Sin oportunidades de encontrar un hogar que lo volviera a aceptar de nuevo, este gato pasaba sus días deprimido por los constantes rechazos de personas que asistían al refugio, lo veían y preferían adoptar otra mascota. Sin embargo, un día la estudiante Molly Lichtenwalner lo vio, supo que eran el uno para el otro.Te puede interesar: El gato que se convirtió en el empleado estrella de este museo
Foto: Molly Lichtenwalner @adventuresofotitis‘Otitis’, como le puso Molly, es un gato blanco de nueve años y medio que perdió sus orejas debido a unos quistes que lamentablemente le hicieron perder la audición. Los anteriores dueños lo habían dejado en ese refugio porque no sabían cómo manejar un animal con esas circunstancias.“Sufro ansiedad severa a causa de un accidente de coche que tuve… decidí que era hora de adoptar un animal que me ayudara con ello, porque abrazar a un amigo peludo ayuda mucho,” dijo Molly a LoveMeow. Además había crecido en una granja con muchos animales y de niña le gustaba pasar tiempo con ellos.Te recomendamos leer: De dónde viene el mito “Las 7 vidas de un gato”‘Otitis’ sabe cómo ayudarla cuando está muy estresada o sufriendo un ataque de pánico. “A veces es el único que consigue calmarme… Adoptarlo es lo mejor que he hecho, y definitivamente me ha rescatado él a mí, no yo a él”, le contó a Bored Panda.
Foto: Molly Lichtenwalner @adventuresofotitis La apariencia de ‘Otitis’ nunca fue ningún problema para Molly, pues a pesar de que no tiene sus dos orejas y de su cara de gruñón, ella lo considera un gato muy cariñoso y juguetón. Considera que lo mejor que ha podido hacer hasta ahora, ha sido rescatar a este gato, ya que nunca había sentido tanto apoyo emocional de algún ser como lo recibe de este felino.Lee también: Los amantes de los gatos son más cultos que los de los perros, ¿por qué?