Invertir en el desarrollo integral de la primera infancia es estratégico para reducir las brechas sociales y territoriales en Colombia. Así lo recordó el gerente del Banco Mundial en el país, Peter Siegenthaler, quien participó en calidad de invitado en Experiencias de Primera, el encuentro Nacional en Educación Inicial que convocó el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en Bogotá, entre otros propósitos, para visibilizar proyectos innovadores que se adelantan en diferentes regiones del país en favor de los niños colombianos.“La inversión en la primera infancia tiene un rendimiento muy alto en cuanto al desarrollo socioeconómico de un país”, advirtió Siegenthaler.
Precisamente, entender esta correlación fue parte del llamado que hizo la directora general del ICBF, Lina Arbeláez: “Los colombianos debemos entender que invertir en la niñez es la apuesta más rentable para el desarrollo del país”. Al respecto, Arbeláez informó que en Colombia el actual Gobierno ha destinado más de 17,2 billones de pesos en la atención integral de esa etapa. “Tener un país más desarrollado y próspero”, dijo, es lo que se obtendrá por esta asignación de recursos para la calidad de la educación.Desde 2018 a la fecha, la cifra de niños que reciben atención integral y de calidad en el país se incrementó de 1.132.000 a 1.516.000.
De acuerdo con cifras de la entidad, a 1.700.000 se les garantizan procesos de desarrollo cognitivo-motor, durante esta etapa que comprende desde el nacimiento hasta los 6 años de edad.Justamente, en la recuperación de las habilidades comunicativas, cognitivas, físicas y socioemocionales de un grupo de niños y niñas del Huila se está trabajando la iniciativa ‘Rompiendo barreras, yo soy yoga’, uno de los proyectos que se presentaron en el encuentro y que recibió el reconocimiento de expertos en infancia presentes los días 10 y 11 de mayo pasados en la Gran Carpa Américas de Corferias.
Mónica Martínez, coordinadora de Procesos de Inclusión del departamento, explicó que después de la pandemia notaron que había características propias de la discapacidad en niños y niñas que no tenían ninguna condición, como la desintegración sensorial, por lo que empezaron a “trabajar fuertemente para retomar esas habilidades”.
También se destacaron propuestas de Nariño, Norte de Santander, Caquetá, Bogotá, Chocó, Bolívar, Atlántico y Guaviare por sus ideas innovadoras. Además, durante el evento se reconoció el compromiso de los agentes educativos en los territorios: más de 172.000 en unas 64.000 unidades de servicio, una labor iniciada en la década de los setenta por las madres y padres comunitarios, corresponsables de los procesos formativos. “Se debe dejar de hablar del cuidado de la primera infancia y empezar a hablar del desarrollo de la primera infancia”, concluyó Arbeláez.
Contenido elaborado con apoyo del ICBF.