Una alimentación balanceada se construye desde el equilibrio, la educación y la individualización. En el conversatorio ¿Cómo encontrar el equilibrio?: alimentarse bien sin restricciones, en el Foro SEMANA Sé lo que como, se discutieron las herramientas para generar una alimentación balanceada sin excluir alimentos.
“Hablar de alimentos es algo diario. Un alimento tiene varias dimensiones: física, nutricional, microbiológica. Debe generarse un equilibrio a la hora de consumir. Lo primero es estar informados con evidencia científica y reconocer su impacto en la salud”, afirmó Liliana Peralta, presidente de la Asociación Colombiana de Ciencia y Tecnología de los Alimentos.
Además, Peralta hizo un llamado a la educación en los jóvenes para generar una nutrición más asertiva y consciente.
Desde Alpina, explicaron que los alimentos como la leche son cruciales para la alimentación, pues sus nutrientes contribuyen a la salud de las personas. El balance también es indispensable.
“Nosotros trabajamos con la mejor matriz de alimentos: la leche. Este alimento genera una versatilidad en los alimentos. Procuramos incentivar el consumo de todos los alimentos. Es fundamental ser un agente de cambio en el consumo de todos los alimentos, en la frecuencia y la cantidad que necesitamos”, señaló Paola Yanquen, gerente de asuntos regulatorios alimentarios y nutrición de Alpina.
Por su parte, Claudia Briceño, jefe del departamento de Nutrición de la Fundación Santa Fe de Bogotá, insistió en la importancia de individualizar las decisiones dietarias, pues cada persona necesita porciones diferentes de cada alimento según su condición física.
“Los seres humanos requerimos la nutrición. Es preciso pensar en el individualismo. Cada persona es diferente y, por lo tanto, los requerimientos nutricionales son diferentes. Las porciones dependen de las necesidades de cada una. No es lo mismo una persona activa o una persona que comienza la adolescencia”, comentó Briceño.
“La alimentación saludable y equilibrada tiene que tener de todos los grupos de alimentos. Es necesario cubrir tanto macro como micronutrientes. Colombia es un territorio muy rico en frutas y verduras, pero debemos preguntarnos qué tanto estamos aprovechando el consumo de estos alimentos en los hogares. No es mentira que los niños aprenden por repetición”, añadió.
¿Y las dietas restrictivas?
Durante el conversatorio, las expertas ahondaron en el riesgo de las dietas restrictivas y sus implicaciones en la salud a largo plazo.
De acuerdo con Briceño, las dietas restrictivas ocasionan un daño celular y metabólico. “Lo que se hace en realidad es daño al tejido muscular, que es lo que nosotros protegemos al máximo. El inconveniente radica en que se genera un déficit de micronutrientes, cuando cada uno de ellos tiene una función específica en nuestro cuerpo”, agregó.
“Son dietas que no perduran en el tiempo y pueden generar deficiencias nutricionales que luego serán más difíciles de soportar. En realidad, la respuesta es un cambio en el pensamiento y en el estilo de vida, que incluye tener porciones más adecuadas, aprender a seleccionar alimentos, la hora de consumo y forma de prepararlos”, añadió Yanquen.
Además, las expertas alentaron a las personas a priorizar la información científica al momento de informarse y de buscar una asesoría adecuada que combata la desinformación que circula en internet.
“Las personas deben analizar quién les está dando la información. Desde el conocimiento propio y el colectivo, verificar qué tan cierto es lo que se dice. Lo que sí es definitivo es que la alimentación debe ser equilibrada. Las materias primas de los alimentos tienen todos los nutrientes”, puntualizó Peralta.
Otras de las recomendaciones que brindaron las especialistas para incorporar en las dietas fueron el consumo proporcionado de los alimentos y la importancia de respetar y priorizar los gustos individuales de las personas y su acervo cultural.
“No es forzar, ni obligar, sino guiar. Todos tenemos alimentos que no nos gustan, pero sí podemos pensar otras formas para preparar los alimentos. El individuo necesita formar parte de su alimentación: aplicar retos pequeños que permitan un avance en la nutrición”, señaló Briceño.
Por su parte, Alpina le apuesta a una estrategia que prioriza la responsabilidad y el consumo balanceado de alimentos. “Alpina puede ser un agente de cambio. El etiquetado, por ejemplo, necesita entenderse. De forma que la educación al consumidor y a los profesionales de la salud es necesario”, indicó Yanquen.
Frente al procesamiento de alimentos, Peralta reforzó el mensaje de eliminar la noción de “alimentos buenos y alimentos malos” , y afirmó que la recomendación más pertinente es no generalizar.
“Confundimos procesamiento con formulación. El procesamiento de alimentos ha sido necesario desde siempre. Por ejemplo, no podemos consumir carne cruda y para que sea digerible le hacemos un procesamiento. Lo que tenemos que hacer es aprender a manipular los alimentos. También insisto en la inocuidad y en el equilibrio nutricional de los productos”, agregó.
Finalmente, el llamado de Briceño fue a resaltar el valor de los alimentos desde los nutrientes y no desde las calorías. En otras palabras, comenzar a contar los nutrientes de los alimentos.
“El alimento es salud física, metabólica y mental. Comer genera felicidad y si le doy antioxidantes al cuerpo, con seguridad seremos personas felices. Debemos migrar a ver los alimentos como nutrientes y no como calorías. La pregunta es cuántos nutrientes consumiste al día. Aprender a ver los alimentos”, concluyó la nutricionista.