Gilberto Santa Rosa es, sin lugar a dudas, uno de los íconos más importantes de la historia de la salsa a nivel internacional.
Con 46 años de carrera musical y 36 como solista, Santa Rosa ha marcado varias generaciones de fanáticos salseros con canciones tan recordadas como Conciencia o el Perdón, con las cuales han bailado abuelos, padres e hijos.
En entrevista con SEMANA, el cantante contó cómo nació su amor por la música, las canciones que lo marcaron como artista, sus vivencias y experiencias que le dejó la pandemia y lo que viene en su carrera.
SEMANA: Maestro, son más de 46 años de vida artística, cientos de éxitos y mucho por delante, ¿alguna vez pensó en no ser músico?
Gilberto Santa Rosa: Nunca quise ser ni doctor, ni policía, ni carpintero. Cuando eres niños siempre te preguntan qué vas a hacer cuando seas grande y usualmente son esas las respuestas pero yo siempre quise ser artista, desde pequeño quería estar en la cajita esa que estaba en la sala casa (televisor) y a los 7 años me definí como cantante. Quise ser un niño artista y a los 11 ya esta en agrupaciones, no se me cerraron las puertas temprano como para desistir así que mi comienzo en la carrera fue rápido pero seguro.
S: Y, ¿siempre fue salsa?
G.S.: Si no hubiese sido salsa hubiese sido boleros, yo empecé cantando boleros con una guitarra pero a los 11 años formaba parte de un grupo de salsa así que no hubo mucho cambios.
En 1992 me reencontré con el bolero, nunca lo había hecho ni como aficionado, y ese año grabé boleros. Sin embargo, siempre fui salsero como cantante de orquesta y solista.
S: En esta larga carrera como artista también ha podido compartir codo a codo con aristas tanto de este como de otros géneros, ¿tiene quizás alguna colaboración que guarde en su corazón?
G.S.: Yo trabajé con casi todos mis ídolos, solo no conocí a dos de ellos, y en este trabajo la colaboración incluye gente que admiro mucho, algunos de ellos contemporáneos otros de otras generaciones.
Son personas a las que miro con su experiencia y siento esa misma admiración que cuando era niño y me emociona enormemente.
De hecho, yo me hice cantante de salsa por el Gran Combo de Puerto Rico y curiosamente en mi debut como artista, el 2 de agosto de 986 fue el Gran Combo el que me presentó como artista, así que te imaginarás mi felicidad.
Te puedo hacer además una lista de aquellos artistas con lo que he colaborado y que tengo mucha admiración y cariño y además sé que es recíproco y es lo que más atesoro.
S: Me imagino que en esos años de carrera hay canciones que para usted son muy importantes, quizás más que otras y canciones que escucha y piensa ¿Yo cómo grabé esto?
G.S.: Sí, de esas tengo un par que no sé ni para qué grabé. En cuanto a las canciones que tengo mucho cariño tengo dos ‘Conciencia’, de Omar Alfano y ‘Perdóname’, de Jorge Luis Piloto, esas dos son muy importantes para mí, porque pasaron cosas a nivel profesional y personal con ellas. Cada vez que las cantó parecieran nuevas y sé que la gente las ama.
Y si tengo canciones que detesto, sobre todo cuando era cantante de orquesta e incluso mis hijos me molestan con eso, esa página negra, pero también sucede cuando trabajas con alguien porque hay diferencias de criterios o quizás canciones que son difíciles de cantar.
S: La salsa es un género que, a diferencia de muchos, se mantiene vigente generación por generación, ¿Cómo es que ha logrado inmortalizarse en el tiempo?
G.S.: No puedo describir el motivo del fenómeno porque hay géneros que han durado menos siendo buenos, pero lo que sí puedo decir es que la autenticidad tiene mucho que ver a nivel individual y colectivo. Creo que el trabajo que se hizo desde el principio ha quedado como base y raíz es muy sólida que viene de hecho desde Cuba y está tan bien sembrada que ha permitido varias versiones y sigue vigente.
Además, hay un poco un pase de batón de los fanáticos, algunos van entrando a la música y van descubriendo y redescubriendo la música. Es curioso como se mantiene, pero aquí seguimos los salseros haciendo ruido y haciendo bailar a la gente.
S: La pandemia también marcó la vida de los artistas, ¿Cómo fue para usted este momento?
G.S.: Al principio de la pandemia hacer música era algo muy solitario, por los temas de en materia de salud, teníamos muchas limitaciones, pero la parte positiva es que la creatividad de los artistas se multiplicó con un deseo de hacer arte y no tener los espacios.
Al principio tomó trabajo, vienes corriendo y frenas de golpe, en el ánimo de los artistas había dualidad, se sentían fuera de su sitio y su ser, pero la parte creativa se avivó.
Además, fue agarrar todo lo disponible, me activé en las plataformas digitales con una serie de comunicaciones en redes, en todas las plataformas que permiten comunicarse hasta que al principio del año pasado empezamos con los conciertos presenciales.
S: Y en esa apertura, usted llegó a Uruguay y se convirtió en el primer artista de salsa en presentarse en el Antel Arena, ¿Cómo se sintió esa experiencia?
G.S.: Uruguay es un caso muy especial, porque por ejemplo Colombia es como u bastión del género, pero de Uruguay no teníamos noticia, no conocíamos mucho de que Uruguay fuera un país amante de la salsa.
En el caso particular mío empezamos haciendo conciertos en el teatro verano, utilizando esta época del año por ser más atractivo para la música tropical, pero a un amigo promotor de la salsa en este país se le ocurrió ir al Antel Arena en invierno y, al ver cómo respondió el público, me convertí en el primer salsero en llegar a esa arena. Ahora abrimos una puerta y los próximos serán el Grupo Niche, abrimos una buena puerta ahí para que los salseros vayan y sigan creciendo la música salsa en Uruguay.
S: Ahora llega a Colombia, al reencuentro con su público y al Movistar Arena
G.S.: Colombia ha sido muy importante en mi carrera y de muchas de mis canciones, ha sido un bastión de la salsa y uno de los más importantes en mantener la salsa en el gusto popular.
Siempre ir a Colombia es importante para nosotros, he ido a varias ciudades e ir al Movistar Arena no solo es un gran avance, sino tenemos un bonito concierto, queremos que la gente que vaya salga muy contenta y feliz.