Víctor Hugo Peralta es un hombre de 53 años nacido en Uruguay que desde temprana edad despertó el gusto por la modificación corporal, y por esto desde los 13 años comenzó a hacerse tatuajes desde pequeño, como por ejemplo cuando se trazó la palabra “f- - k” en los dedos de su mano izquierda.
Desde entonces ha venido haciendo modificaciones a su cuerpo, y conoció a Gabriela, quien hoy en día es su esposa y comparte el mismo gusto que él por los cambios visibles en el cuerpo, por eso ellos dos actualmente tienen el récord mundial Guinness de la pareja con la mayor cantidad de modificaciones corporales, ya que entre ellos tienen 100 embellecimientos del cuerpo que incluyen microdermals, los cuales consisten en insertar en la piel una joya en la que solo se pueda ver la parte de afuera, la otra queda dentro de la piel, piercings e implantes.
Dentro de sus cambios corporales más controversiales se encuentra el “666″ tallado en su cabeza, directo en su cuero cabelludo, las estrellas subcutáneas y los escandalosos cuernos de metal de $500 que fueron implantados justo en su cráneo.
Como parte de renovar su aspecto, Víctor Hugo ha impactado a los internautas al revelar que gastó casi $6.500 para hacerse un nuevo y arriesgado implante, el cual era tener unas serpientes de aspecto “satánico” en ambos brazos.
En este procedimiento, que tuvo una duración aproximada de una hora, tuvieron que insertar palos en el cuerpo para completar la aplicación de seis implantes y dar la apariencia de una serpiente deslizándose debajo de la piel.
En el proceso se tuvo que hacer un marcado y el corte de unas zonas designadas en los brazos de Peralta para colocar los implantes que eran de silicona, seguido a esto se debía drenar el líquido y suturar la piel como un turducken (plato en el que un pavo es amarrado para que no se salga el relleno) cosmético.
Peralta afirmó que quería renovar su apariencia porque “me veo marcadamente diferente de otros seres” y eso le gusta, a lo que añadió: “Todos somos piezas únicas en el juego de la vida y me hace mucho más original y más cercano a cómo quiero verme [...] No me inspiré en otras personas, ya que las piezas únicas en cada persona son totalmente diferentes con cada modificación”.
Ante este procedimiento, Víctor Hugo declaró que a pesar de que la crujía tuvo un aspecto aterrador, no fue doloroso: “No sufrí porque los elegí voluntariamente para obtener el resultado final [...] Lo disfruté de principio a fin, no es comparable con la pérdida de un ser querido”.
Por todas estas modificaciones corporales, Víctor ha sido apodado como el “demonio de la vida real”, ya que sus gustos han dividido las opiniones en redes sociales, pero eso a él no parece importarle, puesto que asegura que es su cuerpo y, por lo tanto, es su propia elección.
Unos de los comentarios que más le llegan por parte de internautas son los siguientes: “Dar un mal ejemplo a los niños” y “¿Está todo bien en casa?”, a lo que él responde a sus críticos: “La gente reacciona de diferentes maneras: sorpresa, curiosidad y miedo [...] No tengo tiempo para la negatividad, así que solo recibo belleza de las personas que me aceptan como soy, mi cuerpo es mi decisión y mi vida no es de ellos”.