Para Susana Muhamad, ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, la contaminación del agua, la deforestación –principalmente en la Amazonía– y la pérdida de biodiversidad son las tres amenazas críticas que enfrenta el medioambiente del país. Así lo anunció en el foro Acción climática, un compromiso impostergable de Colombia.
Durante la conversación que sostuvo con Carlos Enrique Rodríguez, subdirector de SEMANA, Muhamad destacó la importancia de “entender que los ecosistemas generan unas funciones, nos permiten tener todo lo que requerimos para el desarrollo económico y para la producción, pero sobre todo para la vida de las comunidades y las personas”.
Y enfatizó que el país depende de las conexiones hídricas, por tanto la pérdida de la conexión andina-amazónica puede traer a mediano plazo, y en medio de la incertidumbre climática, un efecto devastador sobre la disponibilidad del agua en el país, pues de “ese vínculo depende el 70 por ciento del agua que surte los acueductos municipales”.
Asimismo, explicó que la principal fuente de emisiones en Colombia es el cambio del uso del suelo. “Una hectárea que deforestamos genera emisiones netas, pero al mismo tiempo deja de capturar carbono”. Ese fenómeno es también la principal causa de pérdida de biodiversidad en el país y de la mano de la contaminación hídrica “son los factores que nos vuelven más vulnerables al cambio climático”.
Ante ese panorama, la apuesta del Gobierno a través del Plan Nacional de Desarrollo (PND) es realizar un programa de estrategias para la descontaminación del agua, la recuperación de las conexiones entre ecosistemas y el freno de la deforestación.
Otro de los objetivos estratégicos del PND es la modernización del Sistema Nacional Ambiental (SINA). El sector, dijo la ministra, se convirtió en el pasado en un regulador con poca claridad en entender las funciones ecosistémicas y la situación en los territorios y los riesgos que corren.
A su juicio, es clave que esta entidad funcione como sistema. Primero, afirmó, hay que articular las corporaciones autónomas, los institutos de investigación, el ministerio y definir qué está ocurriendo en el país en materia ambiental. Y, segundo, brindar un sistema de información y monitoreo en tiempo real para la toma de decisiones confiables y legítimas. “Nos falta avanzar mucho en el sector para que nuestras decisiones tengan poder político”, puntualizó.
Transición energética y adaptación
Frente a la discusión sobre la transición energética, la cabeza de Minambiente aseguró que existe un gran reto que va a necesitar un aumento de minería. Existe una contradicción, dijo: “Para satisfacer el problema energético y no emitir gases de efecto invernadero se tienen que aumentar las áreas de minería, ¿pero cómo vamos a compatibilizar esas dos metas?”.
En Colombia, el trabajo que se contempla en el Plan Nacional de Desarrollo “es hacer una planificación minero-ambiental seria”. Para evitar daños a los ecosistemas, afirmó, se realizará una prospección con el Ministerio de Minas para determinar dónde están los minerales necesarios de la transición energética en el país; para ello, aseveró, “tenemos que tomar decisiones políticas teniendo en cuenta los territorios”.
Muhamad resaltó que estas decisiones no son fáciles, pues no se pueden cometer los errores del pasado que provocaron conflictos para el Estado e incertidumbre para los inversionistas. Como Gobierno “nos corresponde planificar, tener información y darle claridad a los sectores productivos que nos lleven a realizar procesos de adaptación”.
Habló también de la importancia de no caer en la dicotomía ‘desarrollo vs protección ambiental’: “Esta cosa de la limitación al desarrollo se ha vuelto una de las frases que al ser puesta en un territorio de conflicto ambiental se convierte en una amenaza a los líderes. Lo que hay que ver es que esos límites deben ser una fuente de innovación para los sectores productivos”, dijo.
Con preocupación explicó que en los próximos meses el país va sentir el Fenómeno del Niño y la tensión agua-energía. Es por eso que, a su juicio, otra de las alternativas para garantizar la transición energética sea la exploración de recursos poco estudiados como los acuíferos, reservas de agua milenarias que representan una oportunidad para combatir un posible escenario de sequía.
“Estamos en un proceso de crisis en crisis. Cada crisis debe traernos lecciones y esas lecciones debemos asumirlas rápidamente, hacer cambios y prepararnos para la incertidumbre. Salimos del covid-19, entramos a la crisis de tres años de La Niña, que dejó una primera cifra inicial de 16 billones de pesos en pérdidas, y ahora sabemos que viene el Niño. El reto es prepararnos y asumir los retos de esa incertidumbre”, aseveró.
Para poder utilizar de mejor manera los recursos, Minambiente plantea enfocar esfuerzos en un acuerdo social multicultural de largo plazo con las comunidades. Un ejemplo claro es La Guajira, donde buscan trabajar de manera conjunta para convertir a ese departamento en un exportador de energías renovables, pero donde las comunidades también sean irradiadas.
La Ministra ve con esperanza el futuro medioambiental de Colombia. “Entre más innovemos y entendamos los límites, más vamos a poder adaptarnos y Colombia va a poder generar una economía real del siglo XXI, que es una economía dinámica en un marco de altísima incertidumbre”, concluyó.