Esta semana la exreina de belleza María Claudia Peñuela levantó una polémica por pedir a través de una tutela que su EPS pagara su aislamiento por coronavirus en un lujoso hotel de la ciudad de Bucaramanga.

La Señorita Santander 2001 exigió a Sanitas que la trasladara en un avión a la ciudad de Medellín para visitar a su pareja, pretensiones negadas por un juez que estudió la tutela y solo le concedió una ambulancia para que la trasladaran a cualquier parte de Bucaramanga, además de desvincular al hotel del caso.

La historia comenzó el pasado 13 de marzo cuando la mujer llegó proveniente de España a la capital de Santander, ciudad donde pretendía visitar a sus padres, ambos mayores de 70 años. Ese mismo día se sometió a la prueba de covid-19 y a modo de prevención se aisló; cinco días después conoció que tenía la enfermedad. Desde entonces ha hecho una estricta cuarentena en el hotel, cuya cuenta rondaría los 14 millones de pesos, cifra que pretendía que pagara su EPS. Pero este viernes la exreina rompió su silencio a través de una carta que envió al presidente Iván Duque, denunciando que el hotel está poniendo “trabas y dificultades para ingresar alimentos”. Según ella, su situación de aislamiento se ha tornado difícil pues empleados estarían utilizando “taladros en las habitaciones adyacentes durante las noches para perturbar mi sueño con el ruido y cortan periódicamente el servicio de internet”.

Al interponer la tutela, Peñuela afirmó que personal del hotel no aseaba su habitación desde que se conoció el resultado de su prueba, además de no tener servicio de lavandería ni alimentación, lo que fue negado por el establecimiento a través de un comunicado en que especifican que no le han cerrado sus puertas “pensando en el bienestar de la huésped portadora del virus covid-19 y ha garantizado su estadía en condiciones dignas”. En medios de comunicación también trascendió que, al parecer, la mujer no usó tapabocas y estuvo en contacto con siete empleados del hotel que ahora están en aislamiento y a la espera de los resultados de sus pruebas de coronavirus. La situación, agrega Peñuela en el escrito, “está generando situación de estrés y depresión. Dichas conductas son propias de una grave violencia de género y atentan contra la dignidad del ser humano”. “El hotel empezó a ejercer actos de violencia psicológica en mi contra, a presionarme para que lo abandonara, lo cual no hice, para no incumplir la medida preventiva de aislamiento y cuarentena ya decretada en el departamento”, afirma. Estas conductas fueron desmentidas por el gerente del hotel, Héctor Cristancho, quien indicó que “absolutamente nada es cierto, nosotros somos una entidad de servicio con altos estándares y tenemos un gran valor por nuestro huésped”. La mujer, sin embargo, insiste en “hechos humillantes por parte del hotel” y aclaró que, desde su punto de vista, al interponer la tutela solicitó que se respetaran “los derechos a un trato digno, pero grave error cometí al haber pedido amparo legal a mi situación, debí haber soportado lo que fuera con tal de salir viva de esta situación y no enfrentarme a una multinacional tan poderosa”.