La inteligencia artificial está transformando la manera de interactuar con el planeta. Durante la VII Cumbre de Sostenibilidad de SEMANA, sus amplios usos, oportunidades y beneficios fueron discutidos por algunos expertos. Desde el Centro de Eventos Valle del Pacífico, en Yumbo, aseguraron que ciencia, tecnología y sostenibilidad son escenarios que sin duda se pueden articular de forma exitosa.
Uno de los más enfáticos en las oportunidades de la IA fue Martin Hagelstrom, líder de los ofrecimientos de Software de Sostenibilidad para IBM en Latinoamérica, quien explicó que entre las bondades de esta nueva tecnología está la eficiencia en las operaciones desde las empresas que buscan medir su impacto con el planeta. “Las oportunidades están en cómo aplicar la inteligencia artificial para mejorar la eficiencia en los procesos”, dijo.
Para Hagelstrom, más allá del potencial de la IA, el sector privado debe pensar en la sostenibilidad como un eje transversal de sus operaciones.
No es extraño que la inteligencia artificial genere temor entre la ciudadanía. Para María Eugenia Rinaudo, directora de Sostenibilidad de la Universidad EAN, frente a la llegada de estas nuevas tecnologías “debemos tener mucha apertura y saber que no se trata de una guerra entre humanos y máquinas. Por el contrario, se debe aprovechar esa relación”.
Según Rinaudo, hay dos retos asociados a la inteligencia artificial aplicada en la sostenibilidad. Uno de ellos, explicó, es que por ejemplo ha sido identificado a través de diferentes estudios cómo la inteligencia artificial tiene dificultades al aplicarse en asuntos de identidad racial. Asimismo, otro reto está asociado a la disyuntiva entre ancestralidad e IA.
“Muchas comunidades están preocupadas por cómo incluir la inteligencia artificial porque sienten que hasta cierto punto van a perder su identidad local e identidad territorial. Creo que es importante revisar cómo podemos converger para que se sienta una relación más armoniosa”, agregó la experta.
Sus oportunidades
Pese a las dudas sobre el uso de la inteligencia artificial, sus oportunidades en sostenibilidad son variadas. Por ejemplo, María Eugenia Rinaudo explicó que puede aportar al pronóstico de escenarios climáticos, así como en el análisis de datos geoespaciales.
Por su parte, Guillermo Ocampo, director de Transformación Digital Microsoft Sudamérica en habla hispana, aseguró que los retos y oportunidades de la IA son enormes, pero es clave entender que la inteligencia artificial, más allá de ser un piloto automático, tiene que ser concebida como un copiloto para las labores humanas.
Uno de los ejemplos más destacados sobre el uso de inteligencia artificial es el Proyecto Guacamaya, iniciativa que responde a los desafíos del país en materia de biodiversidad con el uso de IA. Según Ocampo, en alianza entre el Instituto Sinchi, Instituto Humboldt, Universidad de los Andes y Microsoft, desarrollaron esta apuesta en la Amazonía colombiana.
El proyecto trabaja en tres pilares: monitoreo de la deforestación, imágenes de la biodiversidad y acústica. De acuerdo con Ocampo, el uso de inteligencia artificial les está ahorrando el 90 % del tiempo a los investigadores en el análisis de imágenes de especies.