En Colombia, el trabajo por la inclusión financiera cuenta con los esfuerzos de diferentes sectores, en especial, el de las microfinanzas, que ha avanzado en sus modelos de atención, medición de riesgos y acompañamiento para que más microempresarios accedan a productos y servicios financieros, principalmente, en zonas rurales. De acuerdo con Asomicrofinanzas, las entidades que ofrecen diferentes herramientas de microcrédito en el país reportan una cartera bruta que actualmente ronda los 21,4 billones de pesos y atienden a 2,87 millones de empresarios, de los cuales, 52 por ciento son mujeres.
Las regiones han sido protagonistas del impacto de las microfinanzas. Según el gremio, estas han permitido poner en marcha colocaciones de recursos en 1.104 municipios del país a los que, hace menos de una década, no llegaba ninguna institución financiera.
Poner las microfinanzas al alcance de los sectores más vulnerables ha significado el fortalecimiento de un modelo de atención híbrido que complementa la red de oficinas de las instituciones, de la mano de la tecnología financiera. Asimismo, la masificación de los servicios de telefonía e internet móvil en las personas de menores ingresos ha abierto un espacio de oportunidades para una inclusión financiera más ágil que responde a las necesidades de los pequeños negocios que, según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, conforman más del 95 por ciento del tejido empresarial en Colombia.
Bancamía, entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA, ha sido uno de los actores claves en ese propósito, pues ha fortalecido su ecosistema digital para llegar a más colombianos en las regiones apartadas, no solo con productos de ahorro y crédito, sino con canales de atención, educación financiera, microseguros y CDT, además de servicios como transferencias inmediatas, pagos en línea y alcancías para organizar los recursos. Este portafolio, según la entidad, beneficia la relación de las personas con el sistema financiero a través de productos ágiles y fáciles de usar.
Viviana Araque Mendoza, presidente ejecutiva de Bancamía, explicó que una de las claves de la entidad para seguir aportando a la labor de las microfinanzas en el país “ha sido el fortalecimiento de un modelo de atención digital microfinanciero que, sin duda, es reflejo de hacer innovación para la inclusión. En pocas palabras, hemos puesto la tecnología financiera al servicio de los más vulnerables”.
Para la entidad, los avances han sido positivos, ya que actualmente cuentan con 1,6 millones de clientes; atienden cerca de 308.000 microempresarios en todo el país y tienen 458.800 usuarios digitales (un 16 por ciento más frente al año anterior), de los cuales 62 por ciento son mujeres y 30 por ciento están en zonas rurales, quienes ya compran, pagan, realizan consultas, se capacitan y hacen transferencias inmediatas por la aplicación de Banca Móvil, la página web y la oficina virtual.
“Los resultados nos motivan y exigen acelerar los esfuerzos porque un modelo híbrido, adaptado y dirigido desde las microfinanzas a los emprendedores vulnerables, tiene de por medio el objetivo de cambiar los hábitos cotidianos de los clientes para hacerlos más seguros, eficientes y sostenibles. El fortalecimiento empresarial, ese que genera desarrollo, empleo y dinámicas de productividad en los territorios, debe ser la evolución de una inclusión financiera responsable y exitosa”, concluyó la presidente de Bancamía.
*Este contenido fue elaborado con el apoyo de Bancamía