En una reciente publicación de redes sociales, Alina Lozano y Jim Velásquez aparecen en cámara para confesar ante sus miles de seguidores que “sí se puede ser amigo” de un ex. “Nosotros somos un claro ejemplo”, dice él. Alina, sentada a su lado, reafirma sus palabras con la cabeza, y agrega que, pese a no estar ya juntos, es posible “vernos y que no pase nada”.
Jim complementa el relato con gesto serio: “Terminamos con Alina, pero tenemos una bonita amistad. Nos podemos ver y encontrar. Hay que romper ese tabú de que tiene que haber rencor entre dos personas que se quisieron; podemos ser amigos toda la vida”.
Solo en Instagram, ambos suman en sus respectivas cuentas más de 600.000 seguidores. En TikTok, Jim alcanza 1,2 millones más. Miles de personas que, desde hace cerca de un año han seguido, como si se tratara de una exitosa serie de Netflix, la ‘historia de amor’ de este par de actores, que agitó desde el comienzo la polémica, pues la diferencia de edad entre ambos supera los 30 años.
La famosa Doña Nidia de Pedro, el escamoso, madre soltera y engañada años atrás por el que creía el amor de su vida, había encontrado una nueva pareja a sus 53. Para algunos, resultaba inspirador.
Aparentemente, la diferencia de edad no importó. Ambos apostaron en todo este tiempo por esa inusual relación sentimental que ha tenido todos los ingredientes del mejor de los melodramas: amor, desencuentros, reconciliaciones, respuestas ante las críticas, crisis sentimentales, planes de boda que se malograron y hasta una exnovia en discordia.
Los colombianos han seguido la historia capítulo a capítulo: La sorprendente propuesta de matrimonio hecha por Jim, en medio de un programa de televisión matinal. Lo que en su momento expresaron los papás del joven frente a la posibilidad de que él compartiera su vida con una mujer que casi lo doblaba en edad. Lo que pensaba el único hijo de la actriz. Decenas de entrevistas en medios de comunicación. El deseo de Alina de practicarse algunas cirugías plásticas para lucir bella en la boda. La explosiva aparición de la exnovia del joven influencer para reclamar su lugar. La inesperada ruptura amorosa.
Cada video es más viral que el anterior. Una suerte de confuso reality que hoy tiene preguntándose a muchos si el romance de la pareja ha sido solo ficción y parte, quizás, de un novedoso ‘experimento’ en tiempos en que mandan los influenciadores y las redes sociales.
Jim Velásquez escucha la teoría y ríe. Insiste en que todo lo que han compartido Alina y él en las redes ha sido real. Y recuerda que la relación que ambos tenían nació en medio de una amistad forjada gracias a la actuación.
Lo de convertir a Alina en una influencer llegaría entonces en medio de ese ‘idilio’. Un día, cuenta Jim, mientras él grababa uno de sus videos para TikTok durante un almuerzo entre amigos, ella, una de las actrices más reconocidas de la televisión colombiana, lo interrogó sobre el alcance de esos contenidos.
Para ella, que hasta entonces había reinado por años con sus papeles en televisión abierta, se trataba de un mundo inexplorado. Y él no solo le explicó, sino que la convenció de que grabaran juntos. Montaron una parodia: ella era una madre ‘cantaletosa’; él, un hijo rebelde.
Cuál no sería su sorpresa al día siguiente, dice el joven nacido en Puente Quetame, Cundinamarca, cuando se dieron cuenta de que la pieza tenía más de 8 millones de reproducciones. “No podía creer que un video que habíamos grabado solo por diversión pudiera tener ese alcance y que además uno pudiera ganar dinero con eso”, pensó Alina en ese momento.
Así, en medio de la improvisación, la pareja comenzó a compartir un video por semana, siempre con el mismo éxito. Y, tras varios meses en los que eran solo madre e hijo, en una ocasión apostaron por videos más atrevidos. ¿Y si hacemos contenido de pareja?, le preguntó Alina a Jim y él, divertido, aceptó.
“Lo subimos, y en una semana llevaba 20 millones de reproducciones. Era una locura”, cuenta el actor.
“Me encantó su idea de que contáramos historias alejadas del estereotipo de que yo era un mantenido o que ella era mi sugar o algo así. Queríamos mostrar situaciones cotidianas de cualquier pareja, manejadas a partir de la comedia”, relata Jim.
El experimento también les funcionó. Los likes y corazones se contaban por miles. El dinero que recibían ambos actores por dichos contenidos, también.
Durante semanas, muchos se preguntaron si en realidad entre los actores existía algo más que una amistad, pero ambos lo negaron en un comienzo. Solo después de varios meses, los artistas les aseguraron a sus seguidores que en medio de las grabaciones, Cupido hizo su trabajo y se habían enamorado.
“Al principio fue un choque grande para las personas porque no podían concebir que una mujer mayor estuviese con un hombre joven. Los comentarios de la gente en redes eran del tipo: ‘Se quiere aprovechar de la señora’, ‘se está colgando de su fama’, ‘seguramente está esperando su pensión’. Eran críticas y señalamientos duros”, asegura el actor.
En medio de todo aquello, Alina, de repente, también se había convertido en influenciadora. “Gente joven me paraba en la calle y me pedía autógrafos y fotos. A mí me parecía increíble, porque durante toda la vida, la gente que me seguía era de más edad; televidentes que me vieron en novelas de hace 20 años”, asegura la actriz.
Con el tiempo, “cuando la gente comenzó a ver nuestro contenido más de fondo, cambiaron la percepción. Ahora nos llegan mensajes de gente que vive relaciones similares a las nuestras y nos dicen: ‘Nos han dado mucha ilusión, tengo un novio mayor y me da miedo afrontarlo, ustedes son mi inspiración’”, dice Jim.
Para el actor, más allá de que la relación llegara a su fin, hay que destacar que Alina Lozano se atrevió a reinventarse. “A las mujeres, y en especial a las actrices, las empiezan a hacer a un lado por la edad. Pero ella se le midió a otros lenguajes, a las redes. Porque ella es así, empoderada. Una madre soltera que nunca le ha temido a nada”, asegura Jim.
Alina, que dice que está “por encima del bien y del mal” y no les teme a las críticas, también defiende la veracidad de la relación que tuvo con su ahora exnovio. “Todo fue real”, dice. Solo que no funcionó.
En una entrevista con SEMANA, meses atrás, Velásquez había advertido sobre el futuro con Alina: “Aunque quiero estar con ella para siempre, los dos queremos estar juntos el tiempo que nos regale la vida para estar bien, para estar felices”. ¿Estaba ese final escrito en el libreto?