Estas son algunas de las muchas historias que recibimos de nuestros lectores y de sus mascotas rescatadas: testimonios que confirman que siempre vale la pena arriesgarnos para darle a un animal una segunda oportunidad.Stuart, nuestro gato, llegó a la vida de la familia Mayorga Patarroyo cuando fue encontrado en un garaje después de haber quedado huérfano, pues su mamá y sus dos hermanos fueron sacrificados. Mi cuñado lo trajo a la casa, pero ya teníamos dos perritas y no sabíamos si recibirlo o no. Después de convivir un tiempo con nosotros, se agarró firmemente de nuestros corazones y hoy es grande, dormilón y comelón. Después llegó Copito, un ‘tacita de té’. Fue rescatado de las frías calles de Tunja. Lo llevé a la casa para tenerlo solo por un día, mientras aparecía su dueño, pero nunca lo encontré. Decidí mandarlo a castrar, a bañar y a arreglar, y cuando lo vi salir de la veterinaria me enamoré de él. Lo adopté y como ya estaba completamente blanco, decidí llamarlo Copito.
Foto: Jaime Mayorga.Esto es lo que debes hacer para denunciar un caso de maltrato animal y se haga justicia.Conoce más historias de rescate animal aquí: