Carolina Cruz, después de años de carrera en los medios nacionales, cautivó a miles de personas gracias a su trabajo, especialmente en la televisión, donde demostró su facilidad para desenvolverse frente a las cámaras y conectar con la audiencia. La vallecaucana destacó por su talento, belleza y profesionalismo, participando en diversos formatos de entretenimiento hasta llegar a ser una figura estable en Día a Día.
Más allá de lo que se muestra en los estudios de grabación, la exreina de belleza generó interés entre sus seguidores en redes sociales, quienes han podido conocer aspectos de su vida personal que ella ha compartido gradualmente. Algunos admiradores siguieron de cerca su experiencia como madre de dos hijos, mientras que otros se interesaron en los detalles de su vida personal.
Con el lanzamiento de Mi mundo, mis huellas, mi verdad, Carolina Cruz reunió una gran cantidad de seguidores que lograron conectar con sus historias, entendiendo parte de los procesos que llevó hasta el presente. La vallecaucana no perdió la oportunidad para abrir su corazón, tocando temas sensibles como su relación con Lincoln Palomeque, sus hijos y los seres que la marcaron.
En el reciente capítulo del formato, Carolina Cruz quiso referirse a los seres amados que dejaron una huella en su corazón, llevándola a sufrir cuando los perdió. La presentadora no logró contenerse, plasmando cómo el dolor seguía presente al recordar.
Según contó en su proyecto audiovisual, uno de sus amores de vida fue la Chiqui, una perrita que llegó a su vida cuando era muy joven. Con el pasar de los años forjaron una química impresionante, al punto de que eran la fiel compañía de la otra.
“La Chiqui llegó a mi vida como cuando yo tenía 17 años. Fue ese primer amor que me contagió de tantas alegrías, sobre todo sentirme acompañada, protegida... porque era una mezcla de razas y era grandota, pesaba como 60 kilos. Cuando estaba con ella, me sentía tan capaz, poderosa, siempre estaba”, comentó.
“No puedo hablar de ella sin que se me llenen de lágrimas los ojos, porque creo que ha sido uno de los momentos de mi vida que más me ha marcado, porque fue perder a ese ser especial que compartía conmigo todos los días. Yo, humanicé mucho a las mascotas que tuve en mi vida, las trataba como un miembro de mi hogar. Despertó en mí ese instinto maternal que tenía adentro”, agregó ante cámara, visiblemente afectada.
Cuando navegó por esta fase de su pasado, Carolina Cruz relató lo duro que fue verla desgastarse y envejecer, pues sabía que en cualquier momento la podría perder. Las mascotas, al tener menos años de vida que el ser humano, tienen destinado dejar una huella muy fuerte con su muerte.
“Entonces, aprendí que esas almas, tan bonitas, tan bondadosas, tan desprendidas, llegan a mostrarnos la vida de una manera completamente diferente. Llegan a mostrarnos el amor real que no está esperando absolutamente nada, solamente sentirte llegar, sentir tu compañía, sentir que estás ahí. Y cuando empecé a vivir todo ese proceso de la vejez de la Chiqui, la Chiqui nació con una displasia, entonces sus últimos años fueron un poquito complejos porque tenía una molestia en su cadera”, relató.
“Me acuerdo de que la sacábamos a que hiciera chichi y popó, tocaba sacar una sabana. Se quedaba como sentadita y no siempre se podía levantar, nos tocaba levantarle la caderita, le metíamos una sabana por debajo y la levantábamos. Ver cómo se le apagaba la vida ha sido una de las cosas más difíciles”, aseveró.
La exreina de belleza no dudó en hablar del instante en que perdió a su mascota, precisamente cuando ella no estaba en su hogar. La celebridad indicó que su perrita había fallecido cuando se encontraba haciendo un cubrimiento, por lo que la tristeza que la impactó fue mucho más fuerte y la derrumbó.
“Recuerdo que me devolví, lloraba de la forma más desgarradora. Me subí a la habitación, lloraba y solo pensaba que no la volvería a ver. Tengo esa imagen grabada en la habitación... me tocó presentar el noticiero del mediodía con gafas oscuras, había llorado tanto en la mañana que tenía los ojos hinchados”, afirmó.
Carolina Cruz, en sus memorias, revivió también la experiencia con la mascota de Lincoln Palomeque, la cual llegó de imprevisto a su vida y terminó convirtiéndose en un ser amado. Aquel perrito significó mucho, pues fue quien la acompañó durante su primer embarazo.