Una de las grandes apuestas del gobierno del presidente Gustavo Petro es la Reforma Agraria. La iniciativa, además de buscar cumplir con lo pactado en el Acuerdo de Paz de 2016, pretende entregar a los campesinos tres millones de hectáreas durante los próximos 12 años.
Durante el foro ‘Colombia Rural 2023′, expertos profundizaron en las implicaciones del proyecto para el campo colombiano. Cecilia López, exministra de agricultura y presidenta de la fundación Cisoe, aseguró que el sector agrícola está estancado, “pues hay que mirar que viene en negativo hasta mediados del año pasado y empezó a repuntar a inicios del 2023. Todavía no hay un crecimiento del sector que es lo que todos quisiéramos ver”.
Para Rafael Hernández Lozano, gerente general de la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz), en la industria arrocera “la cosecha y las siembras del primer semestre fueron voluminosas”. Según Hernández la preocupación está en qué va a pasar el próximo año frente al desarrollo de este sector, puesto “que no vamos muy bien”.
“A pesar de que los costos de producción han disminuido, pueden aumentar de cara al futuro con el incremento en peajes y combustible”, agregó Hernández, advirtiendo que tales factores pueden afectar la incursión de los productos nacionales en el mercado internacional.
De acuerdo con la Agencia Nacional de Tierras (ANT), el gobierno ha comprado 32.904 hectáreas nuevas este año. Y ha logrado recuperar 50.000 más con procesos agrarios y predios administrados por la Sociedad de Activos Especiales. En total, suma más de 80.000 hectáreas para la meta propuesta. Es decir, un poco más del dos por ciento.
“Los precios internacionales han venido al alza. La posibilidad de importar comida todos estos granos se va a dificultar cada día más. Por ejemplo, India, primer exportador de arroz en el mundo, redujo sus exportaciones, le puso aranceles a las importaciones y en ese tema están muchos de los países productores que quieren guardar su comida. Razones como la guerra de Rusia y Ucrania, Israel y Gaza pueden causar problemas de abastecimiento de comida en el mundo”, añadió el empresario.
Reforma agraria
La exministra de Agricultura profundizó en los avances de la reforma agraria. Según López uno de los elementos positivos es la voluntad política, pues “hay que reconocerle al presidente Petro que por primera vez en muchos años pone al sector agropecuario en la prioridad de la agenda”.
Otros aspectos que destacó fueron el reconocimiento de los campesinos como sujetos de derechos, así como la jurisdicción agraria frente a la resolución en la entrega de tierras para las víctimas del conflicto armado.
Sin embargo, López indicó que tiene reservas frente al trámite de la reforma. “Lo negativo es tratar de hacer la reforma agraria a las malas y no a las buenas”, dijo, añadiendo que la reforma agraria tiene que ir más allá de la mera compra de tierras, pues el objetivo es “distribuirlas y generar proyectos productivos para que los campesinos se integren a la agricultura moderna”.
La inseguridad rural, de acuerdo con López, también está afectando el desarrollo del sector, puesto que, “los problemas que está teniendo la Paz Total los está pagando el sector rural”.
“Es grave porque hay unos conflictos no resueltos y con inseguridad es imposible producir si la gente no puede ir a sus fincas. Y los pequeños productores están con miedo. El Acuerdo de Paz ha sido trascendental pero se dejó de desarrollar y las zonas de dónde salieron las FARC no han sido asumidas por el Estado”, puntualizó la exministra.
Por su parte, Hernández, advirtió que “es difícil pensar que todo se va a solucionar repartiendo la tierra”. Según el empresario otros factores como la tecnología, infraestructura, inversión pública son claves a la hora de hablar de una reforma agraria.