“Tengo cuatro puentes en mi corazón y una oportunidad de seguir viviendo con unos cambios abismales en mi vida”. Así comenzó la humorista Fabiola Posada, más conocida como la ‘Gordita Fabiola’, a recordar la angustia que vivió cuando descubrió que duró varios días infartada.
Todo empezó en el año 2014. Junto a su esposo Nelsón Polanía, ‘Polilla’, grababan su película en el mítico Golden Gate, en la ciudad de San Francisco, en Estados Unidos. “La escena era correr, correr y correr”, describió la humorista quien para ese entonces pesaba 90 kilos. Se había sometido a una cirugía bariátrica y había lograda perder 50 kilos. “Eso me ayudó a no perder mi vida en ese momento”, aseguró.
Fabiola contó que la escena consistía en correr para darse un beso con ‘Polilla’, para luego caer en la arena. “El director dijo corten, yo le dije no puedo respirar. Sentía una presión muy fuerte, un ahogo tremendo, no sabía que pasaba, el corazón latía de una forma muy rara, eran como 50 caballos al galope”, explicó.
La llevaron al carro y prendieron el aire acondicionado, pero todo era muy confuso. Jamás pensó que podía ser un infarto. No obstante, la humorista recordó que sus padres también eran pacientes con falla cardiaca y diabetes, lo que la llevó a creer que tal vez algo pasaba con su corazón.
“Nos fuimos para una droguería a comprar unas aspirinas, me las tomé y me fui al hotel a quedarme quieta. Dos días después terminé mi rodaje y me devolví a Colombia”.
Una vez en Bogotá, fue sometida a un electrocardiograma y el cardiólogo de advirtió que tenía un infarto muy grande. Esa noche, ya en la Unidad de Cuidados Intensivos Coronarios de la Clínica Colombia, la ‘Gordita Fabiola’ sufrió un cuarto infarto. A las 3:00 a. m., ingresó a una cirugía de corazón abierto.
Los médicos determinaron que tenía tres arterias cardiacas tamponadas al ciento por ciento y una cuarta al 90 por ciento.
“Me despedí de mi familia y afortunadamente estoy contando la historia. Tengo cuatro puentes en mi corazón y una oportunidad de seguir viviendo con unos cambios abismales en mi vida”, aseguró.
Actualmente, Fabiola pesa 79 kilos y lleva una vida distinta. “Hoy salgo desde las 5:00 a. m. con mi perro, y camino unas 10 cuadras y me devuelvo. Todo el tiempo me mantengo activa. Mis hábitos alimenticios también cambiaron”.
La humorista mencionó que su familia fue una gran ayuda en esta transición. “Los chicharrones pasaron a muy de vez en cuando, los dulces no se ven en mi casa y las harinas bajaron considerablemente”.
Sin embargo, Fabiola enfrentó otra crisis. Después de los infartos vino un proceso de desnutrición, “porque me mandaron a comer tanta proteína que la aborrecí”. Según la humorista, su organismo comenzó con calambres, no podía caminar, no tenía fuerza en sus piernas, se llenó de agua, volvió a pesar 90 kilos, no coordinaba la memoria y duró 25 días en coma.
Cada día uno de sus órganos fallaba. Pero cómo ella misma reconoce, la ayuda divina la ayudó a recuperarse y su cuerpo prácticamente “se reinicio”.
Al finalizar su intervención resaltó la importancia que tiene la risa en su vida. “Para mí es un motor, es la mejor actitud para asumir la vida y ha sido fundamental en todo este proceso”.