En medio de un dolor profundo que le arrancaba gritos tras haber superado dos cirugías y diez días en una UCI, su médico entró a la habitación y le lanzó una sentencia que aún le estremece los recuerdos: “Dani, una de las posibilidades que estamos contemplando es la amputación de una pierna”.
Era 2020 y el mundo estaba doblegado ante el covid-19, que cada día le costaba la vida a millones de personas. Mientras tanto, en una clínica de Bogotá, Daniella Álvarez, la barranquillera que una década atrás había sido coronada como la mujer más bella de Colombia, recibía una noticia que lo cambiaría todo para siempre.
La historia comenzó con una pequeña masa que un día cualquiera sintió en la costilla del lado izquierdo. Creyendo que no se trataría de un asunto de gravedad, o a lo mejor era una molestia de colon, se practicó un chequeo. Pero los médicos vieron necesario un TAC y confirmaron que era una masa y que debía hacerse una biopsia.
Daniella comenzó el proceso con la fe de que, en medio de todo, era un asunto de salud menor. Ella, que desde niña ha sido una creyente fervorosa en la Virgen, según confiesa, no temió en ese momento que estaba frente a una de las pruebas más duras de su vida.
Tras la biopsia, los médicos creyeron necesaria una cirugía para retirarle la masa detectada. Pero “resulta que cuando los médicos entraron a sacarme esta masita, se dieron cuenta de que estaba absolutamente pegada a la aorta, y en las personas jóvenes las arterias no funcionan igual que en los adultos. En esos momentos cuando me fueron a retirar mi masita, mi aorta se cerró”, relata la también presentadora de 32 años.
Esa falla en la aorta, el vaso sanguíneo más importante del cuerpo, le impidió que se irrigara sangre en sus extremidades inferiores y comprometió seriamente la salud de su pierna izquierda.Una situación que, en poco tiempo, provocó una isquemia y dolores tan fuertes que la hacían gritar. Fue entonces cuando apareció la posibilidad de la amputación, una decisión difícil para una apasionada por el baile y el deporte, y con una fuerza interior insobornable, que es lo que la tiene siempre con una sonrisa en el rostro, compartiendo su experiencia y su mensaje de amor por la vida.
Daniella sabía que estaba frente a un punto de no retorno. La isquemia vascular, resultado de las complicaciones de su inicial cirugía, no le habían dejado otra salida. Su pierna izquierda no volvería a funcionar y la derecha también se vería afectada en su movilidad.
Sin embargo, con una admirable fortaleza, Daniella decidió que le fuera amputada parcialmente su pierna izquierda. Así lo contó en sus redes sociales pocas horas después de tomar ese difícil camino, mientras sus seguidores (solo en Instagram suma cuatro millones) asistían estupefactos a un relato cargado de dolor, pero también –increíblemente– de un profundo optimismo.
“Todos los días que me levantaba decía: ‘¿Esto será un sueño o esto será real?”, se preguntaba Daniella en esos momentos. Es que quienes la conocen saben que la determinación de su carácter ha sido una constante y lo que le ha permitido alcanzar casi todos los logros que se ha propuesto.
Nieta de inmigrantes italianos que por cosas del azar terminaron en Magangué, Bolívar, Daniella es la segunda hija de tres hermanos y desde niña se caracterizó por cultivar una personalidad a prueba de reglas. Era inquieta, amaba montar patines y bicicleta y subirse a los árboles.
Fue con esa misma determinación que un día, mientras su hermana mayor participaba en las actividades como Señorita Colombia en representación del departamento de Bolívar, que la pequeña Daniella –con solo 11 años– se le plantó a su mamá, Zandra Vásquez, y le dijo que un día ella también sería la reina de los colombianos. Y cumplió. Sus amigos y familia primero la vieron coronarse reina del colegio y del Carnaval de Barranquilla. Y mucho antes de inscribirse en el Concurso Nacional de Belleza, se aseguró de convertirse en profesional.
“Tenía todo bien planeado. Estudié Comunicación Social y solo cuando me gradué me inscribí en el reinado. Por eso participé de 23 años, a una edad en la que se cree que uno está mayorcita, pero quería asegurarme primero de estar bien preparada”, cuenta Daniella. Y tal como le había pronosticado a su madre, un día se hizo reina de los colombianos y llegó luego hasta Las Vegas, a un Miss Universo que ya para entonces buscaba dueño, donde también tuvo una participación destacada.
Poco después, cumpliendo también con otro de esos sueños, se convirtió en presentadora en Estilo RCN, por cinco años, y después en uno de los rostros de El Desafío, donde su espíritu animoso contagiaba de optimismo a los concursantes. Y en esas estaba su vida cuando su estado de salud le jugó una mala pasada y la hizo confrontarse con sus creencias y sueños.
Todo lo fue narrando en Instagram, donde dejaba constancia de las dificultades, pero también de los caminos que encontraba para superarlas. Tras salir de la amputación confesó: “No he llorado ni un segundo. Creo que solo una vez y fue por el dolor tras la cirugía. Yo estoy feliz de estar en este mundo para disfrutar de la vida y de ustedes”.
La nueva Daniella
Aunque la cirugía de amputación fue un éxito y salvaguardó su aorta, lo que vinieron después fueron meses enteros de terapias. “Tomé la decisión de tener una prótesis que me deje bailar champeta, bachata, correr, montar bicicleta”, dice Daniella, a quien todo este proceso de salud la obligó a someterse a cinco cirugías.
Hoy, escuchar su nombre es sinónimo de fortaleza, optimismo y amor propio. Como si cualquier problema o adversidad se quedaran cortos frente a la batalla personal que esta guerrera de la vida ha experimentado y el arrojo y la determinación con la que la ha afrontado.
Desde que iniciaron sus problemas de salud, la vida le puso una prueba tras otra. Porque, además de sus propios padecimientos, el covid-19 afectó seriamente a su padre, quien estuvo internado en una UCI varios días.
Ahora, Daniella es líder de una fundación que apoya a personas con discapacidad, no ha dejado sus proyectos como modelo y presentadora y se declara feliz “y más enamorada que nunca” de su actual pareja, el actor Daniel Arenas, quien ha sido su soporte y amoroso cómplice en todo este difícil proceso de vida.
“Llegó a mi vida lo que más le he pedido a Dios, un hombre amoroso y maravilloso con el que espero construir nuestro propio hogar, mi sueño más anhelado”, cuenta Daniella Álvarez, una reina que supo renacer para demostrar que nada es imposible si no se ‘amputan’ los sueños y, sobre todo, la fe.