El príncipe Andrés vuelve a estar en aprietos por la reciente demanda que puso contra él Virginia Giuffre, quien lo acusa de haberla violado cuando tenía 17 años. Según la mujer, hoy de 38 años, Jeffrey Epstein la habría obligado a tener sexo con el duque, entonces de 40 años.
La violación habría ocurrido en su casa en Manhattan y en la isla del fallecido magnate en el Caribe. Se trata de una acción civil y, por lo tanto, el príncipe podría no atenderla, pero los expertos señalan que de no hacerlo la corte fallará en su contra y los abogados de Giuffre se dirigirán al Tribunal Superior de Gran Bretaña para hacer cumplir la sentencia.
Otra salida es un acuerdo en el que Andrés se comprometa a pagar una suma sin admitir culpa. Por ahora, el príncipe ha desmentido las acusaciones y dice que nunca tuvo contacto con ella. Pero una foto lo incrimina: en esta aparece junto a Giuffre y con Ghislaine Maxwell, la novia de Epstein, y quien lo ayudaba a conseguir menores de edad.
La demanda es un sacudón más a la ya golpeada familia real británica, que en los últimos meses ha sufrido por las revelaciones escandalosas de racismo de Harry y Meghan.
Rey Midas
A raíz de la firma de Lionel Messi con el Paris Saint-Germain, se ha conocido la capacidad del goleador argentino para multiplicar el dinero. A comienzos de año se calculó su fortuna en 400 millones de dólares, nada mal para alguien de solo 34 años.
Según Forbes, sus ganancias totales para 2020 fueron de alrededor de 126 millones de dólares. Así, Messi es el futbolista con mayores ingresos del mundo, por delante de Ronaldo (117 millones) y Neymar (96 millones). Después de estos tres grandes, hay una gran brecha entre los dos siguientes: Kylian Mbappé (42 millones) y Mohamed Salah (37 millones). Si se toman como referencia los 126 millones, es posible decir que Messi ganó 10,5 millones por mes y un salario semanal de más de 2,4 millones, y que cada día se embolsilla 345.000 dólares.
En otras palabras, gana 14.000 dólares por hora o 239 por minuto. Y eso que solo sale a la cancha durante 90 minutos dos o tres veces por semana.
Cambio sin bisturí
Kylie Jenner cumplió 24 años y, como buena miembro del clan Kardashian, lo celebró con una serie de fotos suyas en sus redes sociales en las que deja ver las curvas. La menor de las hijas, que empezó su carrera en el programa Keeping Up with the Kardashians a los 10 años, hoy luce muy diferente.
Aunque todo apunta a una cirugía estética para moldear las facciones, ella insiste en que no ha pasado por el bisturí y asegura que todos los cambios se han hecho con rellenos cosméticos y trucos de maquillaje. Kylie solo ha confesado que se agrandó los labios a los 15 años, pero también aumentó su derrière y sus senos para tener un cuerpo más voluptuoso. Solo hay que ver las dos fotos para sacar conclusiones.
La guerra de las rosas
La última pelea de la exprimera dama de estados Unidos Melania Trump es con un historiador, y la razón no es que su participación en los asuntos públicos fuera mínima ni mucho menos el dudoso legado de su esposo. La pelea es por cuenta del jardín de rosas de la Casa Blanca, un sitio emblemático al que cada primera dama le debe dedicar tiempo de cuidado.
El historiador Michael Beschloss señala que Melania “destripó” el emblemático lugar al cambiar arbustos sembrados hace cientos de años por unos nuevos, así como al desterrar algunos rosales por otras plantas de flores. El historiador lo recordó al postear en Twitter una foto del lugar con el mensaje “La masacre del jardín de rosas de la Casa Blanca se completó hace un año y este es el resultado, décadas de historia americana desaparecieron”.
Melania probablemente no entendió el valor histórico del lugar ni tampoco el papel de las rosas rojas y blancas que le otorgan al sitio su nombre, y ya le contestó al historiador que él no tiene ni idea de jardinería. Se rumora que está en curso una petición en change.org para solicitar que la actual primera dama, Jill Biden, y Doug Emhoff, esposo de la vicepresidenta Kamala, restituyan el jardín tal como estaba antes. Con este rifirrafe se prueba que el paso de Melania por la Casa Blanca no fue un lecho de rosas.
Incumplió el contrato
Después de su aparatoso accidente de tránsito, Tiger Woods vuelve a ser noticia. El golfista acaba de demandar a una de sus examantes, Rachel Uchitel, con quien tuvo un amorío mientras estaba casado con Elin Nordegren. Uchitel firmó en 2009 un acuerdo de confidencialidad por 8 millones de dólares en el que se comprometía a no decir nada en público sobre el deportista.
Y así lo hizo mientras gastó su dinero en un apartamento en un sector exclusivo de Manhattan, donde vivió a sus anchas. Hasta que se le acabó la plata y decidió participar en un especial sobre Tiger para HBO y contar su historia.
Hoy, sin un peso, los abogados de Woods están impugnando su quiebra para iniciar una acción contra la violación de dicho contrato. El acuerdo era muy restrictivo, pues le impedía a Uchitel discutir “directa o indirectamente, verbalmente o de otro modo” el “estilo de vida, las inclinaciones, las costumbres, la conducta privada, el estado físico, los hábitos, los asuntos sexuales, los asuntos familiares” de Woods, entre otros temas, con cualquier persona.
También le prohibía decir que había firmado el trato. Pero ella, de 46 años, afirma que atraviesa momentos difíciles y solo puede encontrar trabajo contando su historia en sus propios términos.
Se salvó
Con el regreso de Kit Harington a las pantallas como parte del elenco de la serie Modern Love (Amazon), inspirada en las historias de esa columna en The New York Times, el actor ha dado una serie de entrevistas reveladoras.
Y es que desde que dejó la barba, el pelo largo y colgó la capa de Jon Snow, al enigmático personaje de la serie Game of Thrones la vida le cambió. Tuvo un hijo con la actriz Rose Leslie, a quien conoció en el set de Thrones, de quien no dice ni su nombre para protegerlo de la prensa. Además, se recuperó de su alcoholismo en un centro en Connecticut que cobra 95.000 libras esterlinas mensuales, gracias al cual lleva ya dos años y medio sobrio.
Pero lo más impactante, según le reveló al diario The Times, en Londres, fue que en esos años oscuros pensó hasta en suicidarse. Parte de su crisis sucedió porque no supo manejar la fama ni la atención que recibió de manera repentina del público. Dice que no podía salir a la calle sin que se armara un alboroto y era degradante que lo calificaran como sexi. Hoy está en paz con el personaje y dispuesto a interpretar un amplio rango de papeles para evitar encasillarse en el rol de galán.