Para nadie es un secreto que la evolución artística de una persona se da en todos los aspectos, desde su talento musical hasta en su apariencia, siendo este último el más notorio para los cibernautas que están pendientes de cada detalle de aquellos famosos que se vuelven parte de la vida y la cotidianidad de miles de personas alrededor del mundo.
Esto también le ha sucedido a la cantante vallenata Ana del Castillo, quien a sus inicios ya demostraba un vozarrón que muchos envidian, pero su imagen era muy diferente a la mujer delgada y voluptuosa que hoy se monta a los escenarios del país a demostrar por qué el vallenato también es un género femenino, que tuvo como pionera a la desaparecida Patricia Teherán.
En principio la vallenatera ostentaba de una melena mucho más larga e igual de negra a la que luce hoy en día por encima de sus hombros. Su look era más recatado y siempre atinaba a mostrarlo hacia atrás y en su mayoría de las veces recogido, en cambio, hoy luce sus bob en expresiones vivaces, con movimiento, a veces lamidas con ilusiones a un húmedo sensual y siempre en conjunto con sus outfits.
Ahora, dejando claro que nadie tiene la potestad de criticar el cuerpo ajeno, sí vale la pena resaltar que el de Ana ha tenido un cambio rotundo, pues antes la cantante mostraba su constitución voluptuosa con conjuntos de blusas de tiras y jeans muy casuales y ahora ostenta de una figura delgada, con su abdomen plano y marcado y un derrier prominente que para tráfico en enterizos ceñidos animal print y crop tops que no dejan nada a la imaginación.
Por su parte, Castillo ha mantenido una constante en su apariencia y es el uso de maquillaje neutro o nude, que no tiene tantos colores añadidos y siempre resalta un solo aspecto del rostro, en este casi siempre es la boca, a la que la cantante y su equipo de estilistas le imprimen tonos fuertes como rojos escarlatas o vinos que enmarcan mucho más su cara.
Esto lo complementan con bases blancas del tono de la piel de Ana, sombras ocres o tierras muy suaves y una cejas perfectamente delineadas y difuminadas que dan la sensación de ser naturales.
En cuanto a las cirugías que se habría realizado Ana, saltan a la vista sus retoques en su nariz, su mentón y su busto, mejoras que le quedaron perfectas a la vallenatera, quien fue una de las artistas más escuchadas en el pasado Carnaval de Barranquilla. En las redes sociales circularon una infinidad de videos en los que habitantes de todos los barrios de Curramba sacaban sus picós a las afueras de sus hogares para poner “a todo taco” éxitos como Ay ay ay y La cachera.
En los comparativos que se han hecho del antes y el después de Ana en las redes, como el de la cuenta Chismes, los cibernautas han podido expresar lo que piensan de la evolución de la cantante, algunos dejando claro que no importa cómo se vea, pues para ellos Castillo siempre será una mujer despampanante.
Sin embargo, hay otros que no pierden la oportunidad para comparar a la vallenatera con otras luminarias de la farándula nacional, como la DJ Yina Calderón, con quien la cantante protagonizó una fuerte pelea hace un par de semanas y todo por el pleito casi legal que tiene la empresaria de las fajas con el compositor de Como duele el frío, Wilfran Castillo.
“El carisma y la belleza de ella, es inigualable”, “Siempre me ha aparecido a Yina”, “Sin ofender, siempre pensé que era una chica trans, pero aun así es linda”, “Repite: tengo esperanzas, tengo esperanzas, tengo esperanzas…”, “La que puede puede…”, “La que puede, puede, y las “TARASCAS” que sufran 😂😂🔥🔥”, “Sin Plata > con Plata”, Parece un poco a la prima Yina 😂🤧”, son algunos de los mensajes que se pueden leer en Instagram.