Así es, las mascotas también tienen incidencia sobre la vida sexual de las personas, o bueno eso es lo que prueba la ciencia. No es de sorprenderse, que tanto científicos, como psicólogos sigan investigando la relación de los animales de compañía con la salud mental y física de sus dueños.Por fortuna para muchos pet lovers la gran mayoría de estudios apuntan a que son más los beneficios de tener una mascota que las desventajas. Además, los estudios se han divido frente a la “eterna disputa” entre perros y gatos y cómo el que una persona tenga una u otra especie expresa algo de su personalidad.Te puede interesar: Los dueños de gatos son más inteligentes que los de perrosRecientemente, en un nuevo estudio publicado por la Journal of Evolutionary Psycology concluyó que tener un gato como mascota podría influir en que te sientas excitado por el dolor. La principal razón que argumentan es que hay un parásito común en el cerebro de los gatos, Toxoplasma gondii, que está ligado a la excitación sexual por miedo, violencia y peligro en los seres humanos.
La investigación sugiere que los dueños de gatos son más propensos a practicar el BDSM (que junta las siglas de los términos Bondage y Disciplina; Dominación y Sumisión; Sadismo y Masoquismo). Prácticas sexuales se resumen en látigos, golpes y esposas, entre otras. Comportamientos de sometimiento absoluto.El estudio analizó a 36.654 personas de Eslovaquia y República Checa y determinó que "los sujetos infectados con toxoplasmosis se excitan con mayor frecuencia por su propio miedo, peligro y sumisión sexual". En las mujeres hacia el bondage (palabra francesa que significa esclavitud, práctica erótica que inmoviliza a la pareja) y en los hombres hacia el masoquismo.
Te recomendamos leer: Beneficios de dormir con tu gatoSe descubrió que el Toxoplasma Gondii, que produce toxoplasmosis es una infección que puede llegar a afectar el cerebro humano y provocar que tengan atracción o excitación sexual en situaciones de miedo, violencia y peligro.Este parásito proviene del cerebro de los gatos y se puede encontrar en las heces del animal. Además, se estima que aproximadamente un tercio de las personas en el mundo están infectadas; aunque generalmente no desarrollan enfermedades y permanece “inactivo”.No obstante, el parásito se beneficia del hecho de que los estímulos relacionados con el sexo y los estímulos que causan el miedo afectan a zonas muy parecidas del cerebro. "Incluso sin Toxoplasma, siempre habrá alguna relación entre el miedo y el sexo", afirma Jaroslav Flegr, director del estudio y que se publicó en The Independent.
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