En su documental, El mundo perdido de Cumbiana, Carlos Vives le apuesta a hacerle un homenaje a lo nuestro. Rescata los ríos, las ciénagas, las praderas que han inspirado el folclor nacional, pero hace especial enfasis en una de sus bellezas femeninas más queridas en el país: Shakira.

Vives explica por qué le dedicó una canción y la hizo parte esencial de esta apuesta: “Fue muy hermoso y muy merecido. Ella nos representa como mujer, como personaje”.

Cuenta que Barranquilla, la ciudad de Shakira, es la capital del Caribe, el sitio que más ha crecido, una metrópoli muy progresista donde se vive el carnaval. “A Shakira yo la quiero. He sido testigo de su carrera. Hemos reído y llorado juntos. Estaba muy inspirado. Quería una canción moderna con la que ella se identificara”, concluye.

La canción a Shakira se llama Currambera, que según Vives es la forma como les dicen a las mujeres de esa región.

Cuando ella la vio por primera vez, hace unos meses, le contestó: “Querido Carlos Vives, qué bonito celebrar contigo un año más y recibir este regalo, que es uno de los más grandes honores de mi vida. Una canción tuya que perdurará por siempre homenajeando a mi tierra, mis raíces, la mujer barranquillera y a todas las colombianas que tenemos una “currambera” en el alma”.

El trabajo del artista, que narra el documental y que se llevó un Grammy Latino, es realmente un elogio a la diversidad del país y al folclor que se desarrolla a partir del agua, los ríos y los mares.

Cuando Vives habla de este proyecto, se llena de energía, le brillan los ojos, se emociona. Recuerda que nació en Santa Marta, al lado de las cumbres de la Sierra Nevada, pero siempre creció mirando cómo todo lo “veíamos de menor valía” frente a lo que llegaba de Europa o de Estados Unidos.

En diálogo con SEMANA, explica que muchos colombianos han olvidado lo que somos, pero “tantos años de trasegar le enseñaron a entender el territorio”.

La Colombia anfibia es ahora su obsesión. Asegura que quiere presentar con el documental “una visión mucho más amplia de mundos conectados, que coinciden con los lugares donde nacieron los compositores de nuestra música”.

Para el cantante, cada uno de esos sitios –los ríos, las ciénagas, las costas– “son los epicentros de nuestra música y yo quería encontrar un solo nombre y este nombre que encontré fue Cumbiana”.

Recuerda los sitios que han hecho grande el vallenato. El río San Jorge, el Sinú, las ciénagas de Lorica.

Carlos Vives recuerda los sitios que han hecho grande el vallenato. El río San Jorge, el Sinú, las ciénagas de Lorica.

Y dice que es ahí, en entender “nuestro territorio, nuestra gente, nuestro mestizaje, en entender la dinámica”, que logra no dejar de sorprenderse con “la grandeza de este territorio que nos dio una música extraordinaria”.

Para explicarlo mejor, Vives cita a Wade Davis, el gran explorador de National Geographic que ha escrito los libros más hermosos sobre los ríos del país.

El cantante recuerda que Davis dice que “purificar el río es como si los colombianos limpiáramos nuestra alma”.

“Somos una cultura anfibia. Nuestros ríos son nuestras venas. De ellos depende que haya folclor: vallenatos, cumbias, porros”, remata Vives.

El documental de Cumbiana fue filmado en plena pandemia por la covid-19. El artista cuenta que todo estaba listo para hacer viajes a lugares increíbles, pero apenas llegó el confinamiento tuvo que suspender este trabajo y buscar cómo hacerlo desde casa.

Sin embargo, en los viajes que se alcanzaron a hacer sintió el cariño de la gente. Muchos le recordaban a su papá, un médico muy querido en la región.

El rodaje tuvo que cancelarse dos días después de comenzar por cuenta de la emergencia sanitaria. “Fue muy frustrante y muy difícil. Pero al final sabíamos que teníamos una historia muy poderosa. Y queríamos devolverle al territorio lo suyo”.

Carlos Vives. | Foto: 2022 Jason Koerner

Siente que el documental es una deuda con esa tierra del olvido que él inmortalizó. “Hemos sido este cruce de caminos donde nuestra historia nos formó”, afirma. “Este territorio nos ha olvidado. Yo lo llamé la tierra del olvido. Es un lugar por el que he transitado toda la vida y parecía que era invisible”, sentencia.

Asegura que las nuevas generaciones se fascinarían con las historias de los ríos y los ancestros y lo mejor que él puede hacer es recordar esa historia: “El artista está para unir”.

El documental se puede ver por DirecTV desde el viernes 24 de junio.