Daddy Yankee les había confesado a sus seguidores, un año atrás, su retiro definitivo de los escenarios. Pero, la materialización de ese anhelo se dio este fin de semana cuando el cantante puertorriqueño de 46 años, considerado uno de los precursores del reguetón, ofreció el último concierto de su carrera en su tierra natal.
“Se acabó una historia y va a comenzar una nueva historia, un nuevo comienzo”, les dijo Yankee a los asistentes de esa presentación. Ahora su vida, dijo al cierre de su tour ‘El Último Baile’, la dedicará a servir a Cristo.
“Mi gente, este día para mí es el más importante de mi vida. Y se los quiero compartir, porque no es lo mismo vivir una vida de éxito que una vida con propósito”, comentó el reguetonero luego de concluir el espectáculo ante miles de personas en el Coliseo de Puerto Rico, en la ciudad de San Juan.
De ahora en adelante, aseguró, será ‘Daddy Yankee en Cristo’.
“Por mucho tiempo intenté llenar un vacío en mi vida que nadie pudo llenar. Trataba de rellenar y buscar un sentido a mi vida. En ocasiones aparentaba estar bien feliz, pero faltaba algo para hacerme completo. Y les tengo que confesar que esos días terminaron”, prosiguió el artista, quien dijo que “alguien pudo llenar ese vacío que sentía por mucho tiempo” y reconoció “que para todos era alguien, pero yo no era nada sin Él, Jesucristo”.
Con un tono casi de predicador, Ramón Luis Ayala Rodríguez, nombre de pila del artista, le contó a sus seguidores que durante su carrera pudo “recorrer el mundo durante años, ganar muchos premios, aplausos y elogios, pero me di cuenta de algo que dice la Biblia: ‘¿De qué le vale al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?”.
“Por eso esta noche reconozco y no me avergüenzo de decirle al mundo entero que Jesús vive en mí, y que yo viviré para Él”, comentó Yankee que vive un difícil momento personal por cuenta del divorcio con su esposa, Mireddys González.
Una ‘moda’ que llegó para quedarse
Hace dos décadas, Yankee fundó un movimiento musical que muchos creían “una moda pasajera”, según confiesa, pero que hoy representa la identidad de la música latinoamericana.
El artista bautizó el género que hoy se baila y canta en todo el mundo fusionando las palabras ‘reggae’ y ‘maratón’, esta última el nombre de las fiestas que se hacían en la isla en los noventa, en las que sonaba reggae en español.
Fue el comienzo de un fenómeno musical, el ‘reggae maratón’, que vio la luz en un casete en 1991, que los conocedores consideran una de sus primeras grabaciones.
Pasaría muy poco tiempo antes de que productores de Puerto Rico, como DJ Playero, DJ Negro y DJ Nelson, mezclaran estos ritmos con letras callejeras que reflejaban la vida de los barrios populares. Con ellos nacería underground, como se llamó el género antes del término reguetón, de la mano, claro, de Daddy Yankee y artistas como Vico C.
Pocos sospechaban en ese entonces que ese ritmo pegajoso se extendería como un virus. Y en parte ese ‘contagio’ se daría con Gasolina, el primer éxito de Yankee que lo dio a conocer en todo el planeta.
El Cangry, como también lo conocen, acumula siete álbumes en sus 33 años de carrera. Y se retira de los escenarios tras vender más de 30 millones de copias y obtener las más importantes distinciones para un artista de su tipo: cinco Latin Grammy, ocho Billboard de la Música, 30 Billboard de la Música Latina y cuatro Latin American Music Awards (incluido el Premio Ícono).