La pandemia transformó las dinámicas en las empresas. Permanecer largas jornadas en la oficina dejó de asociarse a una mayor productividad, y la presencialidad se flexibilizó para darles paso a modelos híbridos que han probado representar, incluso, mayor eficiencia. Sobre estos cambios se habló con mayor detalle durante el conversatorio ‘Tecnologías que transforman organizaciones’, realizado en el hotel Hilton, en Bogotá.

Carolina Vargas, gerente de Efectividad Organizacional y Compensación en Coca-Cola, aseguró que la coyuntura rompió el paradigma de la presencialidad y permitió el desarrollo de otras habilidades para cumplir con las metas organizacionales. Hoy, dos años después de la emergencia sanitaria, esta compañía cuenta con más de 400 puestos de trabajo remotos.

Una de estas habilidades fue la confianza, y el trabajo remoto, el escenario en el que se puso a prueba qué tanto creían las organizaciones en sus empleados. “Una vez llega la pandemia, entendimos que podíamos irnos a casa para que cada uno respondiera desde lo que le competía y, de esta manera, contribuir a que la organización sobreviviera y fuera sostenible en el tiempo”, explicó Elizabeth Duarte, directora de Proyectos de Great Place to Work. Además, agregó que esta experiencia llevó a las organizaciones a pensar en el ser humano de forma integral –desde sus necesidades, la familia y el contexto social– y no solamente como el trabajador que presta un servicio.

Lo anterior ha significado enormes retos para los equipos de talento humano. De manera presencial es posible identificar los estados de ánimo de los trabajadores, pero con las dinámicas de trabajo en casa es más difícil. Verónica Barrera, gerente sénior de Recursos Humanos para P&G, señaló que la clave para lograrlo es articular las áreas de recursos humanos con las demás, especialmente con los líderes. “Esta es la mejor manera de conocer las necesidades de los equipos de trabajo”, señaló.Prestarle una mayor atención a la salud mental y generar motivación en las nuevas generaciones fueron otros de los desafíos que se identificaron durante el evento.

Carolina Vargas explicó que en Coca-Cola, por ejemplo, crearon un área de Salud Integral liderada por una psicóloga clínica. En cuanto a las nuevas generaciones, los panelistas señalaron que actualmente lo que buscan es más que un empleo estable. Por eso se han vuelto prácticamente indispensables políticas que permitan una mayor flexibilidad, al igual que los incentivos.

“Hoy las personas valoran mucho el tema de la flexibilidad. No solamente es horario, es tiempo de descanso y de realización de actividades personales”, advirtió Camilo Mejía, country manager de Buk Colombia, una plataforma que ha prestado sus servicios a más de 4.000 empresas a través de un software de recursos humanos que facilita la gestión de tareas administrativas, desarrolla el potencial de los trabajadores y fortalece la cultura de las organizaciones.

Mejía agregó que la flexibilidad va de la mano de la productividad, es decir, las personas entienden que es un sistema colaborativo en el que el trabajo se convierte en un complemento para alcanzar la estabilidad tanto económica como emocional. En el conversatorio también se resaltó la importancia de la diversidad laboral, un punto fundamental que invita a valorar cómo las características de cada individuo aportan a un grupo de trabajo. “Un equipo rico humanamente es el que contempla una diversidad de áreas de conocimiento, de rangos de edad, de niveles de formación, de historias de vida, etcétera”, añadió Elizabeth Duarte.

Por último, Mejía invitó a las empresas para que no le tengan miedo al cambio, a pesar de la incertidumbre que causa en un principio: “Lo desconocido produce incertidumbre, pero al final los resultados siempre son positivos”, concluyó.