Durante el foro ‘Liderazgo y equidad de género’, Piedad Urdinola, directora del Dane, explicó que en el mercado laboral colombiano la diferencia entre hombres y mujeres es evidente. “El grueso de las personas que están fuera de la fuerza laboral son mujeres”, que en gran parte se dedican a trabajos de cuidado doméstico no remunerado, comentó.
Desde la conformación misma del mercado laboral, señaló, se refleja la segregación que hay entre los trabajos que desempeñan hombres y mujeres. “Viene mediado por unas tradiciones sociales de siglos atrás y que, a partir de los últimos dos siglos, se han empezado a romper, pero que todavía persisten”. Indicó que la primera gran diferencia entre quienes salen al mercado laboral es que “los trabajos remunerados tienden a ser para los hombres y los no remunerados para las mujeres”.
Las cifras del Dane revelan que para 2022, 5 de cada 10 personas en capacidad de trabajar estuvieron ocupadas: 70 por ciento eran hombres; 44 por ciento, mujeres. Es decir, las tasas de desempleo de los hombres son más bajas que las de las mujeres. Para 2022, explicó Urdinola, los hombres tuvieron una cifra de desempleo de un solo dígito, del 9 por ciento, mientras que la de las mujeres fue de 14,3 por ciento.
Sobre la tasa global de participación (TGP), que es la relación porcentual entre la población económicamente activa y la población en edad de trabajar, señaló que a partir de los años 70 se empezó a cerrar la inequidad de género con una inserción significativa de las mujeres al mercado laboral. Sin embargo, afirmó que el siglo XX “se caracterizó por un estancamiento y la brecha de participación entre hombres y mujeres, a 2022, se ha mantenido alrededor de 20 puntos porcentuales”.
Resaltó, asímismo, la brecha que existe en la tasa de desempleo por sexo entre las 23 ciudades del país y sus áreas metropolitanas, con unas marcadas diferencias regionales. Cartagena registró una brecha de -9,8 por ciento, mientras que Bucaramanga y Tunja estuvieron por debajo del punto porcentual en 2022.
Sobre el impacto de la brecha de género en la educación, Urdinola señaló que “el país ha realizado un avance enorme, pero nos falta”. Para 2021, el 83,3 por ciento del total de la población de mujeres en el país asistía más a establecimientos educativos. Sin embargo, dijo que el acceso de las mujeres a la educación está determinado por las brechas socioeconómicas y demográficas entre las zonas urbanas y las rurales. Precisó que en “2021 para todos los niveles educativos registrados la tasa de desempleo de las mujeres superó a la de los hombres”; en particular, para educación media, fue del 24,4 por ciento y para educación básica primaria, 21,3 por ciento.
Frente a la violencia de género en Colombia, “las cifras vitales son escalofriantes”, afirmó Urdinola. En 2022, reveló, hubo 1.000 niñas menores de 14 años que dieron a luz. Durante la pandemia hubo un incremento desproporcionado de los delitos de acceso carnal con menores de edad. Esto, consideró, es una muestra de que “todo está mal, pues es la sociedad que no queremos”.
La violencia de género también se traslada a lo digital, dijo la directora general del Dane, con mayor incidencia para las mujeres que para los hombres. En términos de ciberviolencia las mujeres también han sido las principales víctimas de acoso, con más de 300.000 casos. A su juicio, “esto es un reflejo de nuestra sociedad, llevamos muchos años, décadas y siglos arrastrando estas problemáticas”.
Para finalizar, enfatizó que desde el Dane están desarrollando iniciativas de recolección de información con base en variables de orientación sexual e identidad de género para que las personas puedan tomar decisiones de manera informada y se puedan realizar políticas públicas con una perspectiva más cercana a lo que está sucediendo en todo el territorio nacional.