La abogada de Johnny Depp, Camille Vasquez, quien fue pieza clave y le ayudó a conseguir la victoria en su juicio por difamación contra su exesposa, Amber Heard, ha dejado de trabajar con Kanye West debido a sus comentarios antisemitas.

En ese sentido, fue la misma Camille Vasquez quien comunicó a su bufete, Brown Rudnick, que no estaba dispuesta a representar al multimillonario rapero menos de una semana después de que este la contratara, informó el lunes TMZ.

De acuerdo a lo publicado, a pesar de la postura de la respetada abogada, su firma seguía abierta a trabajar con West, de 45 años, solamente si este se retractaba de sus declaraciones recientes.

Sin embargo, el CEO de Yeezy se negó a retractarse.

Por su parte, la agencia de talentos de Hollywood Creative Artists Agency (CAA) también abandonó el lunes al asediado músico.

Días antes, West emitió una disculpa a medias en el programa “Piers Morgan Uncensored”, diciendo que “siento a la gente a la que herí con el comentario, la confusión que causé. Siento que he causado daño y confusión”.

Al parecer, Brown Rudnick fue despedido después de que le impusieran a West la condición disculparse.

El bufete de abogados, con sede en Los Ángeles, debía representar a West en sus asuntos de negocios, manejando contratos y otros acuerdos, según TMZ.

Las asociaciones y relaciones comerciales del magnate de la moda han estado colgando de un hilo. La gigante Balenciaga cortó oficialmente los lazos con él la semana pasada y Adidas hizo lo mismo bajo una fuerte presión.

West se jactó recientemente en una entrevista en el programa “Drink Champs”: “Puedo decir cosas antisemitas y Adidas no puede dejarme caer”. ¿Y ahora qué? ¿Y ahora qué?”.

La empresa de ropa dijo a principios de este mes que su acuerdo con West estaba “bajo revisión”, pero aún no ha anunciado una decisión oficial.

Anna Wintour, la siguiente en la lista de veto a Kanye West

Es increíble cómo en menos de una semana el rapero Kanye West se ha quedado sin dos de sus más grandes aliados en el mundo de la alta moda, todo por sus impertinencias tanto a la hora de diseñar su última colección de ropa, como de dar declaraciones en las pocas plataformas masivas que aún le quedan.

La situación es simple. Desde que West mostró unas camisetas con la frase “White lives matters” en el último desfile de su marca Yessy GAP, el mundo se le vino encima y con toda la razón, pues dicha frase va en contra de todo el movimiento de “Black lives matters”, cuya repercusión social y política cada vez es más relevante.

Ahora, muchas luminarias de la farándula internacional alzaron su voz en contra de West, quien ni corto ni perezoso empezó a denigrar defendiendo su derecho a la libre expresión y allí fue cuando llevó su polémica más allá de lo pensado, publicando comentarios que fueron catalogados como “racistas y antisemitas” mencionando a la comunidad judía como impulsora del odio hacia él y por eso “se veía venir una guerra”.

Esa fue la gota que rebosó la copa e hizo que iniciara un efecto dominó en cuanto a la censura del rapero se refiere. Primero fue Instagram, red social que le suspendió el perfil oficial al rapero por ir en contra de su estricta norma de uso, donde no permite ni el más mínimo atisbo de racismo o posible instigación al odio.

Luego vino el turno de Twitter, red social donde migró Kanye luego de su veto en Instagram, despachándose sobre sus declaraciones indefendibles, logrando así también la suspensión de su perfil en dicha plataforma.