1 El casamiento fue programado en verano para mayor seguridad de que hiciera buen clima y, en efecto, el día fue caluroso y la característica lluvia londinense no arruinó el espectáculo.
2 Más de 600.000 personas se agolparon en las calles para ver el paso de la pareja, que tenía hechizado al planeta.
3 Las bodas de los hijos de Carlos y Diana, William y Harry, también costaron millones, pero la de sus padres fue mucho más cara. Ajustados a la inflación de hoy, los 48 millones de dólares que la reina gastó en esa época, hoy equivalen a cerca de 144 millones de dólares. La de William costó 34 millones de dólares y la de Harry, 45 millones.
4 Solo en seguridad se gastaron 600.000 dólares, cerca de 1.8 millones de dólares de hoy.
5 Fue la primera boda real en la catedral de St. Paul de Londres desde 1501, cuando se casaron Arthur de Gales, hermano mayor de Enrique VIII, y Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos. Carlos y Diana rompieron con la tradición de los matrimonios en la abadía de Westminster y el gran atractivo del templo fue su mayor capacidad, 3500 personas, en tanto que en la abadía caben 2200.
6 Según la propia Diana, durante el año que llevaba el noviazgo antes del matrimonio, solo se había visto con su prometido 13 veces, casi siempre rodeados por otras personas.
7 Entre los detalles que hicieron más grandiosa esta boda se encuentran el ensayo de la ceremonia, que fue todo un acontecimiento, además de los juegos artificiales en la víspera, presenciados por decenas de miles de espectadores.
8 Los novios se habían conocido en 1977, cuando Carlos salía con la hermana de Diana, Lady Sarah Spencer, durante una fiesta en Althorp House, el palacio de la familia de Diana.
9 Diana era hija del conde John Spencer y la primera británica en casarse con un heredero al trono desde 1660. La costumbre era que los futuros reyes se casaran con princesas extranjeras para sellar alianzas políticas con otras potencias.
10 Los Spencer descienden de Charles II y tenían viejas conexiones con la familia real. El padre de Diana había sido caballerizo de la reina durante uno de sus viajes en los años 50.
11 Carlos le propuso matrimonio a Diana en febrero de 1981, luego de que su padre, el príncipe Felipe, le mandara una carta diciéndole que si no pensaba casarse con Diana entonces la dejara. “Si me hubiera echado para atrás, como te puedes imaginar, hubiera sido como un cataclismo”, le expresó el heredero al trono a un amigo.
12 La impresión general era que los futuros esposos vivían un verdadero cuento de hadas, pero indicios de que había algo raro surgieron en la entrevista que dieron con motivo del compromiso. Cuando a Carlos le preguntaron si estaba enamorado, contestó: “Por supuesto, lo que sea que ello signifique”. Una respuesta que para muchos delataba que no tenía sentimientos muy profundos por Diana.
13 “Es muy tarde”, le contestaron Sarah y Jane a Diana, cuando, en la misma semana de la boda, ella les dijo que quería cancelarla, porque había descubierto que Carlos le mandó un regalo a su exnovia, Camilla Parker Bowles.
14 Carlos también manifestaba por esos días serias dudas a sus cercanos. Decía experimentar un “estado confuso y ansioso de la mente”, porque en el fondo sabía que no tenían nada en común, según la biógrafa Ingrid Seward.
15 Con sus 750 millones de televidentes en 74 países, el matrimonio marcó un récord.
16 Carlos se volvió un ocho escogiendo la música para la ceremonia. En últimas, se decantó por piezas como la marcha Pomp and Circumstance No 4, de Elgar; y Let the Bright Seraphim, de Handel. Diana seleccionó I Vow to Thee, my Country, su himno favorito cuando estaba en el colegio.
17 Según lo reportó la BBC ese día, la policía desplegó 5000 hombres para controlar a la multitud. Algunos iban encubiertos como servidores de los novios y demás miembros de la familia real durante la procesión de los carruajes.
18 Se cree que el vestido nupcial de Lady Di costó entre 275.000 y un millón de dólares, es decir, de 380.000 a 1.4 millones de dólares al cálculo de la inflación de hoy.
19 El modelo, de tafetán marfil, reflejaba el estilo recargado de la época. Fue bordado con 10.000 perlas y su velo, de casi 8 metros de tul, es considerado como el más largo de un vestido nupcial de la realeza.
20 Como sucedió con Kate Middleton, la reina Isabel no tuvo que prestarle una corona a Diana, sino que como hija de un conde, podía llevar una de su familia y eligió la tiara Spencer, de diamantes. Su diseño final fue hecho por Garrard, el joyero real en los años 30.
21 Diana medía lo mismo que Carlos, 1,78 metros, entonces no usaba tacones muy altos para no sobrepasarlo. En la boda uso unos zapatos bajos, decorados con 542 lentejuelas y 132 perlas.
22 “Hagan su mejor esfuerzo”, les dijo Diana a las damas que le llevaron la cola del traje. Una de ellas, India Hicks, prima de Carlos, contó que no era una tarea fácil. “Si halábamos mucho, el velo podía escurrirse y la corona caer. Pero si no tirábamos lo suficiente, el efecto espectacular de la cola y el velo podía perderse”.
23 Los diseñadores de la prenda, los esposos David y Elizabeth Emanuel, le cosieron una herradura en oro de 18 quilates al lado de la etiqueta al vestido, como amuleto de la buena suerte. Solo se lo contaron a Diana el día del matrimonio y ella se manifestó muy conmovida.
24 Diana manchó el vestido con su perfume, Quelques Fleurs, cuando se lo aplicaba en las muñecas.
25 Para seguir la tradición de llevar algo antiguo, la novia escogió un encaje de Carrickmacross (Irlanda) que perteneció a la reina Mary de Teck, bisabuela de Carlos. Los Emanuel lo usaron para decorar el vestido.
26 Otra damita fue Lady Sarah Armstrong-Jones, hija de la princesa Margarita y tía de Carlos. Este último tuvo por padrino a su hermano Andrés, aunque en la ceremonia también contó con la asistencia del Eduardo, el menor de los cuatro hijos de Isabel II.
27 Se hicieron presentes nueve monarcas reinantes, varios príncipes herederos y otros representantes de la realeza de Europa, Asia y África.
28 Asistieron además varios soberanos depuestos, como Constantino de Grecia, primo del novio; el zar Simeón de Bulgaria y el rey Miguel de Rumania, también emparentados con la familia real británica.
29 También estuvieron Nancy Reagan, primera dama de Estados Unidos, y Grace de Mónaco, en cuyo funeral Diana representaría a la familia real, un año después.
30 Camilla Parker Bowles, hoy casada con Carlos y conocida como la duquesa de Cornualles, también se encontraba entre la concurrencia en la catedral.
31 A la catedral fueron invitadas 3500 personas, pero solo unas 120 fueron convidadas al desayuno, cuyo menú contó con delicias como crema de maíz, rodaballo en salsa de langosta y frambuesas en crema inglesa.
32 Para la ocasión, los chefs crearon un platillo dedicado a Diana, la “suprême de volaille Princesse de Galles”, que consistía en pechuga de pollo rellena con mousse de cordero, envuelta en brioche y guarnecida con espárragos y salsa de Madeira.
33 De postre, los invitados podían escoger entre 27 tortas gourmet.
34 La torta nupcial fue creada por David Avery, repostero de la Royal Navy. Tenía cinco pisos o capas, separadas por columnas corintias, y decorados inspirados en las flores del escudo de la familia real y las iniciales de los novios.
35 Cualquier persona que no hubiera sido invitada podía comprar una tajada para conservarla como recuerdo. De hecho, acaba de salir uno de estos pedazos a subasta y se cree que puede ser comprado hasta por 700 dólares.
36 Carlos y Diana tuvieron serias discusiones sobre si ella debía prometer obedecerlo a él en los votos conyugales. Finalmente, se decidieron por lo que ya estaban haciendo las parejas modernas en el país y esa parte fue suprimida.
37 Durante los votos, al parecer por los nervios, Diana llamó al príncipe Carlos Arturo Jorge, cuando lo correcto era Carlos Felipe Arturo Jorge.
38 Carlos olvidó besar a Diana después de dichos los votos, lo que para muchos fue un presagio del desastre que resultó ser el matrimonio. Se separaron en 1992 y en 1996 se divorciaron, luego de una turbulenta guerra conyugal ventilada en público.
39 Al parecer, Diana tenía visiones encontradas de ese día. Cuando su matrimonio colapsó, dijo que fue el peor de su vida. “Si pudiera escribir mi propio guion, habría puesto que mi esposo se marchaba con esa mujer (Camilla Parker Bowles) y no regresaba jamás”, se le oye decir en unas grabaciones. Al biógrafo Andrew Morton le declaró que estaba tan enamorada de Carlos que no podía quitarle los ojos de encima. “Estaba convencida de ser la joven más afortunada del mundo. Bien, cuán equivocada estaba”, reflexionó.
40 Mientras que William y Harry se quedaron de rumba hasta el amanecer en sus respectivos matrimonios, Carlos y Diana solo asistieron al desayuno y partieron de inmediato a la estación Waterloo, donde abordaron un tren hacia Romsey, en Hampshire. Allí comenzó la luna de miel, que también incluyó un crucero por el Mediterráneo y una estadía en el castillo de Balmoral, en Escocia.