SEMANA: Ayúdenos a entender el panorama de los ecosistemas del país, ¿en qué estado se encuentran?
Hernando García: Durante casi cinco décadas cerca del 60 por ciento del territorio continental colombiano ha tenido algún nivel de transformación impulsado por la actividad del hombre, que se refleja en el estado de salud de los ecosistemas naturales y la pérdida de su integridad en el funcionamiento. Los territorios enfermos son los bosques secos del Caribe con pérdidas cercanas al 92 por ciento y los valles interandinos de los ríos Magdalena y Cauca; en los últimos 20 años se ha intensificado en los piedemontes de la Orinoquía y la región Amazónica, donde el nivel de transformación es preocupante. Entretanto, hay territorios ecológicamente mucho más sanos como los páramos, las selvas o el sistema de ciénagas, que todavía no sufren los efectos de la contaminación y cuyas comunidades pesqueras tienen mejores condiciones de vida.
SEMANA: ¿Qué significa la pérdida de los ecosistemas para este país en el corto y largo plazo?
H.G.: Cerca del 20 por ciento de las especies del país son únicas, si no tomamos acciones para proteger los territorios críticos, como la Sabana de Bogotá, la consecuencia a corto plazo es perder el último hábitat para estos organismos. A largo plazo, significa la pérdida de la base del funcionamiento de esos territorios, que nos proveen agua, comida, oxígeno y todo lo fundamental para nuestra supervivencia. Además, la población que habita en estas áreas es vulnerable a quedarse sin agua durante el fenómeno de El Niño y a sufrir por inundación o derrumbe, por enfermedades tropicales emergentes y por la pérdida de productividad de sus suelos con la llegada de La Niña.
“Colombia está en medio de las tres crisis planetarias del medioambiente”
SEMANA: ¿Cuáles son los principales retos medioambientales que tiene Colombia?
H.G.: En la discusión global se habla de una emergencia por la triple crisis planetaria relacionada al cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. Colombia está en medio de estas tres crisis, que se perciben en cada rincón del territorio nacional y esa es la complejidad de la agenda ambiental. El Gobierno nacional, en cabeza de la ministra Susana Muhamad, está planteando en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) la hoja de ruta a seguir en una misma mesa de trabajo con las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR), en cómo conectar capacidades y responsabilidades dentro del Sistema Nacional Ambiental (SINA) para hacer frente a esta coyuntura.
SEMANA: ¿Qué es lo que le ha faltado al país para lograr su protección?
H.G.: La protección de los ecosistemas del país no es competencia exclusiva del Estado. Es un tema de corresponsabilidad. En el territorio nacional se han utilizado los bosques secos tropicales para prácticas como la ganadería y agricultura mal planificadas, donde la vocación del suelo no es apta para esos sistemas productivos. El paso de los años y la intensificación de este uso conllevan a tener territorios enfermos, no solamente sin vegetación, sino sin suelo; y un territorio sin suelo es como una persona sin piel.
SEMANA: La Ministra de Ambiente ha declarado que la deforestación, en especial en la Amazonía, es uno de los principales problemas del país. ¿Cómo hacerle frente?
H.G.: La deforestación es un problema tan complejo con muchos motores detrás, por eso se requiere una intervención integral a través de los diferentes nodos. Una de las grandes apuestas de la ministra es la bioeconomía, que para que sea exitosa debe generar oportunidades económicas para quien ha vivido de la ganadería y otras actividades que dañan los territorios. Otros aspectos fundamentales son la educación de los habitantes, pues necesitan entender la importancia y los beneficios que ofrece este ecosistema en su diario vivir, y el fortalecimiento de la gobernanza de quienes luchan por la protección del bosque.
SEMANA: Desde su perspectiva, ¿cuáles son las políticas públicas que deberían priorizarse?
H.G.: La salud ecológica y su funcionamiento en los territorios son los ejes más importantes, pues son la base del bienestar mismo y la seguridad de las comunidades. Por eso, estoy de acuerdo con el ordenamiento alrededor del agua planteado en el Plan Nacional de Desarrollo. Darle un rol protagónico a este recurso es una idea innovadora y disruptiva para lo que necesitamos en este país que tiene muchos problemas inmediatos.
SEMANA: ¿Qué acciones deberíamos realizar como individuos en la protección del medioambiente?
H.G.: En primera instancia es necesario ser ciudadanos conscientes, entender que las decisiones que se toman como individuo a través del consumo tienen una consecuencia y ahí empieza la solución. Debemos ser activos en la denuncia porque, así como la responsabilidad no es solo del Estado, sí se requiere una veeduría y un control social frente a cómo están operando las instituciones y los agentes de un gobierno en la aplicación de políticas públicas. En este contexto, el papel de la ciudadanía es fundamental con un valor muy importante del individuo dentro de la sociedad.