genera un dualismo en el mercado laboral porque atrae a trabajadores jóvenes o no calificados, y paga salarios bajos sin acceso a salud y pensión. Es muy importante formalizar el empleo, pero creo que dos cosas son claves. Primero, una mayor flexibilidad en el mercado formal para asegurar que existan oportunidades de trabajo, y segundo, que la formalización se haga de la mano de programas vocacionales y técnicos que garanticen un aprendizaje para trabajadores informales.
Las mujeres latinoamericanas son las más afectadas por estas brechas, ¿cuál debería ser su rol en la política económica de la región?
J.B.: Sí, pero también es cierto que uno de los grandes cambios sociales en las últimas décadas ha sido la entrada de más mujeres al mercado laboral y educativo, y su mayor injerencia en la toma de decisiones de política económica y social. Las mujeres detrás de estas decisiones frecuentemente ponen más énfasis en el bienestar infantil y familiar que los hombres. Sería ideal que tuvieran un papel mucho más activo. Es importante, por ejemplo, generar oportunidades para incrementar la participación política de las mujeres, en todo nivel; no solo en la toma de decisiones públicas sino también en la empresa privada. Hay muchos beneficios con una mayor autonomía económica y una mayor representación política de las mujeres.
¿Cómo se proyecta el crecimiento económico en 2024? ¿Qué podemos esperar de los primeros meses del año en los países latinoamericanos?
J.B.: Yo creo que aún no hemos dejado de lado el problema de los ajustes macroeconómicos, así que es muy posible que la situación no sea muy diferente a la de 2023. Es probable que las tasas de interés empiecen a bajar porque la inflación se ha moderado en la región (y en el resto del mundo). Una ventaja es que las exportaciones provenientes de América Latina se han mantenido fuertes y la región todavía es llamativa para la inversión extranjera.
Para conocer más sobre los planteamientos de este experto en economía, no se pierda el próximo 23 de enero, desde las 7:30 a.m., el ‘Gran Foro Colombia 2024: ¿para dónde va el país?’.
Este evento es organizado por SEMANA y Dinero, con el apoyo de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), Cámara de Comercio de Bogotá (CCB), Coca-Cola FEMSA Colombia, Compensar, Coomeva, Grupo Energía Bogotá (GEB), Grupo Trinity y Telefónica.
Para más información escriba a fchirivit@semana.com
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8:00 a.m. Bienvenida y presentación Foro Colombia.
8:10 a.m. Intervención Fiscal General de la Nación.
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Regiones: protagonistas del desarrollo.
9:30 a.m. Conferencia.
Crecimiento económico y desigualdad: el dilema de la política económica en América Latina.
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Seguridad y justicia, ¿desafíos del 2024?
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¿Cómo prender los motores del crecimiento económico?
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El país desde la visión de las empresas.
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3:00 p.m. Panel.
Inversiones que construyen país.
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