El video se hizo viral hace unas semanas: en primer plano, Carmiña Villegas explica que siempre hemos estado equivocados al disfrutar de un caldo de costilla. Porque es un error comerse todos sus ingredientes dentro del plato. Lo ideal es retirar la carne y la papa en un plato aparte, trocearlos, devolverlos a la sopa y solo entonces llevarlos a la boca.
Durante la pandemia, la persona encargada de administrar las redes sociales de la experta en etiqueta y protocolo le lanzó un comentario que lo cambiaría todo para siempre: “Cada vez que subimos un contenido, tú dices que en la mesa hay cosas que son obvias. Pero, la verdad es que hay muchos que no sabemos del tema, que nunca nos enseñaron esas cosas”.
Carmiña, una bogotana graduada en Psicología de la Universidad Javeriana, recibió el comentario con sorpresa. Venía de alguien con una maestría hecha en el exterior. “Una persona educada, por eso se me hizo extraño”, recalca Carmiña.
Hasta ese momento, creía que aquello de saber disponer los platos o dónde poner un tenedor era casi tan normal como saber cepillarse los dientes.
Ese fue el inicio de una ‘aventura’ en la que Carmiña, madre de dos hijos, jamás se imaginó: convertirse en una influenciadora que ha conseguido que varios de sus contenidos reciban el premio mayor cuando de redes sociales se trata: hacerse virales.
Como cuando grabó un video en el que enseñaba cómo comerse, con todo el protocolo del caso, un banano. Sí, un banano. Que, contrario a lo que millones pensarían, es ideal disfrutarlo con cubiertos, en la mesa. Lo propio ocurrió en diciembre pasado, cuando demostró que comerse con glamour un tamal tiene su ciencia. O por qué no está bien visto remojar el pan en el chocolate, quizás una de las costumbres más colombianas.
Y la ‘sacó del estadio’ cuando demostró que incluso un caldo de costilla tiene su protocolo. Hasta ahora, este último sigue siendo uno de sus videos más celebrados. Poco antes de atender a SEMANA, Carmiña, que considera la correcta disposición de la mesa como una forma de arte, grabó un video que enseña a comer correctamente una arepa. Y se ríe al recordar que recibe a diario todo tipo de comentarios. Algunos de personas “muy jóvenes que dicen que aprenden mucho viendo mis videos”.
SEMANA: Dicen que usted es una de las colombianas con mejor gusto. ¿De dónde le viene?
Carmiña Villegas: Cuando veo fotos mías de niña, en blanco y negro, noto que siempre me veía muy bien puesta, bien peinada con gomina y otras cosas que solía encontrar en mi casa. Con el vestido intacto. Y eso que mis padres no tenían muchos recursos. Desde niña me gustaba estar pulcra, me preocupaba mi presentación personal. Creo que nací con eso. Con mi marido somos coleccionistas de arte contemporáneo y eso también lo sensibiliza a uno en materia de estética.
SEMANA: ¿Cómo la convencieron de involucrarse en ese mundo de los influencers y las redes sociales?
C.V.: Nunca he sido una persona de redes sociales. Jamás tuve Instagram, ni Facebook, ni TikTok personales. Ni siquiera sé cómo subir fotos. No me gusta eso de andar fisgoneando la vida de los demás, ni tampoco publicar lo que hago, porque me parece que eso forma parte de la intimidad. Solo tenía redes de mi marca, con unos 25.000 seguidores. Pero la persona que administra mis redes me propuso, a manera de experimento, empezar a hacer videos. En un comienzo dije: ¡Qué oso! Y grabamos el primero. Nos tocó ir perfeccionando, comprar micrófonos y cámaras. Hasta que grabamos un video en el que yo contaba cómo vestir una mesa, poner los platos y los cubiertos en los lados que corresponde. Al día siguiente, la persona de redes me llama y me dice que se hizo viral. Como 40.000 personas. Yo soy psicóloga de la Javeriana, ejercí unos diez años. Descubrí que me gusta enseñar y vi que la gente estaba ávida de aprender de estos temas. Así nació ‘Apasionados de la mesa’ hace tres años.
SEMANA: Puede sonar obvio, pero ¿por qué es importante el protocolo sobre la mesa?
C.V.: Yo, en lo personal, solo uso cuchillo y tenedor en los platos fuertes, nunca me verán comiendo arroz con cuchara, aunque, claro, eso es lo más fácil. El protocolo es importante porque saber comportarse da seguridad personal. Como uno se porte en la mesa, se sabe cómo es uno. Yo por principio no salgo a la calle de cualquier manera. Así sea un domingo. Eso lo llena a uno de seguridad. A veces me molesta que muchos hombres piensen que el protocolo o la etiqueta es cosa de mujeres y no se dan la oportunidad de aprender.
SEMANA: ¿Qué le resulta chocante en la mesa?
C.V.: Los ruidos o que se hable con la boca llena. Que se coma y se tome al mismo tiempo. O que se choquen duro las copas en los brindis, porque así muchos no lo crean, hay copas que se explotan. O que se unte todo el plato o que los platos estén rebosantes. Nada que genere molestia al otro. A veces nos preguntamos por qué tal persona no cae bien, y puede ser que el origen de eso sea las maneras en las que se comporta.
SEMANA: Hace poco la vimos grabando un contenido con el Pibe Valderrama. ¿Fue difícil enseñarle modales
C.V.: Fue simpatiquísimo todo. Mucha gente me decía “cómo vas a hacer un contenido de esos, si ustedes son tan diferentes”. Pero, pensaba que si la gente veía que alguien como el Pibe se interesa por aprender, eso significa que esto que yo enseño le puede interesar a cualquiera. Al final, se trató de una parodia.
SEMANA: ¿Cómo nace la idea de ponerles protocolo a platos que en apariencia no lo tienen, como un caldo de costilla o un tamal?
C.V.: Nacieron de experiencias personales. Y me di cuenta de que mucha gente no sabía tampoco cómo. Comenzaban a comerse la carne dentro del plato y les salpicaba. Entonces se me ocurrió que la mejor manera era sacar la carne y la papa, partirlas en un plato y volverlas a poner. Así como el tamal: la magia es comérselo en medio de la hoja, pero toca cortarla un poco para que no se salga del plato y manche el mantel. Nunca me imaginé que eso fuera a generar tanto interés. Desde entonces, me hacen memes y unas parodias simpatiquísimas en radio, hay un personaje al que llaman Pepita Villegas de Velasco inspirado en mí. Ya me reconocen hasta en las plazas de mercado. Aún no me explico a qué hora pasó todo eso. En Colombia tenemos una comida magnífica, pero la tenemos que comer bien.
SEMANA: ¿Pero no es un poco exagerado comer banano con cubiertos?
C.V.: No es exagerado. Es que todo depende del contexto. Una hamburguesa se puede comer con la mano y las papitas que la acompañan. Pero si esas mismas papas se ponen en un plato fuerte, no se pueden comer con las manos. Hay pizzas que sí y otras que no. Y cuando se trata del banano, no es lo mismo comérselo en una finca o un pícnic, que si estás en un hotel elegante.