Toda una novela ha vivido la exreina María Claudia Peñuela después de regresar de un viaje y conocerse que estaba contagiada de coronavirus. Al experimentar los síntomas, la mujer se hospedó en un hotel de lujo buscando proteger a sus padres y ahora que está recuperada no puede regresar a su casa por supuesta “discriminación” de parte de sus vecinos. Después de superar la enfermedad y recibir una prueba negativa de covid-19, la mujer decidió mantenerse aislada 15 días más, como dicta el protocolo. Lo que no esperaba era que al volver a su casa no se le permitiera el ingreso de parte de la administración y sus vecinos.
"Ella ha sido muy valiente. Estuvo encerrada sola en un pequeño cuarto para proteger a su familia. Superó la enfermedad, pero aun así prefirió aislarse otras dos semanas para estar segura de no afectar a nadie. La discriminaron sus propios vecinos, pero ella está tranquila y fuerte", dijo su hermana Silvia a Vanguardia. Cuando María Claudia regresó en una ambulancia se encontró con que los vigilantes no permitieron su ingreso.
"Me encuentro perfectamente de salud. He sido autorizada para mi traslado por la EPS Sanitas. Pero al llegar a casa no he podido ingresar por orden de la junta directiva. He hecho todo mi aislamiento como se debía, no entiendo cuál es la razón", dijo María Claudia a través de un video en redes sociales.
Esta actitud ha generado rechazo. Por ejemplo, el representante a la Cámara por el departamento de Santander, Edwin Ballesteros, hizo un llamado para proteger los derechos de la mujer. “En medio de emergencia humanitaria no se pueden permitir estos hechos que violan claramente los derechos constitucionales y legales de la señora María Claudia Peñuela. Solicito a las autoridades competentes de Bucaramanga proteger sus derechos”, trinó el congresista. La mujer fue la segunda contagiada del departamento de Santander y protagonizó una confrontación con su EPS al pedir que se le pagaran los gastos de su estadía en el hotel por medio de una tutela. Al interponer la tutela, Peñuela afirmó que el personal del hotel no aseaba su habitación desde que se conoció el resultado de su prueba, además de no tener servicio de lavandería ni alimentación, lo que fue negado por el establecimiento a través de un comunicado en el que especifican que no le han cerrado sus puertas “pensando en el bienestar de la huésped portadora del virus covid-19 y ha garantizado su estadía en condiciones dignas”. En medios de comunicación también trascendió que, al parecer, la mujer no usó tapabocas y estuvo en contacto con siete empleados del hotel que ahora están en aislamiento y a la espera de los resultados de sus pruebas de coronavirus. La situación, agrega Peñuela en el escrito, “le está generando situación de estrés y depresión. Dichas conductas son propias de una grave violencia de género y atentan contra la dignidad del ser humano”. “El hotel empezó a ejercer actos de violencia psicológica en contra mía, a presionarme para que lo abandonara, lo cual no hice para no incumplir la medida preventiva de aislamiento y cuarentena decretada en el departamento”, afirma.
Estas conductas fueron desmentidas por el gerente del hotel, Héctor Cristancho, quien indicó que “absolutamente nada es cierto; nosotros somos una entidad de servicio con altos estándares y tenemos un gran valor por nuestro huésped”. La mujer, sin embargo, insiste en “hechos humillantes por parte del hotel” y aclaró que, desde su punto de vista, al interponer la tutela solicitó que se respetaran “los derechos a un trato digno, pero grave error cometí al haber pedido amparo legal a mi situación; debí haber soportado lo que fuera con tal de salir viva de esta situación y no enfrentarme a una multinacional tan poderosa”.