Pese a que muchos creían que la cantante Britney Spears y el modelo y entrenador físico iraní-estadounidense de 29 años, Sam Asghari, eran uno para el otro porque así lo habían demostrado desde el 2016, año en el que inició su idilio de amor, desafortunadamente se confirmó el fin de su relación luego de una fuerte crisis en su matrimonio.
Según el portal TMZ, medio enfocado en compartir información de la farándula internacional, la noticia de su separación se confirmó después de varias especulaciones sobre fuertes discusiones que habían tenido juntos y que sobrepasó varios límites, debido a que aparentemente hubo algunos indicios de gritos y malos tratos entre ellos.
Esta fue una señal de la crisis que estaba viviendo la pareja que se difundió en varios medios internacionales, hasta que el modelo rompió el silencio por medio de sus redes sociales, donde confirmó públicamente su divorcio con la estrella de pop.
De esta manera se dio por hecho su ruptura amorosa después de seis años de relación y apenas 14 meses de matrimonio, tiempo en el que, según el entrenador, lograron construir un amor que aún se mantiene y el respeto que prefieren seguir teniendo uno por el otro mientras continúan sus caminos por separado.
Sin embargo, existe el temor que tras la ruptura, la cantante vuelva a su vida pasada, donde muchos conocen que tuvo problemas de salud mental. Era su padre quien estaba al tanto de todo lo relacionado con Britney, pero al terminarse la tutela que estuvo vigente por más de una década, la artista puede hacer con su vida, su dinero y su fama lo que le plazca.
Ahora, quienes están al tanto de cada movimiento de la princesa del pop son su abogado y su manager. Según TMZ, Mathew Rosengart y Cade Hudson están al frente de este proceso de duelo y también mantienen a Spears en sus respectivos chequeos.
“La ayudan a alimentarse, a acudir a sus citas y a gestionar cualquier oportunidad profesional que se le presente”, sostuvo el portal.
Aunque ambos aseguran que la salud mental de Britney Spears está muy bien y que no es algo por lo que deban alarmarse; sin embargo, los seguidores de la estadounidense han notado comportamientos extraños en las publicaciones de la cantante.
Hace unos días compartió una fotografía donde se le veía luciendo un vestido verde y alzada por cuatro hombres, entre los que se encontraba su representante. Esto no fue lo curioso del post, sino el mensaje con el que lo acompañó.
“¡Cuando vas a quedar con un supuesto “amigo” y conduces una hora para comer pollo! Luego tienes que esperar en el coche y necesitas ir al baño... Sabía que los paparazzi estaban avisados porque el coche en el que estaba nunca se había usado antes... así que ¿cómo me siguieron? Malibu Canyon Road es la carretera más horrible para conducir... así que, ¿qué hace una p*rra como yo? Me pongo mi vestido verde y me presento a mis amigos. Invité a mis chicos favoritos y jugamos toda la noche”, escribió la cantante en Instagram.
Ante ello, sus fanáticos no dudaron en comentar que era algo de fachada para no dejarse ver vulnerable por su reciente separación y que si seguía así podría retroceder todo su proceso de salud mental.
No obstante, Rosengart aseguró que no hay ningún plan donde los médicos decidan alargar las terapias o la medicación de Britney.
El anuncio de la separación lo dio Sam Asghari el pasado 17 de agosto a través de su cuenta de Instagram, en la que tiene más de 3 millones de seguidores, con un mensaje que decía lo siguiente:
“Después de 6 años de amor y compromiso mutuo, mi esposa y yo hemos decidido terminar nuestro viaje juntos. Mantendremos el amor y el respeto que tenemos el uno por el otro y le deseo lo mejor siempre”.