La familia real confirmó la semana pasada que el rey Carlos III fue diagnosticado con un tipo de cáncer, luego de que se realizara diferentes exámenes y visitara a varios especialistas. Asimismo, señaló que se le encontró algo sospechoso durante un procedimiento benigno de agrandamiento de próstata.
Mediante un comunicado de prensa, publicado en su cuenta oficial de X (Twitter), indicaron que el monarca comenzó el respectivo tratamiento para poder afrontar la enfermedad, que lo obligaría a suspender sus actos públicos por recomendaciones médicas.
“Durante la reciente estancia en el hospital, para un procedimiento benigno de agrandamiento de próstata, se encontró algo que despertó preocupación. Tras las pruebas de diagnóstico pertinentes se ha identificado una forma de cáncer”, señaló el oficial.
La reina consorte Camila, esposa de Carlos III, habló por primera vez sobre el estado de salud de su marido en medio de una visita en el sur de Inglaterra y manifestó que el rey se encuentra bien dadas las circunstancias, refiriéndose al cáncer que le fue diagnosticado recientemente.
“El rey se encuentra muy bien dadas las circunstancias. Está muy conmovido por las cartas y los mensajes que le han enviado desde todas partes. Es muy alentador”, declaró la británica durante el evento oficial en la catedral de Salisbury, respondiendo a un hombre que le dijo que esperaba que su marido estuviera bien.
La mujer, de igual manera, aprovechó el momento para afirmar que el monarca permanece en la residencia rural de Sandringham, ubicada en el este de la nación inglesa, adonde la familia real se trasladó el martes pasado.
Carlos III, de 75 años de edad, empezó el lunes su tratamiento contra un tipo de cáncer no especificado, menos de 18 meses después de acceder al trono. Aunque continuará con algunas de sus funciones administrativas, el monarca se ausentará de la vida pública por tiempo indefinido.
El primer ministro, Rishi Sunak, aseguró que la enfermedad fue detectada “pronto”, mientras que Downing Street informó recientemente que la audiencia semanal del rey con el primer ministro se realizó “por teléfono”, una información nada habitual sobre este encuentro tradicional y “totalmente privado” entre el monarca y el jefe del gobierno.
El príncipe Guillermo, por su parte, presidió una ceremonia de investidura en la que entregó medio centenar de condecoraciones y en la que se ha dejado ver aparentemente relajado, a pesar de que su pérdida de peso es bastante notoria.
Sin embargo, solo fue hasta la noche, durante una gala benéfica de la organización de ambulancias aéreas de Londres, cuando el príncipe de Gales rompió el silencio y pronunció sus primeras palabras sobre la salud de su padre.
“Agradecemos, de verdad, la amabilidad de todo el mundo. Gracias. Me gustaría aprovechar la oportunidad para decir gracias. También por los amables mensajes de apoyo a Catherine y a mi padre. Especialmente en los últimos días. Significa mucho para nosotros. Es justo decir que en las pasadas semanas he estado bastante centrado en cuestiones médicas”, concluyó el hijo mayor del rey Carlos III.
*Con información de la AFP y Europa Press.