La orientación sexual es uno de los puntos más utilizados por aquellos que discriminan para hacer sentir menos valiosas a muchas personas. Tal exclusión se ve en cada industria, incluso en la del entretenimiento. Es por esa realidad que en junio se celebra globalmente el mes del orgullo LGBTQ+, a fin de defender los derechos de todos, sin importar tal aspecto de su vida.
El presentador Carlos Vargas, en ese sentido, se ha convertido en todo un activista. No solo ha dejado en claro siempre su identidad, sino que también se ha encargado de ser un estandarte en la búsqueda del respeto, tolerancia y el trato igualitario. Se le ha visto presente en marchas, manifestaciones públicas y con publicaciones relacionadas en sus redes sociales.
Sin embargo, recientemente abrió un poco más su corazón en cuanto al asunto y dejó saber el propio calvario que significó para él durante su juventud ser homosexual, pues esto hace algunas décadas era aún más atacado por la sociedad. Su relación familiar, por ejemplo, fue uno de los principales puntos a tratar en ese sentido.
De esta manera, en entrevista con el programa Bravíssimo, el conductor de La Red compartió detalles inéditos de su infancia y adolescencia, justo cuando reconoció aquella parte de su ser relacionada con el amor.
“Estábamos tratando el tema del amor y no me acordaba, porque es algo que nos pasa frecuentemente a los homosexuales y a las minorías (decidir bloquear recuerdos), que yo hice una promesa, por lealtad, a mis papás…”, comenzó diciendo.
Tal promesa, aun sin revelarla, dijo que la hizo porque “en medio del dolor, me sentía incómodo porque los estaba haciendo sentir mal por ser homosexual, los estaba avergonzando”.
En ese momento, una de las entrevistadoras le preguntó a Vargas si su familia supo en algún momento lo que vivía. “Mi mamá, sí sabía. Pero eso no se tocaba porque mi mamá me respetaba con ese tema”, recordó él.
Fue en ese momento, consumido por la nostalgia que hoy le traen los recuerdos de esa etapa de su vida, que el reconocido periodista de farándula contó cuál fue ese convenio que intentó hacer con Dios, a fin de demostrarle el amor a sus padres.
“Cuando estaba chiquito, sentía que tenía que prometerles a ellos que yo no podía ser homosexual, porque los iba a hacer sentir como un zapato, les iba a dar vergüenza socialmente. Entonces, me prometí, y no me acordaba de que yo, de niño, y llorando al lado de la cama, le dije a Dios: ‘Yo le prometo que no voy a casarme, que no voy a tener pareja’”, admitió.
Asimismo, reconoció que fue un acuerdo que hizo, sacrificando algunas de sus más sinceras aspiraciones. “Esa fue una condición que le di a mi cerebro y a mi vida, por lealtad a ellos, sacrifico mi felicidad”, comentó.
Creyente de las energías que cada uno pueda transmitir, el vallecaucano agregó que lo anterior no solo lo cohibió de muchas experiencias, sino que también terminó por tener que ver con la calidad de gente que le rodeaba. “Inconscientemente, empiezas a atraer gente que no fluye, por cualquier motivo”, dijo.
Finalmente, dejó saber que haber prometido eso le limitó mucho en su vida, pero ahora se siente renovado, a pesar de haber “sufrido en el amor” algunas veces hasta el momento. Todo ello ha repercutido en su salud emocional.
Hace algunos meses, de hecho, Vargas le contó a SEMANA sobre el fuerte panorama de quien padece de depresión u otro mal que aqueje a las emociones.
“Le dije primero a mi hermana, creo que me siento con depresión porque me han dado ganas hasta de morirme y esas sensaciones son tan horribles porque uno mantienen peleado con la vida. Como que le haces unos reclamos absurdos, porque uno cree que la felicidad si lo compra a uno”, reveló.